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El PRI y Televisa: crónica de la complicidad

Televisa busca camuflarse como una empresa que siempre hizo periodismo crítico, analítico y plural, para analizar la decadencia y excesos del PRI.

2 de octubre, 2025

Israel Aparicio

El PRI y Televisa: crónica de la complicidad

Se cumplió un año de mandato de la primera presidenta en la historia del país, la doctora Claudia Sheinbaum, quien mantiene una popularidad impresionante, en medio de los enormes retos nacionales e internacionales. En este proceso de continuidad del régimen morenista, surge en la principal cadena televisiva aliada del poder político, en especial del largo régimen emanado del PRI, un documental que evidencia el cinismo y la degradación moral de la clase política mexicana que domino al país por más de 70 años.

Como un intento de mea culpa frente a aquellos tiempos donde el dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, se definió como un soldado más del PRI gobierno y del presidente, la mermada televisora busca limpiar un poco la cara, frente a una nueva audiencia que no se informa mediante los noticieros tradicionales. El documental PRI: Crónica del fin está bien realizado. Cuenta con material exclusivo, ya que sus noticieros eran los únicos autorizados para dictar agenda política y sobre todo ocultar las corruptelas, crímenes y fraudes electorales al amparo del poder; pero no solo tiene una motivación tardía de informar, sino también de atacar indirectamente al compararlo con el actual régimen morenista.

Las figuras priistas entrevistadas como expresidentes, dirigentes de sectores populares, exsenadores, gobernadores y algunos opositores históricos, así como personajes ya fallecidos, se muestran sin filtro ante las cámaras y confirman que los abusos para perpetuarse en el poder, fueron realizados en detrimento de la siempre incipiente democracia mexicana. El PRI nace desde el poder político para repartirse el país, buscar reglas autoritarias para la convivencia e incluso romper con los ideales de la Revolución Mexicana para dar paso al golpe de estado durante su etapa neoliberalismo.

Televisa busca camuflarse como una empresa que siempre hizo periodismo crítico, analítico y plural, para analizar la decadencia y excesos del PRI que formo toda una cultura política del agandalle, el abuso y la corrupción. Sus conductores y productos mediáticos, siendo la candidatura del expresidente Enrique Peña Nieto la fabricación mejor lograda, estuvieron en colusión con el PRI gobierno. La empresa de medios electrónicos mantiene históricamente un acceso privilegiado y cómplice con el poder político y económico que dominó por décadas los destinos de los mexicanos.

Su momento más alto en la historia fue el regreso del PRI mediante la figura de Enrique Peña Nieto, al que se le construyo una candidatura desde la televisora preponderante. El priista miembro de la realeza mexiquense, del mítico municipio de Atlacomulco, tuvo una carrera meteóricamente ascendente al ser gobernador del Estado de México, para luego ganar la presidencia en el año 2012. Incluso la actriz de moda, Angélica Rivera, alias la gaviota, se casó con el entonces gobernador para favorecer su imagen y se divorciaron al fin del sexenio.

Junto con la oposición coptada en el pacto por México, Televisa fue asiduo colaborador en las reformas estructurales que la beneficiaron de la misma forma en que Carlos Salinas de Gortari creo la nueva oligarquía mexicana, producto de la implantación de la moda neoliberal privatizadora.

Con la caída de la generación de la vergüenza priista, donde varios exgobernadores tricolores fueron encarcelados y desnudados sus escándalos de corrupción, la televisora también cayó en un descrédito mayor cuando en el tercer intento por acceder a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador se materializó. Con un país más volcado al uso de las redes sociales, además del fin del formato informativo de los noticieros y sus figuras sin credibilidad, la otrora empresa mediática, defensora del estatus quo prianista y el mismo deterioro del otrora partidazo caminaron de la mano rumbo a la intrascendencia.

Si bien la televisora lidera la oligarquía mediática, con claros intereses económicos de las elites neoliberales, su fuerza de manipulación es diametralmente opuesta a los años dorados de la jerarquía priista toda poderosa. Ahora con acusaciones fuertes de corrupción, una débil estabilidad económica y con la renuncia forzada del CEO, Emilio Azcárraga Jean por acusaciones de corrupción en los Estados Unidos, los años fuertes de la televisora de San Ángel ya solo viven en la nostalgia de los trasnochados priistas.

Si se suma la surrealista etapa del presidente del ejecutivo nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, cuyo liderazgo precipitó la extinción del partido y sus gobiernos estatales, se prevén tiempos muy oscuros para el histórico instituto político. Solo basta revisar las encuestas de opinión para entender que los negativos de Alito son de casi el 50 por ciento de los encuestados, así como la podredumbre de la marca PRI, de la que no existe posibilidad de recuperar.

En los capítulos de los documentales perfectamente realizados, se rescatan piezas periodísticas del momento histórico, con la parafernalia priista de la adulación al poder, los ritos y costumbres del partidazo que evidenciaban la abnegación y su ridícula adulación a los hombres de poder, que muy rara vez cumplían con la propaganda de ser sabios, trabajadores, meticulosos hombres de familia y conocedores de la realidad mexicana y mundial.

En la serie de capítulos, también se excluye la etapa de la guerra sucia contra las guerrillas, las matanzas de Acteal y Aguas Blancas. La serie omite la violencia política, como el asesinato de Luis Donaldo Colosio, Ruiz Massieu las privatizaciones a modo, la fallida transición democrática. Solamente los casos de la matanza del 68 y el denominado halconazo son tocados con cuidado y sin profundizar. Televisa se benefició del PRI populista, luego en su etapa neoliberal junto con el prian, para obtener beneficios económicos que no se entenderían sin su apoyo descarado o velado a candidatos presidenciales de la clase política dominante.

Luego cuando estas figuras caen en la desgracia, son desechadas como basura electoral, tanto por el poder político como el mediático, para intentar acomodarse de nuevo con las elites gobernantes.El PRI parece vivir su lenta agonía a manos del arcaico “Alito” Moreno, la duda es que si la televisora que solo domina en los reality shows vacíos y el corrupto futbol mexicano, también se encamina al camino de la extinción económica. A pesar del próximo mundial de balompié y sus infructuosos intentos por competir en las plataformas de streaming solamente consumido por nostálgicos de las telenovelas.