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El osario

Octavio García con su peculiar estilo comenta los acontecimientos políticos más recientes del país.

26 de agosto, 2024

En el transcurso de las semanas posteriores al 2 de junio y con cada anuncio de las personas que conformarán el flamante y científico gabinete de nuestra nueva presi, algo me ha quedado más que claro: Morena es el nuevo osario de la política mexicana.

Todavía ni acababan de celebrar los fanáticos morenistas (combinación redundante donde las haya) el triunfo presidencial de su candidata, cuando la científica favorita del universo comenzó a repartir “huesos” por aquí y por allá, a sus amigos y, por supuesto, a los amigos del mejor presidente de la Vía Láctea. Como si de una serie televisiva se tratase, resulta que la segunda temporada de La Cuarta Mafufación™ (que lleva como subtítulo El Segundo Piso de la Destrucción) va a tener un elenco muy similar a la primera temporada. En esta nueva temporada encontraremos a viejos conocidos y algunos de los personajes preferidos del público. ¿Cómo olvidar al carnal Marcelo, quien se encargó de la chamba diplomática la mayor parte de este sexenio (apagando fuegos iniciados por las siempre buenas intenciones del presidente), que ya casi chupa faros y ahora tendrá el destino económico de la nación en sus manos? ¿O cómo olvidar a ese galanazo, verdadero heredero de Pedro Infante, quien será el hombre fuerte de la seguridad de todo México después de serlo en la Ciudad de México, Omar García Harfuch? ¡Y esos son solamente un par!

Porque de manera (para nada) sutil, el primer encargo que ha tenido Sheinbaum es el de asegurarse que cada amigo que haya demostrado ser 1000 por ciento leal a la causa transmafufada no se quede sin su tan ansiado “huesote” (incluso miembros de otros partidos ya andan salivando, como un tal Alito, quien anda vendiendo su amor tricolor por unos cuantos billetes guindas).

Esto es ciertamente paradójico, considerando que al gobierno saliente de mi tlatoani deluxe no le importó encontrar los huesos que verdaderamente importan, los de los desaparecidos; pero esto fue un sacrificio para concentrarse en lo verdaderamente importante en la vida: la amistad. Nuestro presi saliente y nuestra presi entrante entienden que no hay mejor forma de agradecer a tus cuatachos que mediante un “hueso” bien grandote, especialmente a los que aguantaron a López todos estos años, una tarea que no debe ser nada fácil (¿quién podría aguantar tanto amor, tantos abrazos y tanta bondad día tras día?). Y aplaudo la elección de mis líderes morales. Sí, porque, ¿qué importa que unos cuantos trabajadores del poder judicial puedan perder sus trabajos? Ellos siempre van a encontrar chamba con los potentados y con la oligarquía para la que, según palabras de López, trabajan. ¿Pero personas intachables como Mario Delgado (inserte aquí su broma preferida sobre su rostro), Citlalli Hernández (al menos mi presi entrante demostró no ser tan irónica y no la mandó a la Conade), Arturo Zaldívar (quien ahora debe ser muy popular ahora entre los trabajadores del poder judicial), Martí Batres (quien ya casi tiene a toda la familia en el gobierno), Rosa Icela (gran lectora de noticias en las conferencias, atributo que doña Vilchis no puede presumir), Tatiana Clouthier (cuyo padre debe estar revolcándose en el más allá), Ernestina Godoy (la fiscal carnal que se ganó nuestros corazones por espiarnos con amor) y todos los demás héroes patrios que han encontrado tiempo en sus tareas de salvar a nuestro país para ser funcionarios? ¡No, ellos no pueden quedarse sin trabajo! Estos superfuncionarios todavía tienen mucho que darle a la Cuarta (Mafufación) y a México. Además de que, por supuesto, esas decenas de propiedades, así como becas a parientes, viajes al extranjero y demás privilegios, no se pagan solos, oiga, así que los amigos franciscanos de mi tlatoani y de nuestra científica favorita necesitan la chamba más que cualquiera de nosotros. ¡Qué honor es tener la oportunidad de seguirles pagando sus sueldos con nuestros impuestos a este Dream Team político! Al fin y al cabo, de seguridad y salud ya tenemos mucho.

Aunque eso sí: muchos se quedaron un tanto tristes y apesadumbrados de que Gerardo Fernández Noroña es uno de los pocos que no alcanzó (hasta ahora) “hueso” (ni saludo, caray). Sin embargo, yo soy optimista y pienso que esta es una excelente noticia para el país porque, sin mayores responsabilidades de dirigir una secretaría en el próximo gobierno, ¡el camarada Noroña tendrá mucho tiempo libre para organizar su campaña presidencial para el 2030!

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