Durante la pasada semana el Supremo, el Único, nuestro Líder patrio tuvo a bien brindarnos su informe presidencial número… no sé, como 26 en cuatro años.
Lo cierto es que poco hay que anotar del evento. Como bien sabemos, no se ha construido nada (con excepción del fallido AIFA y los inoperantes bancos del bienestar), no hay medicamentos ni seguridad ni infraestructura que presumir (y lo que se está construyendo tiene un sobreprecio del 100% como Dos Bocas) y a pesar del “plan antinflacionario” del gobierno la economía sigue en franco declive.
Por el contrario, lo que escuchamos por enésima vez fue la misma retahíla que suena y resuena diario en las mañaneras, incluso las mismas frases recicladas como el “no somos iguales”, sólo que en esta ocasión en con los trazos de Diego Rivera de fondo.
Fiel a su principio de “honestidad”, en el informe se soltaron únicamente frases huecas, intenciones a largo plazo y numerosos datos que por más que se repitan, no dejan de ser francas mentiras.
Lo único que cabría resaltar del Día Nacional de los Otros Datos fue la incómoda presencia de las famosas corcholatas presidenciales: Marcelo, Adán Augusto y Claudia, quienes no sabían si saludarse o no a su llegada, mirándose de reojo y con desdén. Justo un día antes se presentaban los datos económicos que mostraban la cruda realidad: Faltando menos de dos años para que concluya el gobierno de El Licenciado, el PIB del país es menor al que había con el terrorífico PRIAN, aunado a las disputas legales y comerciales derivadas del T-MEC. La pobreza va en aumento y el país se halla inmerso en la informalidad como no se había registrado en décadas anteriores.
Y con cuatro años a cuestas varios opinadores y entusiastas del obradorismo vienen a darse cuenta de que, en efecto, votaron por la militarización del país y ahora lo comentan con amargura en redes sociales. Para ello solo bastó que El Preciso mandara la iniciativa de pasar la GN a SEDENA. Lo del mando civil que tanto presumían en campaña y regresar a los soldados a los cuarteles fue, como todo, un juego de Morena para hacerse del voto y después mandar a todos al diablo. La iniciativa ya fue aprobada en la Cámara de Diputados y veremos que dice el Senado.
También cabe destacar que, durante la semana anterior, algunos estudiantes de la UNAM “curiosamente” comenzaron una campaña de videos despotricando en contra del Instituto Nacional Electoral. No es como que podía saberse, pero resulta que todos son simpatizantes del partido en el poder y varios de ellos cobran en la nómina del gobierno (y de la CdMx).
¿A poco no es una llamativa coincidencia?
Nos leemos la semana entrante.
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