La importancia de los Programas Sociales es que realmente sean un apoyo para seguir adelante, sin que crean que será su salvación, que ya no tendrán que trabajar, porque eso es hacerlos dependientes, sin que resuelvan su problema económico. Éstos deberían de ser administrados con transparencia, sin corrupción, pero, en su mayoría, los gobernantes los usan para comprar a la gente y enriquecerse.
Como una aplastante prueba, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó, que el gobierno de López otorgó durante su administración más de 45 mil 400 millones de pesos a siete programas sociales, prioritarios en su administración que no contaban con los criterios mínimos de aprobación de sus indicadores, y les hicieron falta los acompañamientos técnico y metodológico.
El CONEVAL, organismo autónomo, de los que López decidió desaparecer y los lacayos diputadetes y senadorcillos lo apoyaron, enfatizó, es fundamental proporcionar acompañamiento técnico y metodológico, tanto a los nuevos programas de la administración entrante, como en aquellos que continuarán vigentes, pues son las herramientas que permiten demostrar mediante el monitoreo, el avance de los objetivos de los programas, así como de su público objetivo.
Los programas de López que observaron irregularidades en su último informe: Universidades Benito Juárez, con un presupuesto en los 6 años por 3 mil 866 millones 377 mil 982 pesos; el programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, 2 mil 480 millones 799 mil 103 pesos. Vigilancia Epidemiológica, 2 mil 108 millones 729 mil 89 pesos; Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, 34 mil 401 millones 43 mil 100 pesos. Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos, 2 mil 543 millones 495 mil 157 pesos.
Los programas que no lograron mejorar el diseño de sus indicadores y continúan en la categoría “Aún no cumple con criterios mínimos” son: Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos, coordinado por Sader; Fortalecimiento de los Servicios Estatales de Salud; a cargo de la Secretaría de Salud y las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, de la SEP.
El programa de Vigilancia Epidemiológica, no mostró progreso en la modificación de sus indicadores, continúan midiendo aspectos de gestión relacionados con la cobertura de notificación de casos nuevos de enfermedades. Su propósito carece de orientación a resultados, lo cual dificulta la definición de indicadores que realmente midan un resultado. Recomendaciones emitidas en el ejercicio fiscal anterior, no se reflejaron en modificaciones en su matriz de indicadores para resultados (MIR), lo cual motivó la revocación de su dictamen de aprobación condicionada.
En el programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes se requiere de una mejora en la definición de su población objetivo, e identificar un único cambio o resultado que se espera del programa, ya que actualmente se identifican varios elementos, por lo que el objetivo se vuelve muy confuso.
El programa de Atención a Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social laboral recibió asistencia técnica-metodológica por parte del Coneval durante los dos primeros trimestres de 2024; pero incumple los criterios mínimos de aprobación condicionada.
El programa del Fomento al Cine Mexicano, no brindó claridad respecto a lo que considera como un “desarrollo amplio” no puede identificarse un resultado específico y tampoco delimita a su población objetivo, no hay claridad respecto a qué deberían medir.
Esa cruda realidad, de nula transparencia del mal manejo presupuestario de los Programas Sociales, y en sus objetivos primordiales, como usarlos para “convencer” o presionar a los beneficiarios para apoyar a un partido político, es importante resaltar que, si solamente les regalas dinero, no permites que crezcan, y puedan desarrollarse. Para que realmente tengan un beneficio, se requiere primero crecer y un desarrollo como consecuencia. Difícil avanzar sin crecer.
Y si solamente a través del discurso político, como “Primero los Pobres”, “Ayudar al pueblo sabio”, “Apoyar a mis viejecitos que quiero mucho”, es la única manera de explicar y justificar los programas sociales, eso NO fomenta el desarrollo. Por eso los gobernantes no se meten a la definición de crecimiento. Sin tomar en cuenta o importarles, que, solamente regalándoles dinero, los vuelve adictos a recibirlo, sin trabajar, sin producir. Tienen derechos, pero no tienen voz.
Finalmente, nada más claro que lo que señalaba el gran filósofo francés Voltaire: El optimismo es la locura de insistir en que todo está bien, cuando somos desgraciados.
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