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El Papa Francisco sigue rompiendo esquemas y poniendo el dedo en la llaga. Le gusta decir las cosas como son y no tiene empacho en expresar lo que piensa y...

23 de febrero, 2015

Mónica Uribe

El Papa Francisco sigue rompiendo esquemas y poniendo el dedo en la llaga. Le gusta decir las cosas como son y no tiene empacho en expresar lo que piensa y lo que siente. Tocó el miércoles turno a los mafiosos. En la audiencia general a la que asistieron fieles de la diócesis calabresa de Cassano allo Jonio – Calabria, donde opera la Ndrangheta es, junto con Sicilia, una de las zonas con mayor índice delictivo en Italia – el Papa condenó a quienes, a pesar de los signos externos de religiosidad, hacen de la ilegalidad su estilo de vida. Francisco prosiguió con lo expresado durante su visita a Calabria el pasado 21 de junio, cuando declaró que las personas dedicadas a la mafia, están excomulgadas. Y afirmó “No es posible decirse cristiano y violar la dignidad de las personas; todos los que pertenecen a la comunidad cristiana no pueden programar y consumar actos de violencia en contra de los demás y en contra del ambiente. Los gestos exteriores de religiosidad que no van acompañados de una verdadera y pública conversión no bastan para considerarse en comunión con Cristo y su Iglesia”.

Sin embargo, los llamó a arrepentirse de corazón y atender el llamado de Cristo, asegurándoles que la Iglesia los recibiría de nuevo.

Relacionado con este tema, se dio a conocer en prensa que el Papa está preocupado por el crecimiento del crimen organizado y del narcotráfico en su país natal. Al responder vía correo electrónico a una carta que le envió el diputado y activista social bonaerense Gustavo Vera – además, presidente de la Fundación La Alameda, dedicada a temas como la trata de personas, la explotación infantil, el proxenetismo y el narcotráfico – y precandidato al gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el Papa hizo una referencia a la situación de México: “Veo tu trabajo incansable a todo vapor. Pido mucho para que Dios te proteja a vos y a los alamedenses. Y ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror …”

¿Con quién habló el Papa sobre la situación de México? Es obvio que con los cardenales mexicanos, es decir Norberto Rivera, Francisco Robles y Alberto Suárez Inda, a cuya creación cardenalicia acudieron varios obispos mexicanos. ¿Qué le dijeron? Lo que se vive al ras de suelo en las diócesis, especialmente en las zonas de Guerrero y Michoacán, donde el crimen organizado ha sentado sus reales y donde algunos sacerdotes se han radicalizado de tal manera que ya se habla de la presencia de sacerdotes “guerrilleros”.

Lo anterior nos lleva a lo publicado por el columnista Raymundo Rivapalacio la semana pasada, en donde revela que en la diócesis de Tlapa, una de las más pobres del país, dos sacerdotes participan activamente en los movimientos sociales y son cercanos a la guerrilla. Ello no extraña debido a que justo en los lugares de mayor marginación económica y social, algunos miembros del clero se identifican con las causas populares y se unen a la lucha, de alguna forma u otra. En México hay varios casos, los más notables, Samuel Ruiz y Raúl Vera, y antes Bartolomé Carrasco, arzobispo de Oaxaca y Sergio Méndez Arceo, obispo de Cuernavaca. Y todavía antes, José María Morelos, Miguel Hidalgo, Hermenegildo Galeana y tantos otros que fueron parte del movimiento independentista.

Pero en este caso, lo interesante es que el Papa habla de una nueva categoría de análisis sociopolítico: la mexicanización. Nada tiene que ver con el milagro mexicano de mediados del siglo XX, ni con el sistema político posrevolucionario que logró pacificar al país y fue artífice del llamado milagro. No, mexicanización en el contexto actual es algo semejante a lo que significaba colombianización en las tres últimas décadas del siglo XX: el asalto de las instituciones por parte del crimen organizado, cuyos intereses se anteponían al Estado mismo, entendido éste como la sumatoria de sociedad civil y sociedad política articulados mediante el pacto constitucional. Dicho de otro modo, México es percibido internacionalmente como la Colombia del siglo XXI y el modelo a evitar en América Latina.

La visión que el Papa Francisco tiene sobre México procede no sólo de un conocimiento bastante profundo sobre geopolítica – si no, ¿cómo explicar su participación en el proceso de restablecimiento de relaciones Estados Unidos-Cuba? – sino también de la información que el Episcopado le proporciona y la que el nuncio apostólico le envía. A lo anterior debe añadirse lo que la Compañía de Jesús pueda aportar. Y siempre hay que recordar que la información que llega a la Santa Sede de todos los países con presencia del catolicismo es bastante certera, porque se nutre de distintas visiones, pues la estructura eclesial atiende a todos los grupos y tiene el pulso del humor social. En ocasiones cuenta con centros de estudios sociales que perfectamente pueden diagnosticar una coyuntura específica.

Por el texto enviado a Gustavo Vera, es evidente que el Papa Bergoglio considera que la situación en México es caótica …. Y que estima que sus fuentes de información son absolutamente confiables.

Habrá que ver la reacción de la Cancillería mexicana, si es que llega a haberla …. Lo que posiblemente habrá es una reunión con la Conferencia del Episcopado convocada por la Secretaría de Gobernación.

En otras cosas, pero también relacionado con lo anterior, el Papa recibió a la canciller germana Ángela Merkel. Por supuesto, no desaprovechó la ocasión para tratar la situación en Europa y buscar conjuntamente las vías para lograr acuerdos con el propósito de pacificar Ucrania, de cara a la próxima reunión del G7. Durante el intercambio de regalos, el Papa dio a Merkel una copia de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium y una medalla de San Martín caballero ofreciéndole su manto a un mendigo. El Papa explicó que le gustaba dar esa imagen a los jefes de Estado porque el trabajo de los políticos es proteger a los pobres, a lo que Merkel respondió que trataba de hacer lo mejor posible y prometió leer el documento.

Más allá del intercambio de regalos – Merkel dio al Papa un sobre con un donativo para los niños refugiados del Medio Oriente – los temas tratados fueron la lucha contra la pobreza y la explotación, los derechos de las mujeres y la ecología, entre otros.

No cabe duda que el Papa Francisco es un referente de suma importancia en la política internacional y que continuará levantando la voz en contra de los denominados “pecados sociales”. De ahí que el neologismo mexicanización tenga una connotación peculiar en boca.

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