Cuántas veces hemos oído esa frase. Cuántas veces hemos recibido esa “orden” y gustosos hemos ido porque, a quién no le gusta una chelita bien fría y si hay pretexto, como el mundial, pues con más ganas.
Lo que yo escribo en este espacio son reflexiones sobre economía. Hablo de la economía de los simples mortales. La economía que vivimos tú y yo todos los días, en todas las calles de este hermoso país.
Este tema de la cerveza, aprovechando unos días de Copa del Mundo, picó mi curiosidad. Así que me di a la tarde de buscar información sobre el consumo de cerveza en nuestro país.
Resulta que, según el Inegi, en 2016, mexicanos mayores de 18 años consumieron 10 mil 442 millones de litros de cerveza. Un montón de cerveza. Es más, México se ha convertido en el cuarto productor del mundo y el primer exportador de esta bebida de cebada.[1] Números bastante impresionantes.
Entonces, nosotros los simples mortales, si hacemos cuentas y las matemáticas no mienten, nos echamos aproximadamente ocho chelas a la semana. Como un six y dos más.
¿Cuánto cuesta un six actualmente?
Hay muchas marcas y muchos precios, pero voy a tomar el precio de la cerveza Tecate. Aunque por ahí encontré información de que la cerveza preferida por los mexicanos es la cerveza Corona. ¿Será?
Oxxo anuncia como gran promoción el 12 pack de Tecate (12 latas de 355 ml.) en $118. Así que ese es el precio que voy a tomar como referencia.
Ahora, si tú, como cualquier persona mayor de 18 años, te tomas, en promedio, unas ocho cervezas cada semana estarías gastando $78.66 semanales.
¿Y si en lugar de tus ocho chelas solo te tomas cuatro y ahorras el dinero de las otras cuatro?
Hagamos la cuenta…
Si sigues consumiendo igual, además de la panza de Homero Simpson que desarrollarás, estarías gastando $314.66 en cuatro semanas (un mes). Y en un año… (suena redoble de tarolas), la fabulosa y nada despreciable cantidad de $3775.68. ¿Qué harías con esa lanita?
Haría muy bien a tu salud y a tu cartera. Pero como no todos tenemos vocación de monjes ascetas, está rico echarse una chelita de vez en cuando. ¿No crees?
Sigamos haciendo cuentas. Si decidieras solo tomar la mitad de ellas podrías gastar el mismo dinero pero en dos lugares diferentes.
Podrías gastar $39.33 en chelas y poner los otros $39.33 en un ahorro semanal.
Al mes tendrías $157.32 y al año $1,887.00 nada despreciables.
Es por este tipo de cálculos que se me ocurren que me la vivo preguntándome, ¿de veras no tenemos dinero?, ¿de verdad no nos alcanza para ahorrar?
Mi voto siempre es hacia una forma de vida sobria. No se trata de ser codo o austero en su máxima expresión. Se trata de gozar la vida. El truco está en que sigas gastando el mismo dinero, pero para dos cosas diferentes. Unos pesitos para gozar hoy y otros tantos para poder seguir gozando mañana. Y mejor aún si esos pesitos los inviertes. No solo tendrás un guardadito, sino que ese mismo dinero te estaría dando dinero. Si no sabes por dónde empezar a invertir mándame un correo y te platico opciones sencillas para que tu dinero no pierda valor.
Al final, todo está en las preferencias. ¿Prefiero unas chelitas hoy que comer o poder comprar medicinas mañana? Las decisiones económicas determinan nuestro futuro. Ya en otras ocasiones ya hemos hablado de ellas.
Yo te cuento que, en mi vida, tengo una terrible afición por la Coca–Cola y las papas Sabritas. ¡Muero! Todo el día pienso en lo mucho que se me antojan una coca y unas papas. Pero pienso en mi salud, hago mis números y prefiero no gastar. Gano por todos lados. Cuando siento un antojo voraz pongo ese dinerito en una alcancía y lo gasto en una buena cenita de vez en cuando. Ese dinerito no lo invierto, aunque sí podría, pero también es importante darme mis gustitos.
Todos en nuestras vidas tenemos gastos así. Si no es el refresco y las papas, será el café o los cigarros.
¿Tú que gastos tienes que podrías optimizar? Cuéntame por twitter en @MarijoCodesal y sigamos conversando.
No dudes en consultarme tus dudas, en enviarme preguntas a mi correo o a través de Twitter en @MarijoCodesal. Estoy siempre dispuesta a platicar y acompañarte en la toma de decisiones y acciones para mejorar la relación con tu dinero.
No dejes de aprender, de crecer en consciencia y en libertad para identificar nuestras verdaderas y básicas necesidades, sabiendo que lo demás es extra y que tal vez no lo necesitamos tanto.
Si te interesa prepararte más escríbeme un correo y trabajemos juntos.
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¡A saber más! Que nadie se beneficia de esto más que tú.
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