Nos estamos acabando al planeta, ¿también a la sociedad?

Todas las civilizaciones, los imperios y hasta nuestra vida tienen un principio y un final.

21 de febrero, 2018

Todas las civilizaciones, los imperios y hasta nuestra vida tienen un principio y un final. Y ninguno de estos finales es tranquilo y mucho menos, cómodo. Suelen venir acompañados de dolor, incomodidad, cambios drásticos y nos quedamos sin saber qué sigue. De esos finales o muerte, surgen nuevas formas de ver el mundo. Aprendemos a vivir sin una persona o sin ciertas comodidades.

Reflexiono sobre ésto porque hay signos de que nuestros sistemas económico, político y social están a punto de terminar, así como lo conocemos. No puedo, ni nadie puede, saber el día o la hora en que sucederá, obviamente, pero así es, vendrá, y evitar el tema no lo hará desaparecer. Es nuestro destino como sociedades.

Hay científicos y economistas que están pendientes de indicadores que nos den alertas sobre este posible fin, ponderando una mayor o menor probabilidad de colapso económico, sobre todo.

El economista político Benjamín Friedman[1] tienen una comparación muy interesante al respecto: comparar la sociedad occidental con la estabilidad de una bicicleta en la que las ruedas de la ésta deben seguir moviéndose para mantener el equilibrio, en el caso de nuestras economías este movimiento permanece gracias a lo que conocemos como crecimiento económico.

Por eso oímos decir y leemos por todos lados las cifras anuales de crecimiento económico como una noticia importante. Mientras crezcamos –mucho o poquito- significa que estamos manteniendo el equilibrio en la bicicleta.

Si el movimiento se detiene, los pilares de nuestras sociedades, así como las conocemos hoy, comenzarán a tambalearse. Y aunque no se pueda predecir exactamente cuándo sucederá este colapso, la historia nos puede dar luz sobre esta verdad inevitable con algunos indicadores.

En 2014, un equipo de investigación liderado por Safa Motesharrei, quien es especialista en sistemas, elaboró modelos computacionales buscando mecanismos que conduzcan a un mayor entendimiento de los elementos que puede propiciar la sustentabilidad local/global así como de elementos que nos llevarían a un colapso económico inminente. Lo interesante es que han encontrado dos factores fundamentales para determinar un futuro colapso: la huella ecológica y la estratificación socioeconómica. Esto es, la explotación insostenible de los recursos y la distribución de la riqueza cada vez más desigual.

Los últimos años, prácticamente desde que se creó el programa de medio ambiente de las Naciones Unidas y en particular el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), hemos creado mucha mayor consciencia de los procesos que dañan nuestro planeta y poco a poco hemos aprendido a colaborar para mantener nuestra Casa. Falta mucho por hacer, pero hemos avanzado como sociedades, enormemente.

El lado oscuro aparece cuando no somos ni remotamente conscientes de cómo la estratificación socioeconómica nos está llevando al colapso mucho más rápido que el cambio climático. El riesgo socioeconómico vive entre nosotros y no podemos reconocerlo.

La desigualdad es un tema económico de importancia mayúscula. Mientras mayor sea la desigualdad mayor inestabilidad social se crea y si ésta se vuelve extrema puede resultar mortal tanto para ricos como para pobres.

Por eso, si queremos seguir viviendo en la comodidad que tenemos hasta ahora, por nuestro propio bien, tenemos que colaborar urgentemente en cuidar nuestro planeta teniendo acciones con mayor consciencia de nuestro impacto ecológico y por otro lado, poner todo de nuestra parte para disminuir la creciente desigualdad económica que vivimos en este país. 

¿Cómo hacerlo?… Hay muchas cosas que podemos hacer. Lo importante de mi reflexión de hoy es caer en cuenta que lo tenemos que hacer. Cuando sabes qué hay que hacer siempre se encuentra una manera de hacerlo.  Podemos explorar estos cómos juntos en colaboraciones posteriores.

No dejes de aprender, de crecer en consciencia y en libertad para identificar nuestras verdaderas y básicas necesidades, sabiendo que lo demás es extra y que tal vez no lo necesitamos tanto. Hay que trabajar mucho porque hay que compartir mucho.

Si te interesa prepararte más escríbeme un correo y trabajemos juntos.

Y no te pierdas de aprender un poquito más cada 15 días en Ruiz Healy Times.

¡A saber más! Que nadie se beneficia de esto más que tú. 

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