La desidia cuesta dinero

El otro día, platicando con una persona cercana, me di cuenta de cómo borramos de nuestra mente situaciones...

18 de julio, 2018

El otro día, platicando con una persona cercana, me di cuenta de cómo borramos de nuestra mente situaciones poco placenteras y desagradables. Borramos, casi de inmediato, situaciones que nos incomodan.

Y aplica para todos los ámbitos de nuestra vida.

Pasa con la salud, tenemos pequeños malestares que ignoramos hasta que la úlcera ya está sangrando y no hay manera de esquivarla. Hasta entonces, la situación nos obliga a hacer algo y casi siempre termina en cirugía.

A mí me pasó con una muela: me dolía de vez en cuando. No le di importancia y lo dejé pasar tanto que cuando el dolor era insoportable, tuve que ir al dentista. Por supuesto, hubo que hacer endodoncia. Ya se imaginarán el dolor que eso implica. ¡Ah! Y el gasto que hay que hacer. Una mini caries que puede haber atendido a tiempo, al primer síntoma, se convirtió en algo gigante. Pude haber pagado poco y se pagué el triple.

Es interesante darnos cuenta que solo borramos de nuestra mente hasta cierto nivel de incomodidad. Ignoramos todo hasta que ya no podemos funcionar.

¿Por qué nos hacemos esto? ¿Por qué descuidamos tanto los pequeños detalles?

Pasa lo mismo con nuestra salud financiera. Sabemos que tenemos muchos gastos hormiga, o que tenemos malas prácticas en el uso de nuestras tarjetas de crédito.

Somos conscientes de que no ahorramos ni un peso de lo que ganamos y que, en consecuencia, no invertimos en nada y aun sabiéndolo, lo ignoramos.

Hasta que la deuda no nos deja dormir. Hasta que ya se hizo tan grande el problema que nos revienta en la cara y ya no podemos simplemente dejarlo pasar. Hasta que tenemos 60 años y se acerca nuestra jubilación y no hemos ahorrado nada.

¿Por qué no podemos aceptar que tenemos un problema económico?

En general, las personas somos desidiosas, postergadoras, no tenemos claras nuestras prioridades y, además, es difícil aceptar que necesitamos ayuda. Que tenemos que aprender nuevas habilidades, en este caso, financieras para poder sacar provecho de los recursos que con tanto esfuerzo conseguimos.

Y es que toda relación que tengamos con el dinero es directamente proporcional al nivel de alegría y paz que tengamos en nuestra vida.

Tener dinero significa que tenemos capacidad de compra. Que podemos sentirnos libres de gastar en lo que se nos dé la gana. Ya sea que lo necesitemos o no. Y si sentimos vacío existencial lo llenaremos de cosas en lugar de experiencias agradables. Porque comprar cosas nos da la sensación (corporal y mental) de alegría. Claro que el efecto es efímero, como una droga.

Y no es el dinero per se, éste solamente tiene el valor que tú le des. No importa si es mucho o poco, importa cómo lo trates en tu vida. ¿Tener dinero es valioso para ti? Me puedes contar qué piensas a través de Twitter en @MarijoCodesal

Algunos pesos son más valiosos que otros y eso depende de tus valores, de tus preferencias y gustos. Por ejemplo, si gastas $1000 en unos chuchulucos seguramente tendrán menos “valor” que si con esos mismos $1000 pagas dos boletos de camión o la gasolina para una escapada de fin de semana. ¿No crees? 

Lo que se gasta extra por no atender las cosas a tiempo es una grosería. Es tirar el dinero. Como pagar recargos porque se nos fue una fecha de corte o lo que tuve que pagar de más por no atenderme la muela.

Si compras alguna cosa cara, pero de gran calidad o si inviertes tus pesos, tendrán mayor valor en el tiempo que si solo dejas que el dinero se fugue de las manos sin saber ni siquiera en qué se gastó.

Así que estar contento y en paz, sin postergar o darle la vuelta a las cosas, realmente reduce la posibilidad de estar gastando en objetos que no mejoren nuestra vida. Gastaremos conscientemente en cosas que nos hagan estar mejor a largo plazo y que nos compren experiencias.

Realmente le estaremos dando más valor a nuestros pesos si lo gastamos en experiencias que nos hagan sentir felices y que cada vez que las recordemos revivamos el sentimiento a que si gastamos en cosas que de momento nos alegran y luego en seis meses queremos cambiar por otras nuevas.

A todos nos pasa, a las mujeres con la ropa de moda, a los hombres también, con el auto último modelo o el celular más nuevo.

No posterguemos, no seamos desidiosos. ¡Sale caro!

Podemos estar perdiendo salud, dinero y tiempo.

No dudes en consultarme tus dudas, en enviarme preguntas a mi correo o a través de Twitter en @MarijoCodesal. Estoy siempre dispuesta a platicar y acompañarte en la toma de decisiones y acciones para mejorar la relación con tu dinero.

No dejes de aprender, de buscar estar en paz y contento en la vida de manera que cómo gastes tu dinero sea reflejo de tu bienestar interior. Adminístrate bien, ahorra e invierte.

Si te interesa prepararte más escríbeme un correo y trabajemos juntos.

Y no te pierdas de aprender un poquito más cada 15 días en Ruiz Healy Times.

¡A saber más! Que nadie se beneficia de esto más que tú. 

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