Hoy tengo una reflexión muy profunda sobre las finanzas personales.
Ya les he platicado anteriormente cómo yo me equivoqué y destruí mi buen historial crediticio. Cómo tomé todas las decisiones equivocadas cuando perdí mi trabajo y mis deudas aumentaron. Lo que no les he contado es cómo he ido resolviendo ese tema.
Lo primero que les quiero contar es que reconozco que no uso mi dinero de la mejor manera. Ni le saco todo el provecho que podría sacarle. ¿Por qué?
Porque, aunque sé mucho más del tema que antes, las finanzas personales son infinitamente grandes. Hay tantas cosas por saber que, en 7 años que llevo metida en este ajo, siento que siempre me sigue faltando más y más por aprender.
Lo que quiero decir con esto es que para usar el dinero como los grandes nos hace falta humildad. Reconocer que no lo sabemos todo y que cuando estamos contratando productos financieros como crédito hipotecario, automotriz, seguros, tarjetas de crédito o incluso, un refrigerador a meses sin intereses, tenemos que ser consciente de que no entendemos mucho. Cuando nos dan un contrato todo rebuscado con letra minúscula que ni leemos, que si leyéramos no entenderíamos y que nada más firmamos, estamos tomando una decisión que impactará nuestros bolsillos sin estar muy enterados de los cómos. Y con eso, nos puede pasar que nos estén viendo la cara, que nos puedan estar cobrando cosas que no deseamos contratar o que estamos duplicando pagos.
Lo que pasa es que al firmar sentimos que las cosas son “gratis”. En ese momento no estamos pagando nada. Solo firmando.
Lo grave es que en realidad eso es lo que piensa nuestro cerebro en el momento de hacer esas compras y tomar esas decisiones. Nuestro cerebro no registra que estamos gastando dinero, porque físicamente no lo estamos haciendo, piensa que estamos comprando solo con firmar.
Cuando uno saca un billete de la cartera para pagar, aunque sea unos chicles, se siente cierta incomodidad. Haz la prueba, te invito. Compra algo en efectivo y reflexiona lo que estás sintiendo. Saca mil pesos de tu cuenta y compra algo de esa cantidad en efectivo. ¿Cómo se siente? Me encantaría saber qué sentiste, cuéntamelo por Twitter en @MarijoCodesal.
Yo te cuento que siento como un hueco en el estómago y como cierto corajillo al quedarme sin efectivo. Eso me pasa a mí, claro que es personal. A ti te puede pasar algo similar o no, pero la única forma de saberlo es haciendo la prueba y estando muy consciente de qué pasa con tu cuerpo cuando pagas en efectivo.
Por eso, firmar un crédito, pequeño o grande, nos resulta más fácil. De lo que no nos damos cuenta es del dolor físico y emocional al que nos hemos comprometido por los próximos 12, 18, 60 o 240 meses del crédito que hemos firmado. Además del esfuerzo que implicará haber hipotecado tus sueldos futuros todo ese tiempo.
¿Les ha pasado que al pago 6 o 7 ya están medio hartos, un poco angustiados y casi que les urge que acaben los pagos contratados?
A mí sí. Estoy pagando un plan de previsión en una funeraria, para que cuando me muera nadie se tenga que preocupar por pagarme el entierro, y a veces me urge que pasen ya los 36 meses que contraté. Claro que, si hubiera pagado de contado, me hubiera salido más barato, pero pues ya me embarqué. En este plan, como en cualquier otro, puedo hacer aportaciones a capital, pero qué pasa… que en realidad nunca me “sobra” como para liquidarlo. Entonces, sigo pagando mi mensualidad religiosamente. Porque si no lo hago, pierdo todo lo que ya pagué.
Por eso digo que la primera actitud importante es la humildad. Nos urge reconocer que la verdad NO SABEMOS USAR NUESTRO DINERO.
Y la segunda actitud que considero muy importante es la curiosidad. No somos lo suficientemente curiosos para solicitar que nos expliquen hasta las letras más chiquititas.
No se nos ocurren preguntas cómo: ¿cuánto es el monto extra (interés) que estoy pagando por dividir este gasto en mensualidades? Esta sería la pregunta más básica de todas, pero hay muchas otras. Preguntas importantísimas para hacernos y hacer a la persona que nos está queriendo vender el producto financiero.
¿Cuánto gana usted por esta venta?
¿Hay algún otro plan de financiamiento más barato?
¿Cuál es el costo anual total?
¿Si pago fuera de tiempo cuál es la tasa de interés moratorio que tengo que cubrir?
¿Es este el mejor momento para hacer esta compra?
¿Tengo algún beneficio? (Puntos, seguro gratis, etc)
¿Existe alguna promoción aplicable que pueda aprovechar?
Si me quieren vender una garantía extendida…¿Qué porcentaje de estos productos falla? ¿Hay garantía ofrece el fabricante directamente? ¿Por cuánto tiempo?
Estas son solo algunas de las que se me ocurren de pronto, pero hay infinidad. Lo que pasa es que las personas de ventas están super bien entrenadas para cerrarlas rápido y sin que las personas tengan tiempo de pensar mucho. Se aprovechan de nosotros como consumidores.
Recuerda que cuando compras un coche, un seguro, una casa o cualquier otra cosa, de manera financiada, estás comprando el bien, pero también estás comprando el dinero para hacerlo. De esta forma, no tenemos que esperar a juntar nosotros ese dinero con la disciplina que eso conlleva, sino que podemos disfrutar de usarlo, manejarlo o habitarlo casi de inmediato. Y tenemos que ser conscientes de que eso nos cuesta dinero. A veces muchisísimo.
El otro día, estaba con un cliente evaluando el cambio de hipoteca de Infonavit total a banco y nos dimos cuenta que si sigue pagando donde está le sale 5 veces más caro que cambiarse a un banco. Al cambiarse a un banco solo le sale 2 veces más caro. Haz la cuenta, si pidió prestado 1 millón de pesos…. ¡Está cañón pagar 5 o 2 millones de cualquier manera! ¿Estás de acuerdo?
Si me preguntas, por eso los ricos son cada vez más ricos, porque saben usar mucho mejor que nosotros, los simples mortales, su dinero. Al tener dinero pueden comprar de contado muchas cosas. Y comprar de contado siempre, siempre, es más barato.
Las empresas tratan de atraparnos de todas las maneras posibles y nosotros caemos. Unos más como el Borras que otros, pero caemos. Vivimos en deuda perpetua y cuando se nos está por acabar esa deuda ya estamos buscando una nueva para embarcarnos otra vez. Si quieres salir de ese círculo vicioso te comparto este mini curso de deuda con el que podrás trabajar en ordenarlas, hacer un plan y pagarlas.
No me canso de repetirlo: Los bancos hacen muy bien su trabajo. Ellos no pierden, ¿y tú? ¿Por qué estás usando tu sueldo para pagarle a los bancos en lugar de a ti mismo?
Mi recomendación personal, para mí misma y para ti que has leído esta colaboración es que seamos humildes y ejercitemos nuestra curiosidad. También podemos hacer pequeños planes de auto-pago para hacer crecer nuestros ahorros lo suficiente como para no pedir prestado para cosas pequeñas y medianas como viajes o bienes personales.
Por otro lado, seguir capacitándonos es obligatorio. Poniendo en práctica todo lo que aprendemos y sobre todo, desarrollando hábitos financieros saludables. Te dejo una invitación a prepararte, es un Entrenamiento Financiero que te ayudará a clarificar cómo te llevas con tu dinero, podremos manos a la obra en corregir errores financieros básicos además de planear qué queremos hacer con nuestro dinero más adelante. Lo daré el próximo 24 de junio. Ahí trabajaremos sobre los temas más importantes de las finanzas personales. Si quieres crecer debes aprender. Esta opción que te ofrezco además es muy didáctica y divertida.
Algo que si he aprendido es a no gastar indiscriminadamente. En cada compra que hago siempre me pregunto: ¿lo quiero o lo necesito? Ha sido un gran paso en mi vida y una muy buena fuente de ahorro.
Ahora cuéntame, ¿tienes algún truco que te funciona para no caer en deuda o en compras innecesarias? ¿Estás endeudado y te preocupa? ¿Estás ahorrando? Cuéntamelo por Twitter en @MarijoCodesal. Me encantaría saber en qué andas.
Y, sobre todo, no dejes de prepárate. Aprender a manejar bien tu dinero, que es un recurso muy importante en nuestras vidas, es fundamental. Tampoco te pierdas de aprender un poquito más de economía cada 15 días en Ruiz Healy Times.
¡A saber más! Que nadie se beneficia de esto más que tú.
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