El primer semestre de finanzas que estudié abordaba temas como los mercados y los productos financieros. El sistema financiero mexicano y otras cosas que no entendía. No entendía ni J y pensé: ¡¡WTF!!, esto es muy complicado para mi. Además yo como mujer para qué quiero saber de bonos, acciones, derivados, fibras y mil otros nombres de instrumentos financieros. Yo nunca voy a comprar acciones de Coca Cola o de Telmex. Me dan igual el put y el call y todos esos términos. Pensaba: “solo tengo que pasar la materia, ¡solo tengo que pasar la materia!”
Pero, ¿qué creen que pasó después? Pasado el primer susto y esos primeros días y, dejando de un lado la horrible matemática que, a muchos nos tortura, me volví un tanto adicta a seguir los movimientos de los mercados financieros. Todavía no entiendo todo lo que quisiera y tampoco me he convertido en experta del tema pero descubrí que me apasiona ver como se mueve el dinero ahí. Descubrí también que hay dos grandes sentimientos que mueven el mercado, el miedo y ese otro sentimiento que provoca el golpe de adrenalina. Tal vez podríamos llamarlo audacia o bravura. No sé. Si tienes una mejor manera de describir ese sentimiento mándame un tweet.
El punto es que es un mundo apasionante este, el de los mercados financieros.
Te cuento esto porque continuando con nuestra propia alfabetización financiera, la tercera pregunta con las que nos encontramos nos habla de una acción y de un bono. Estas dos cosas se compran y se venden en los mercados financieros así que por ahí teníamos que empezar.
Si no recuerdas las preguntas anteriores puedes regresar a la pregunta uno en este artículo y a la pregunta dos aquí. Pero lo que nos interesa hoy es poder contestar la pregunta tres que dice así:
3.- Verdadero o Falso: Comprar una acción de una compañía usualmente provee un retorno de inversión más seguro que el de un bono.”[1]
¿Sabes la respuesta?
Vamos por orden. Acuérdate que todo en economía y finanzas tiene que ver con crear riqueza y eso viene de comprar y vender, entre otras cosas. Así, resulta que existe un mercado, como el de frutas y verduras, en el que puedes comprar y vender papeles. (Explico adelante esto de los papeles antes de que un purista quiera matarme por la definición). Esos mercados son las bolsas de valores de las distintas ciudades como Tokio, Nueva York y México. Pueden ser reales, virtuales o las dos cosas. En estos mercados se comercian títulos. Yo les llamo papeles porque aunque lo que se comercia son pedacitos de una empresa o del tesoro de un gobierno o metales preciosos y otros productos, todo, absolutamente todo está representando en papel y ahora también de manera digital. Estos títulos, dependiendo de lo que representen, tienen diferentes nombres como bonos, acciones, derivados, fibras, EFTs, etc. Todos son deuda. ¿Quién adquiere esa deuda? Pues quien los emite. Si una empresa necesita dinero para algo, digamos que para comprar maquinaria nueva, entonces puede vender pedacitos de sus empresa a cualquier persona que quiera tener un pedacito de ella. Lo hace en un mercado financiero y las casas de bolsa funcionan como intermediarias de esta compra-venta. Ellos emitirán acciones de su empresa y tú o cualquiera podríamos comprarlas.
Un bono, también es un producto financiero de deuda pero con fecha de caducidad, digámoslo así. Tú compras un bono y sabes, desde que lo compras, que al final del tiempo que está estipulado recibirás tu dinero más un pago extra por haberlo comprado, a diferencia de la acción. La acción la compras para luego venderla y la puedes vender en el momento el que consideres adecuado. No necesitas esperar un tiempo determinado.
Ambos títulos, las acciones y los bonos, te pagan por haberles dado tu dinero. Como ya lo explicamos antes, si tú dejas de usar tu dinero hoy y lo prestas a alguien (a un banco para ahorrar) o compras algo en un mercado financiero (para invertir) tienes una ganancia por haberlo hecho. Ganas cuando le pides al banco tu dinero de regreso y al invertir ganas cuando vendes el título que adquiriste. Digamos que ahorrar es prestar tu dinero e invertir es comprar algo para luego venderlo y ganar dinero en ello. Tiene también otros aspectos a considerar pero aquí lo he simplificado.
Ahí es donde aparece el factor riesgo. Cuando tú le prestas dinero a un pariente hay un riesgo de que no te lo regrese. Depende de que tan cumplidor sea, ¿no? Así cuando le prestas tu dinero al banco, hay riesgo. Claro que casi nulo, porque nuestro ahorro está protegido por el IPAB. En el caso de una inversión (comprar para luego vender) el riesgo aumenta. Y aumenta de acuerdo al tipo de producto financiero que compres, hay productos financieros más “seguros” que otros. Pero todos, absolutamente todos tienen un riesgo. ¿Qué tipo de riesgo? Por ejemplo, imagina que la empresa de la que compraste una acción quiebra. Perderías tu dinero o recuperarías muy poco. O que todo el mundo se emocione con otra empresa en lugar de la tuya. Entonces bajaría mucho el precio de tu acción y ya no podrías venderla bien, tal vez ni siquiera al precio al que la compraste. Miles de cosas pueden pasar. Por eso nuestra tercera pregunta toca este tema: ¿qué es más seguro?
Como dijimos, los bonos tienen una fecha de término en el que te tienen que pagar lo acordado al momento en que compraste, las acciones no tienen eso y depende de tu habilidad para comprar barato y vender caro que obtengas una ganancia.
Por lo tanto, qué te parece más seguro para invertir, ¿uno bono o una acción? Ya lo sabes y entonces puedes contestar la tercera pregunta. ¡Yei!
Es falso que comprar una acción de una compañía usualmente provea un retorno de inversión más seguro que el de un bono. Un bono es más “seguro” porque tiene fecha de pago, una acción no.
¡Felicidades! Vas educándote financieramente.
Al final importa entender aunque sea un poco esto de los mercados financieros y sus productos porque son un buen lugar para invertir e invertir siempre ayuda a acrecentar nuestro patrimonio personal. No te digo que te avientes como el borras a comprar acciones. Obvio. Recuerda que en estos temas siempre hay riesgo de perder tu dinero. Necesitas primero conocer tu perfil de inversionista para que sepas qué nivel de riego puedes aceptar. Y parar oreja cuando dicen que hay “confianza” en el mercado. Eso quiere significa que no hay miedo y que la gente está invirtiendo.
Es un mundo enorme de temas, términos y conocimientos por adquirir hablando de los mercados financieros. Lo bueno es que no tenemos que saberlo todo y para eso hay asesores especializados. Lo que si hay que hacer es seguir aprendiendo para tomar mejores decisiones para nuestro futuro económico y para hacer crecer nuestro dinero. El dinero no da la felicidad pero qué tranquilidad da poder pagar médicos y hospitales si hace falta, ¿no crees?
¿Tú cómo andas en estos temas? Déjame un comentario o sigamos esta conversación por las redes sociales. Si te educas financieramente sabrás tomar mejores decisiones en tu beneficio personal, si no, seguiremos aprendiendo por el método tradicional: prueba y error.
¡Hazlo, a nadie beneficia más que a ti!
[1] Klapper, Lusardi, Oudheusden. “Financial literacy around the world” MCGrawHill Financial Inc2014.
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