Las abuelas muy orgullosas de serlo, son las responsables de que todos los niños vean a otras personas viejas y lo digan. “Es que ya estoy viejita, mijo”, “Es que estoy viejita y no puedo correr tan rápido”, “Es que no veo bien porque ya estoy viejita”. Para todo son viejitas y los niños ven, además de escuchar esa barbaridad, las arrugas que sus abuelitas empiezan a tener y por ello, otras arrugas en otras pieles, les representan vejez y cansancio.
Esas abuelas tienen entre 50 y 60 años, son las abuelas jóvenes que se dicen viejas delante de sus nietos. Son abuelas que hacen ejercicio, que se van de cafecito, que salen por las noches en cenas románticas o de baile con sus amigas, que viajan solas, que sonríen, gritan, se emocionan y hasta tienen un novio o quieren tener uno y sí pueden ver, entonces, ¡no están viejitas!
Niños a mí, me han dicho viejita. Han visto las arrugas como las que ven en los rostros de sus abuelas y tengo la misma edad que ellas. No llego a 60 aún y ya mis alumnos me hicieron una viejita cansada. Es la repetición de lo que escuchan y lo que les obligan a ver, les enseñan que una persona con arrugas ya no tiene energía, ya no puede correr o bailar o cargar a los nietos, que porque les duele la espalda.
Los niños no relacionábamos la vejez con las arrugas, era por los anteojos con cadenita o la mecedora, porque tejían bufandas y pasaban las mañanas cocinando con los calcetines puestos. Nos daban la cuelga el día de nuestro santo y veían telenovelas por las tardes, sin nietos alrededor.
Te estás poniendo viejita y eso no me gusta porque ya no vas a poder dar clases de natación —me dijo Roxanita mientras tocaba mi cara— te vas a cansar y te va a doler la espalda.
Quizá suceda un día —le dije— el ejercicio que hago con ustedes ayudará a que falten muchos años para dejar de dar clases, todavía no estoy viejita.
Tienes arrugas como mi abuelita y ella no quiere jugar mucho conmigo porque se cansa —argumenta la niña—y siempre me dice que ya está viejita.
¡Su abuelita tiene mi edad! Todos mis alumnos pudieran ser mis nietos y sus mamás pudieran ser mis hijas.
Abuelas jóvenes, muévanse, aplíquense con sus nietos y dejen de decir que son viejitas, por su culpa todas las demás estamos en la misma decadencia delante de los niños. Decirse viejas, no las hace mejores abuelas.
Creo que lo hacen y dicen solo delante de los nietos porque, una vez que los niños se van a sus casas, las abuelas se comportan como las personas jóvenes y activas que en realidad son. Quizá busquen un pretexto para no seguir el ritmo de los nietos. Quizá sea que no les gusta cuidar chiquillos todas las tardes, quizá lo que buscan es vivir su adultez de otra forma y no atendiendo niños como si fueran sus hijos y por eso les parezca buena idea decir que ya no pueden hacer nada porque están viejos.
Las abuelas en otro tiempo no cuidaban nietos de tiempo completo, no iban por ellos a la escuela. Los nietos, eran visitas de domingo o un par de tardes a la semana. Cada matrimonio se responsabilizaba de sus propios hijos y no los encargaba con la abuela, salvo por una que otra noche a causa de alguna salida social o emergencias, de ahí en más, los hijos eran hijos de sus papás y la vida de la abuela era muy respetada.
Sí, es cierto, los tiempos son otros y en la pareja tienen que trabajar los dos y … blah, blah, blah, (excusas) no pensaron antes de tener un hijo y otro y otro, ¡ah! es que hoy existen las abuelas condescendientes que se atreven a renunciar a su vida para adentrarse a la vida de abuela sin haberse hecho vieja primero.
Se abusa de la abuela como si ella no tuviera o no quisiera tener una vida propia. Muchas mujeres solteras, (cualquiera que sea la razón) con hijos que se dicen excelentes mamás y presumen de “sacar a sus hijos adelante solas” (frase absurda, como si los niños fueran seres rezagados que deben ser jalados o vivieran en un hoyo del que tienen que salir), cuando la responsabilidad de sus hijos es de la abuela, incluidos, muchas veces, los gastos de los niños.
Las mamás solteras modernas, “necesitan desestresarse” (otro absurdo), se comportan como solteras sin responsabilidades mientras las abuelas lidian con lo que no les corresponde, eso sí, habrá que tomarse y publicar muchas fotos de amor con los hijos, por supuesto el pie de foto no dirá “mi mamá es su mamá, yo no sé ni que talla es de pantalón”. Sucede, sucede por todos lados.
Las abuelas/mamás de este tiempo ni son viejitas, ni tienen la vida acabada. Obligarse a educar nietos hace que, volviendo al principio, se digan viejas, la verdad es que ¡les aburre la vida de abuelas! y no lo dicen.
Y no, no es cierto que estás vieja solo porque aceptaste cuidar, lidiar y hasta mantener a tus nietos. No estás vieja mientras puedas seguir riéndote a carcajadas, mientras la poesía te siga alborotando la emoción, no estás vieja si no quieres. Muévete y regresa la responsabilidad de los niños a quien corresponde, hazlo pronto porque si no, la vejez te atrapará de verdad y aun no llegas a los 60.
Nota: Los abuelos no, ellos fueron más listos y dijeron: “No, gracias, yo no. Ahí se ven”, y siguen tan jóvenes y tan campantes como debería ser, también para las abuelas.
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