Princesa es un término usado para nombrar a las mujeres de un principado, adquieren el título de princesas porque son hijas de un hombre que lleva el título de Rey o se casaron con uno. La princesa cualquiera que sea su ascendencia, es siempre una mujer como todas y no trabaja ni se esfuerza por ganar el título, simplemente nace con él.
Un campeón es una persona que supera a otros en alguna actividad, que destaca sobre los demás, que se ha entrenado por años, ha transferido su vida hacia el deporte o el intelecto para merecer un trofeo, una medalla dorada por lo tanto, gana el título de Campeón.
Las Princesas y los Campeones no se conocen porque sus vidas y educaciones, así como sus metas, logros y ambiciones son abismalmente diferentes. Los caminos que recorren son paralelos y al final del mismo a la Princesa le espera un cetro y una corona, al otro el reconocimiento de Campeón, entonces queda sobreentendido que el título de una se adquiere y el del otro se gana.
Las otras princesas son caricaturas y los otros campeones son dibujos animados, no son niños, son criaturas deformes que viven en mundo de fantasía que nadie conoce como realidad y que sirven para el entretenimiento y ensoñación de chicos y grandes.
Las niñas y los niños de hoy, no son princesas ni campeones, ¡son niños! Con un nombre propio y adjudicarles el apodo a manera de título no es sino provocarles sentirse y presumir lo que no son.
Las niñas, a menos que se casen con un monarca nunca serán princesas. Y los niños, mientras no ganen una competencia con esfuerzo propio no serán nunca campeones. Para eso se inventaron los nombres, para identificar a las personas, eso sí los padres rebuscan un nombre único para sus hijos y acaban llamándolos princesa y campeón, los apodos cariñosos solo inhiben la identidad de los niños. Si gritas ¡princesa! o ¡campeón! en el centro comercial, verás cuántos chiquillos voltean. Por supuesto ellas no llevan corona ni cetro y ellos no tienen un trofeo aunque los disfracen de lo mismo.
El asunto también se transfiere a príncipes y campeonas que porque la equidad de género tiene que empezar desde los niños, ya no entiendo. Y como de vender se trata y la economía afecta cualquier bolsillo, han aparecido talleres y cursos de ¡desprincesamiento! (ni la palabra existe) en los que se les enseña a no ser eso que no existe. ¿De verdad hace falta un taller de estos? ¿Clases para las niñas, los niños y sus papás en los que se les tenga que recordar que los niños están para jugar y divertirse explorando el mundo que los rodea sin arquetipos ni etiquetas de fantasía? Cursos carísimos que por supuesto los reyes del hogar quieren pagar para revertir el daño que ellos crearon en sus vástagos.
Haría falta ir a ver a los chiquillos de la mano de sus mamás cuando lleguen al taller y un extraño les rompa la fantasía y ¡pum! Resulta que papá es un mentiroso ¿ya no soy princesa? ¿ya no soy campeón? No le compliquen la existencia a las criaturas, de por sí aprenden y se rebelan a destiempo y sin información.
Señores, señoras: las princesas no existen, sus hijas no pertenecen a la realeza y los campeones se hacen con el tiempo, no se inventan. Increíble que sea necesario instruir para ser como naturalmente y por instinto se debe ser. Uno de tantos: http://www.eibar.eus/es/tramites/cursos-concursos-certamenes/curso-desprincesamiento
Por eso estoy aquí
El discurso en general iba bien, aderezado con datos históricos que seguramente el presidente Trump no conocía. El cierre...
julio 10, 2020Un fin de semana entre épocas distintas a través de dos libros y una película
La actualidad no es exclusiva de dimes y diretes, criticas, partes y contrapartes de lo que sucede en el...
junio 24, 2020Lo que veo y escucho en Internet
Millones de opciones para todos los gustos, estados de ánimo, tiempos de ocio, de curiosidad y datos inútiles que...
junio 19, 2020¡No sea cruel señora!
Si la señora Olga Sánchez Cordero está “blindada” contra el COVID-19, es cínico y cruel que lo haga público...
junio 5, 2020