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Los aromas y las personas

Además del caos que puede causar la lluvia, hay también esa parte casi nostálgica que tiene que ver con lugares y las personas. El olor...

21 de junio, 2016

Luisa Ruiz

Además del caos que puede causar la lluvia, hay también esa parte casi nostálgica que tiene que ver con lugares y las personas. El olor a tierra mojada, a arboles frescos y el aire que también cambia de aroma después de la lluvia; esos olores evocan tiempos y momentos que generalmente son de la infancia, de la familia, de paseos o cuando salíamos a brincar en los charcos.

De niños no sabíamos a qué olía, solo sabíamos qué se sentía y ya de adultos nos gusta oler el ambiente y el cerebro encuentra lo que recuerda y lo dibuja con claras imágenes. Los mejores recuerdos no quedan impresos en fotos, me parece que los mejores momentos están precisamente en un aroma, los momentos de hace muchos años o los de la semana pasada, los de ayer y todos tienen una relación con el tiempo y la escena que se recuerda, a veces a eso le llaman nostalgia, yo digo que son solo datos almacenados en la memoria por medio de un olor.

Existen muchos estudios que revelan el interesante comportamiento de las personas a través de los olores, las sensaciones que provocan y que pueden ser aún más fuertes que una simple atracción física visual; el aroma se puede comparar con una palabra bonita o cariñosa, así como un mal olor con un insulto.

También influye en las relaciones humanas que, combinadas con el olor que tenga el ambiente del lugar en que nos encontramos, cualquier tiempo después, es una forma de regresar el tiempo. Las miles de células nerviosas cerca de la base del cerebro dirigen la conducta humana mediante respuestas emocionales y activan recuerdos que alivian la tristeza, ayudan a la memoria y al aprendizaje, muchos de ellos por medio del aroma que haya tenido la imagen.

Entre los aromas que se utilizan en aromaterapia, la vainilla ocupa el primer lugar en todos los experimentos médicos porque comprueban que da una sensación de bienestar, hay otras fragancias con efectos positivos, la lavanda produce relajación y sube los niveles de energía.

Otros tantos estudios, por ejemplo, figura uno de Firmenich, empresa creadora de fragancias en Ginebra, Suiza y revela que las mujeres huelen a cebolla y los hombres a queso. En el olor corporal de las féminas, existen altos niveles de azufre, éstos, al mezclarse con las bacterias, producen un compuesto químico llamado tiol cuya esencia es similar a la cebolla. En los hombres predominan los ácidos grasos, cuya unión con microorganismos origina un aroma parecido al queso.

El perfume de cada ser humano, además de crear vínculos importantes entre otras personas y su tiempo, puede dejar impreso un recuerdo perenne del que será muy difícil deshacerse. Las lociones, colonias y perfumes inventados son a manera de accesorio, una canción; la música también rememora y dibuja con detalles el paso del tiempo en la vida de cada uno.

Y bueno, si en Tijuana y el olor a tierra mojada y lo demás no existe, habrá que quedarse entonces en casita con algunas aromáticas velas de vainilla o lavanda para que la lluvia tenga otro recuerdo y no el olor a basura cuando las inundaciones de tres gotas ocurren.

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