“Toallas femeninas de tela”, es el anuncio de un taller para aprender a hacer toallas femeninas. Personas que experimentan e invitan a otros a vivir con lo básico, gente que quiere alejarse a vivir a los cerros, mochila al hombro. Clases para enseñar a ser padres. Cursos para saber cómo lidiar con las emociones. Talleres para la integración de las familias. Clases para hacer hortalizas caseras, para purificar el agua, para no generar basura.
Tutoriales videograbados para hacer las cosas uno mismo. Consejos para reutilizar todas las cosas. Conferencias de superación personal. Clases especiales para “des-princesar” a las chamacas y ubicar a los “campeones”. Talleres para la aceptación de las personas diferentes, para aceptarse como persona diferente. Advertencias del fin del mundo. Todo, anunciado como novedad y todos, encumbrando la moda. Clases que etiquetan niños y clases para quitárselas. Lo que incluye la vida moderna no es otra cosa que el origen del caos en el que se vive hoy.
Hablan de olvidar el pasado; por otro lado, hablan de tener que conocer el pasado para no repetirlo. Los más jóvenes, los que ya no tienen abuelos que les cuenten de las revoluciones y las guerras, se abocan a rápidas vistas en internet que no les marcan los orígenes sino la “novedad” para que aprendan a hacer lo que ya se hizo antes.
Los fanáticos creen que nadie escucha, se rebelan sin fundamento y se radicalizan creyendo que nadie hace caso a su moda, que porque los mayores son retrógrados y no, los mayores ya vienen de eso que los jóvenes creen nuevo, los mayores anduvieron ese camino hasta llegar al caos que se creó porque antes, los mayores de hoy, fueron los jóvenes rebeldes que quisieron poner de moda lo que sus mayores ya habían vivido y estaban padeciendo un caos que esos mayores crearon. Y así, antes y antes y antes del antes y la historia vuelve a repetirse como moda.
Se repite en las familias, en los empleos, en las empresas, en la sociedad, en la mesa de un café y como lo estamos viendo, en el mundo de hoy que ya fue antes.
No hay modas nuevas, no hay un hilo negro que se haya descubierto muchas veces, la madeja se enredó con la cantidad de gente y de opiniones. Las “novedades” de hoy, son los nudos que crearon los mayores de antes y que prefieren olvidar sin reconocer los errores que cometieron y es más fácil culpar a los jóvenes del enredo de hoy.
Son pues, nudos y mas nudos en la madeja de la vida, por eso, nada de lo que pueda suceder hoy será novedad. El mundo es un tejido mal hecho que a nadie le queda y la tecnología hace creer que esos nudos van a desaparecer con un tutorial.
Para rematar, en la viada de las campañas políticas, también se puede ver la “innovación” que presentan los candidatos, todo lo que dicen, ya se dijo antes. Todo lo que prometen, se prometió antes, todo lo que no se cumplió antes tampoco se cumplirá mañana.
Entonces, ninguna persona puede inventar la fórmula mágica para estar bien con todo, con todos y en todo. Los jóvenes muy jóvenes, sienten la necesidad de inventar o reinventar lo ya hecho porque no han tenido adultos responsables que les cuenten que ellos echaron a perder el mundo en el que están viviendo ahora.
Por eso estoy aquí
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