Las administraciones de gobierno actuales de cualquier color, en todos los estados, en todos los municipios y delegaciones aún están en función, no han terminado sus periodos y la mayoría de los ciudadanos se han quedado en pausa como si las elecciones del uno de julio hubieran detenido el tiempo y la razón.
El final de cualquier ciclo y como el de cualquier competencia deportiva es crucial, es cuando más esfuerzo y mayor exigencia se requiere para terminar en primer lugar o al menos, terminar honrosos; las administraciones actuales deben hacer ese esfuerzo y los ciudadanos es cuando más deben exigir y aprovechar los beneficios al mismo tiempo que educarse en lo que sigue.
Muchos de los funcionarios que no tendrán cabida en la próxima administración han pasado los días enredados en la queja, en los cuestionamientos y han dejado de trabajar como debieron haberlo hecho desde el inicio y no, se han reunido una y otra vez porque aun piensan que la razón de su fracaso es responsabilidad de alguien más, no de ellos. Otros servidores públicos se han retirado a lamerse las heridas para escapar del escrutinio y la burla de los ciudadanos y no se atreven a dar la cara.
En Tijuana, hay varios programas sociales detenidos, en las oficinas de gobierno no tienen respuestas para las necesidades de la gente, la violencia sigue en marcha, una cruenta marcha. Hay infinidad de temas sin resolver y deudas con la sociedad. Así como mucho de la función dejó de funcionar, así también, hay quienes andan en las calles en una suerte de reencuentro con su comunidad.
Así es eso de la campaña vs la elección, primero, es una conquista que muestra lo mejor de las dos partes, la del candidato y la de los electores, luego viene el noviazgo, aun más dulce y prometedor, lo que sigue es el matrimonio y es cuando todos deben ponerse a trabajar en lo que corresponde para mantener esa relación. Igual que en un matrimonio, el tiempo que se comparte no es el mismo y la cercanía debe tener una distancia, entenderlo es la clave.
En el matrimonio endeble, los programas sociales y gestiones políticas de Tijuana, poquísimos funcionarios han mantenido la integridad, entendieron que la relación está a punto del divorcio y decidieron, si no renovar votos, al menos, terminar una carrera con honra para tener una separación que deje en paz a las partes.
En un par de rinconcitos del gobierno local, han decidido que la derrota y la victoria del contrario, no es tema con el que van a perder el tiempo sino aprovechar lo que les queda, le han recordado a la sociedad que siguen trabajando, decidieron meter el acelerador y encuentran que, la gente ya no quiere escuchar, no quiere cooperar.
Como ejemplos, hay un Centro Comunitario que tenía una rítmica actividad, en camino para convertirse en la “casa club” de la colonia y automáticamente se detuvo el siguiente lunes después de las elecciones y no por causa de los dirigentes. Dijeron los colonos, “es que como perdieron, creímos que iban a cerrarlo” y dejaron de asistir.
Con esfuerzos increíbles se ha insistido en participarle a la sociedad que siguen teniendo derechos, beneficios y que aún faltan compromisos por cumplir. Desafortunadamente, si estos proyectos no logran suficiente asistencia, el delegado, diputado o quien corresponda, cerrará incumpliendo. Los programas funcionan cuando la gente responde, no hay otra forma.
Es cierto, mucho de lo social no sirve, es obsoleto o redundante, sin embargo, hay mucho que sigue en pie, como ese Centro Comunitario al que no muchos quieren volver. Otro programa tiene la finalidad formar futbolistas con los chiquillos que tienen talento con el balón. Este proyecto tuvo un inicio y no se proyectó un final, es un programa de tiempo indefinido y también, como el centro comunitario, los padres de familia dejaron de llevar a sus hijos. ¡Así cómo, pues!
Otro ejemplo es el concurso del Instituto Electoral, EnChula tu colonia, que convoca a los habitantes a participar presentando un proyecto para su colonia. Se abrieron inscripciones en el Distrito IX, Enchula tu colonia Tijuana, y, mientras en delegación La Magdalena Contreras de la CDMX, este concurso ha tenido gran éxito desde el principio, en el Distrito tijuanense, solo se han inscrito cuatro proyectos. Cuando la convocatoria cierre y se conozcan los proyectos aceptados, quienes no se interesaron, empezarán a gritar y a quejarse. Es bien sencillo inscribir propuestas, muy sencillo reunir al menos seis vecinos y decidir qué quieren para su colonia, es bien sencillo también que la gente no quiera ni enterarse.
Lo que no se logre hasta el fin de las gestiones actuales, en mucho, no será cosa del funcionario, será cosa del ciudadano que decidió quedarse dormido hasta el primero de diciembre próximo y despertar creyendo que su mundo será maravilloso sin haber movido un dedo. El avance de las sociedades no se consigue durmiendo, se consigue andando, participando y trabajando siempre, sin importar el color de su gobierno.
Por eso estoy aquí
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