La importancia de esta Isla, ubicada frente a la península de Yucatán, que de existir, le ampliaría a México la extensión de su territorio en aguas internacionales y es justo ahí, donde también aseguran, se encuentra uno de los yacimientos petrolíferos más ricos del mundo.
En su libro, El Petróleo en los hoyos de dona y otras áreas desconocidas del Golfo de México, Fabio Barbosa, Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, menciona, entre otras cosas, que el único que advertía de los trabajos clandestinos de perforación en los yacimientos de aguas profundas y ultraprofundas, fue el senador José Ángel Conchello personaje que, aun militando en el Partido Acción Nacional, estuvo en contra de muchos de los manejos y políticas de su partido.
Conchello presentó denuncias y tenía pruebas de la corrupción que se sostenía, precisamente por, otra vez, el negado efecto popote, denunció los trabajos de perforación en el Golfo de México por parte de la empresa Reading and Bates Corp. Fue también, defensor de la existencia de la Isla Bermeja, teoría que fue descalificada por autoridades y el INEGI aseguró que esa Isla no existía, por lo tanto, tampoco existiría tal yacimiento. Conchello estaba en el proceso de presentar los informes y la denuncia probatoria cuando, el 4 de agosto de 1998, sufrió uno de esos extraños accidentes carreteros en el que fallece al ser embestido por un tráiler matando al senador y dejando al chofer de este, con lesiones leves.
La Isla Bermeja es un tema tan extenso, olvidado y tan lejano como su ubicación. Ha estado en los mapas desde el Siglo XVI, existe en las cartografías antiguas, en algunos mapas del siglo XX y se menciona su existencia hasta 1977. Después, los mapas oficiales fueron editados para que la Isla Bermeja no apareciera. Conchello se fue y tanto las pruebas como la investigación, curiosamente, desaparecieron.
Las especulaciones en torno a esta Isla dejaron de ser relevantes cuando el INEGI y la Marina Mexicana, informaron que tal lugar no existe, que las expediciones no arrojaron resultados positivos, La Bermeja, dicen entonces, no existe y punto.
El 2 de febrero de 2009, se inauguró una exposición cartográfica de la Isla Bermeja. En ese evento, el diputado Elías Cárdenas Márquez recuerda a Conchello y su infructuosa insistencia para recobrar esas millas náuticas que le pertenecen al territorio nacional. Se muestran en la exposición, los mapas y detalles en donde estaba ubicada y que paradójicamente está sobre el Hoyo de Dona que, al no determinar propiedad, puede estar en manos de Estados Unidos o misteriosamente de Cuba.
Apunta Guillermo D. Olmo, en su columna del 15 de abril de 2015 en ABC.es “Polémico tratado. La cuestión de la misteriosa desaparición de la Isla Bermeja se convirtió en capital a finales del siglo pasado, cuando el presidente mexicano Ernesto Zedillo negociaba con su homólogo estadounidense, Bill Clinton, un Tratado sobre la delimitación de la Plataforma Continental. México ya había hecho movimientos diplomáticos en la ONU para asegurarse el control de la Hoya de la Dona. La punta de lanza de la postura mexicana era el islote Bermeja, pero cuando en 1997 arrancaron las negociaciones, resultó que ya no estaba donde todos los mapas la venían situando desde el siglo XVI”. Además establece que, “Finalmente, Zedillo y Clinton firmaron el acuerdo el 28 de noviembre de 2000, quedando el área de interés y la enorme riqueza de sus fondos bajo control estadounidense. Algunas estimaciones calculan en más de 22.000 millones de barriles el petróleo que perdió México al verse privado de esa zona del Golfo que lleva su nombre”
En 2009, Vladirmir Putin tiene una importante reunión con Raúl Castro y acuerdan estrategias en el ámbito financiero y crediticio y aunque no se habla del petróleo específicamente, cabe la absurda posibilidad que ese Hoyo de Dona esté siendo explotado por Rusia.
El 6 de septiembre 2014 en el periódico El Financiero, Dolores Padierna publica en su columna que: “México se ha vuelto comparsa de la “independencia energética” de EU. Barack Obama ha sostenido que “los recursos combinados de Canadá, Estados Unidos y México permitirían alcanzar una producción de 18 mil millones de barriles hacia el 2020”. Por tanto, nuestro país es catalogado como un espacio importante para los negocios de la industria gasera estadounidense que se beneficia como “aliada estratégica” en el Golfo de México, a través de los Acuerdos de Yacimientos Transfronterizos. Con la reforma de Peña Nieto, México no es aliado, es subordinado”
Dentro de la renegociación del Tratado de Libre Comercio que anuncia Peña Nieto, debe, por obligación, haber cambios y referendos y especificaciones en relación a la propiedad del mar y en los límites marítimos que pueden estar quedando en “tierra de nadie”. Vamos a creer que la Isla Bermeja desapareció, lo que no puede desaparecer es ese Hoyo de Dona y en ese caso, a México le correspondería hacer un “muro” en torno al petróleo y tapar los popotes.
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