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A tres meses de que finalice la administración municipal a cargo del Dr. Jorge Astiazarán Orcí

26 de agosto, 2016

Luisa Ruiz

A tres meses de que finalice la administración municipal a cargo del Dr. Jorge Astiazarán Orcí, funcionarios y empleados del ayuntamiento están del todo en silencio. Quiero pensar que están aplicándose para la entrega de proyectos, los pendientes, los inventados, deudas y transparencia de los recursos utilizados; y creer que estarán cumpliendo puntualmente con la entrega de datos al Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública (ITAIP) a la Unidad Municipal de Acceso a la Información (UMAI) y lo correspondiente para que CONEVAL haga lo propio, supongo que estarán también ordenando papeles y sacudiendo archiveros, buscando detrás de los muebles los recibos y comprobantes de gastos para poder cerrar en ceros sus reportes.

El alcalde, aparte de sus escasas apariciones públicas, estará redactando el tercer y último informe de su atropellada función, ya se va, sin saber quién será el más aliviado, la sociedad o él mismo. Dijo que “chamba mata grilla” a saber de dónde sacó semejante pifia cuando quiso defenderse de las constantes críticas de la anterior administración, el caso es que, durante tres años, lo más que recibió fueron criticas de todo tipo y en todos los aspectos de su gobierno.

Y no ha sido solo por molestar, los ciudadanos fácilmente pudieran redactar en tres páginas el último informe, lleno de quejas y denuncias, de inconformidades y desatinos, a todas luces el gobierno del Doctor falló; y la frase reiterada en los medios, “ha sido la peor administración que ha tenido Tijuana” no es una mentira. Se va el doctor Astiazarán entregando una función “mocha” en manos de Juan Manuel Gastelum Buenrostro, lo que le toca a “El Patas” no está ni claro ni sencillo, lo ha dicho Astiazarán, “quedan muchos pendientes” y aunque ha repetido que no entrega deudas, habrá que constatarlo cuando su equipo alimente la página de transparencia municipal, de otra forma, lo que diga no será creíble de ninguna manera y Gastelum tendrá la efectiva justificación para no avanzar.

En su primer informe, en noviembre de 2014, Jorge Astiazarán anuncia, entre otras cosas, una plataforma digital “para modernizar Tijuana” -dijo. Dicha plataforma tuvo un costo de 28 millones de pesos que se obtuvieron a través de Conacyt, misma que está ensartada en la página del ayuntamiento y sirve para tramitar permisos por internet, dijo también que habría nueve comedores comunitarios más y, por supuesto, había que hablar del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT) también con su página digital para consultar la información que, hasta el día de hoy, no existe; para este efecto se contrató a la compañía Freaner Creative establecida en San Diego, como si en Tijuana no hubiera compañías capacitadas para diseñar una plataforma como esa y, como la pestaña de “Transparencia” tampoco tiene información, no se sabe cuánto costó ni quién la patrocinó.

El alcalde habló como doctor en varias ocasiones diciendo que “hay dolores de cabeza convertidos en migrañas” que la seguridad no es “reactiva, sino preventiva” y que los trabajadores del ayuntamiento son “la sangre y el oxígeno de su gobierno”, contaminado, por cierto, porque para agosto del 2015 se habían suscitado más de 20 cambios en su equipo de trabajo; solamente en el Instituto Municipal de la Mujer hubo tres cambios en la dirección, uno porque la directora se sintió europea y atizó contra los indígenas, otra que se retiró por “asuntos personales” y la última sin luz ni brillo hasta hace un par de semanas, que anunció una conferencia de información para las mujeres y que se llevó a cabo en un edificio de la “alta esfera” a donde, es claro, no asistirían las mujeres a quienes se supone que estaba dirigida la plática, era pues, algo así como para tener la foto del recuerdo como evidencia.

Como parte de su segundo informe, y en relación al asunto del alumbrado público, heredado de la pasada administración, Astiazarán dijo que “Los Tijuanenses no permitiremos que los delincuentes nos mantengan en la oscuridad, Tijuana estará iluminada al fin de mi término constitucional” De todas formas, hay crímenes que se han cometido a plena luz del día o descaradamente bajo la luz de una luminaria nueva. Los cambios en la Secretaría de Seguridad Pública tardaron en darse, con todo y la salida de Alejandro Lares Valladares, la situación no cambió, incluso, empeoró significativamente.

En el tema de la Cultura, el único cambio importante y necesario que se esperaba no se dio. De nada sirvieron las quejas, las denuncias y las evidencias de que todo en la cultura estaba mal; la prueba fehaciente fue cuando el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC) a “cargo” de Jesús Flores Campbell, tuvo que retirarse vergonzosamente de la coordinación de la Feria del Libro 2016, se quedó sin recursos antes que quedarse sin su director, que, en tal caso, habría sido lo mejor.

Existe, entre otras denuncias, una muy delicada que trata del “robo” o pérdida de una escultura del artista Benjamín Serrano, “El Cristo esclavo” se perdió en la Casa de Cultura Altamira y nadie sabe en dónde está. Una comitiva de artistas e intelectuales firmaron una denuncia pública y la entregaron a las instancias correspondientes sin que, hasta la fecha, hayan tenido una respuesta.

Se quedan sin respuesta muchas preguntas, se queda la sociedad con la incapacidad de hacer efectivas sus denuncias, por tanto, será difícil que se crea en la eficacia del gobierno cuando el doctor se presente a declarar el tercer y, afortunadamente, último informe de gobierno fallido.

Continuación, próximo martes.

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