A mi hijo

Puede ser que en estos tiempos creas que ser hombre te salva de no ser abusado, agredido o asesinado.

19 de septiembre, 2017

Puede ser que en estos tiempos creas que ser hombre te salva de no ser abusado, agredido o asesinado. Nunca tendrás edad suficiente para entender porqué las mujeres son maltratadas y denostadas, quizá no debas entenderlo nunca, no es un tema que pueda comprenderse tan fácil. Entiende solamente que tu comportamiento como hombre con tus hermanas, con tus tías, con tus primas y conmigo, como tu mamá, es la representación de lo que serás con otras mujeres a lo largo de tu vida.

Si yo te pido que me respetes, no es porque soy tu mamá, es porque soy un ser humano igual que tú, que lo que a ti te duele, le duele a todo aquel que ande por el mundo. Que lo que a ti te alegra, le alegra a todos los que sienten y piensan. Que todas las sonrisas y las lágrimas que puedas compartir, son las sonrisas y las lágrimas que otros querrán compartir contigo.

Tú eres tan importante, como lo es una mujer. Eres tan delicado, sublime y sensato como las mujeres, ésto te pone al mismo nivel y ninguno tiene derecho de denostar a otros, de hacerlo, lo estás haciendo contigo mismo.

No estás exento de ser denigrado en un mundo que se bate en una lucha constante para ser más que los demás, en un mundo de machos insolentes que andan por la vida buscando a quién lastimar, porque sus sentimientos y emociones no sirven, tampoco tienes garantías de protección absoluta cuando te sientas vulnerable en tu sociedad. Es triste, el mundo que te toca conocer no tiene los colores y el brillo que yo quisiera para ti, no tiene la paz y la empatía que te doy en casa. El mundo, fuera de casa, no está hecho para que la gente de buena voluntad se sienta segura de ninguna manera.

Desde casa, has ido armando un paquete de provisiones especiales, de herramientas y palabras. Por todo lo que puedas encontrar fuera de casa, por todo lo que pueda lastimarte y yo no esté cerca de ti para protegerte y defenderte, nunca te olvides de llevarlo contigo, no pesa, no te estorba; es un paquete que te hará invisible ante la maldad, te hará fuerte ante la imposibilidad, te hará sabio ante la ignorancia, te hará compasivo ante la soledad y la tristeza de otros y, sobre todo, te hará respetuoso con todo lo que sea diferente a lo que tú conoces.

Nunca dejes que las palabras y acciones de los sin alma, vacíen el ropaje que te cuida. Sé respetuoso y empático con las niñas, recuerda, son seres humanos con valores y talentos, igual que tú.

Es muy fácil enredarte en la superficialidad de las sociedades porque eso no representa ningún esfuerzo, en la casa de la falsedad se arrastran los que no quieren razonar y en el mundo del desafecto se reúnen aquellos que no tuvieron o no quisieron escuchar consejos sabios. La gente que ha sido maltratada en casa, hace una especie de fiesta negra en las calles porque es más sencillo victimizarse que adentrarse a sus problemas y resolverlos.

Hay desorden en el mundo, mucho ruido, basura en los cerebros, malas intenciones en otros y eso no lo puedo cambiar para ti. No te pido que no lo veas o que huyas, te pido que observes y aprendas, que veas lo absurdo que resulta cuando los falsos amigos te dan la mano o los amigos te la niegan. Es la única forma en que podrás arriar tus propios caballos y dirigir tu camino por un sendero de compatibilidad y empatía con todos los que te rodeen.

Algunos compran armas para defenderse. Quien que tiene una, está pensando en utilizarla en algún momento, la cargan consigo, la esconden o la exhiben para amedrentar. Tus armas, las que llevas en tu equipaje de provisiones para la vida se ven siempre y tengo la seguridad que sabrás utilizarlas en su justo momento.

Si algo me faltó enseñarte, si no supe armarte suficiente o si lo que aprendiste no sirve para tu tiempo, búscalo en la gente que sonría desde el corazón, tómalo de la gente que sepa ayudar sin contemplaciones. Encontrarás en el camino a otros hombres a los que sus mamás les enseñaron lo que quizá me haya faltado a mí, o quizá seas tú quien comparta lo que tu aprendiste.

Sé bueno contigo, respétate, sé un ejemplo para todos lo que tengas cerca. Guarda silencio, observa y anda. Mi misión contigo nunca terminará, sin embargo, ahora que ya no puedo seguirte a las fiestas y tus salidas nocturnas, tengo la seguridad de que entregué al mundo un hijo que no se hará daño a sí mismo y jamás le hará daño a nadie.

Tus armas para la vida, te recuerdo, se pueden compartir y las municiones nunca se terminan. Anda feliz y haz felices a los demás. El mundo es de todos los seres humanos, incluso de los malos. Cuando te sientas triste, vulnerable, incomprendido vuelve a ti, ahí encontraras las respuestas acertadas.

Y a todos los hijos de todas las mujeres, no importa la edad que tengan o si no tuvieron una mamá que les habló y les abrazó, si son capaces de navegar por una ancha red tecnológica, entre un montón de frases e información, tendrán capacidad para analizar las palabras que acaban de leer. 

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