Hoy más que nunca, los ojos del mundo están observando, evaluando y exigiendo a sus gobiernos respuestas efectivas y oportunas para combatir la pandemia de COVID-19. En este acontecer, las mujeres han dado un paso adelante. A continuación, daremos un breve repaso del accionar de las líderes que se desempeñan como mandatarias y que están gestionando de una manera adecuada esta crisis.
Si bien es cierto que las mujeres mandatarias alrededor del mundo no representan un porcentaje alto comparado con los hombres, en países como Nueva Zelanda, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Hong Kong, Taiwán y Alemania, son mujeres las que están a cargo de llevar las riendas de sus respectivos países.
En Nueva Zelanda, Jacinda Ardern (primera ministra de 39 años) diseñó un plan riguroso desde el momento en que se detectó el primer caso de COVID-19, al hacer lo siguiente: 1) obligó a poner en cuarentena de 14 días a todo viajero nacional o extranjero que llegara al país (seguido de un cierre total de fronteras); 2) vetó los cruceros a pesar de estar muy vinculados al turismo; 3) presentó un sistema de alertas que dio como resultado uno de los confinamientos más estrictos del mundo (por ejemplo, cuarentena obligatoria durante 4 semanas a los 5 millones de habitantes). Bajo este plan de acción, a finales de abril la mandataria informó que ya no había contagios locales, por lo que algunas actividades económicas se volvieron a poner en marcha. Cabe mencionar que el plan de la primera ministra estuvo acompañado en todo momento de una comunicación efectiva y que en ningún momento menospreció la gravedad de la situación.
Otro caso es el de Dinamarca, con la primera ministra Mette Frederiksen de 42 años al frente. Frederiksen actuó de manera contundente y con visión preventiva, ya que, desde las primeras fases de la epidemia, decretaron el cierre de escuelas, guarderías y universidades, así como la cancelación de cualquier actividad con más de 100 personas. Al poco tiempo endurecieron las medidas, cerrando fronteras a los extranjeros. Además, gracias a las finanzas públicas sanas de aquel país, fue posible apoyar y proteger a los trabajadores y empresas. El gobierno cubrirá el pago del 75% de los salarios de los empleados durante la crisis y los empleadores cubrirán el 25% restante. Asimismo, dicho país fue uno de los primeros en Europa en reabrir escuelas y guarderías. Actualmente el gobierno está planeando hacerle pruebas aleatorias de COVID-19 a la población para tener un panorama más claro sobre el nivel de contagio en el país.
En Finlandia, la primera ministra de 34 años decretó de manera inmediata el estado de emergencia para contener al COVID-19, incluyendo medidas como el cierre de fronteras y de todos los centros educativos del país, prohibieron reuniones de más de diez personas y recomendaron evitar acudir a lugares públicos esparcimiento. Sin embargo, la primera ministra Sanna Mirella Marin innovó y enseñó el mundo cómo las redes sociales bien utilizadas pueden ser una herramienta muy eficiente. Sanna buscó ayuda de los influencers más importantes de Finlandia con la finalidad de que la información crucial sobre la pandemia llegara a todos sus habitantes por redes sociales, ya que sabe que en la actualidad no todos se informan por los medios convencionales.
Otro caso de éxito es el de Taiwán con su líder Tsai Ing-wen. En las primeras etapas de la pandemia, su gobierno implementó 124 medidas, dentro de las que destacan la prohibición a viajeros de China, Hong Kong y Macao, poco después lo extendieron a los viajeros provenientes de Italia, Corea del Sur e Irán. Establecieron la prohibición de exportar cubrebocas quirúrgicos para asegurar reservas suficientes para el país. Por medios tecnológicos se ha vigilado el cumplimiento de la cuarentena y se traza la red de contactos y desplazamiento de los contagiados. Al día de hoy, el país únicamente ha registrado seis muertes.
La gestión de otras líderes mundiales también está dando de qué hablar, por ejemplo, Islandia, con la primera ministra Katrín Jakobsdóttir, ofrece pruebas gratuitas de COVID-19 a todos sus ciudadanos. En Noruega, Erna Solberg tuvo la idea innovadora de usar la televisión para hablar directamente con los niños explicarles la situación.
Estas mujeres están mostrando que, con un liderazgo participativo, incluyente y veraz, la situación de la pandemia puede ser controlada. La manera de gestionar la situación ha permitido que algunas de estas naciones presentan niveles bajos de contagio y pocos decesos. Además, informando a la población de manera oportuna y sin menospreciar las consecuencias del COVID-19. Estos son solo algunos ejemplos de mujeres líderes al frente de naciones que están gestionando esta crisis de manera sobresaliente.
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