Una idea que ha cobrado fuerza durante las últimas décadas es que un mayor nivel de educación se vincula con la probabilidad de acceder a un mejor empleo y, por ende, a mayores ingresos; sin embargo, ello ha generado un costo financiero muy alto para algunos países como, por ejemplo, Chile, España o Estados Unidos.
Para el caso de Estados Unidos y derivado de la cercanía de sus elecciones presidenciales (noviembre 2020), algunos candidatos han expuesto sus propuestas para “aliviar” o atender esta situación que concierne a varios de sus jóvenes universitarios.
La educación universitaria, una situación onerosa
Se estima que cerca de 45 millones de estadounidenses tienen una deuda universitaria De éstos, alrededor de 11 millones presentan dificultades para pagar su préstamo, donde la gran mayoría de estos deudores son ciudadanos no blancos con un ingreso bajo (de acuerdo con datos del College Board, el solo 6% de la deuda estudiantil consiste en saldos de 100 000 dólares, siendo que el resto se compone de montos menores).
La deuda por préstamos universitarios asciende a más de 1.5 billones de dólares, la cual, es incluso mayor a los préstamos de tarjetas de crédito y créditos automotrices. Por otro lado, dicha deuda corresponde en gran parte a estudiantes de posgrado y el acreedor es el gobierno federal, lo cual significa que no representa un riesgo de incumpliento de pago para el sistema bancario/financiero.
Derivado de la apremiante situación que atraviesan muchos estadounidenses, algunos candidatos a la presidencia, como Bernie Sanders, se han pronunciado a favor de cancelar todas las deudas estudiantiles. Quienes se oponen a esta propuesta consideran que acabaría beneficiando a personas que no tienen problemas de pago. Por otro lado, la senadora Elizabeth Warren propone cancelar todas las deudas de hasta 50 mil dólares, la cual, al igual que la propuesta anterior, no contaría con filtros y presentaría el mismo problema.
Sin embargo, Joe Biden y Mike Bloomberg proponen una alternativa aparentemente más adecuada, basada en un esquema de pago vinculado a los ingresos del deudor, este sistema de pago sería similar al que se utiliza en la actualidad en el Reino Unido. Adicionalmente, Bloomberg plantea condonar las deudas que fueron contraídas con universidades con fines de lucro “abusivas”, así como la reducción de la tasa de interés. Las bondades que representaría tomar este esquema de pago sería que no permitiría a los ciudadanos permanecer presionado con la deuda estudiantil y liberaría de ciertos riesgos económicos a los recién graduados.
El problema con los adeudos universitarios radica en que un gran porcentaje de los estudiantes no puede seguir solventando la deuda 12 meses después de recibir el préstamo, lo que a su vez genera más problemas, como otorgar baja calificación crediticia; aniquila toda posibilidad de obtener otros préstamos, rentar o comprar apartamento y en algunos casos, incluso se han revocado licencias profesionales.
Adicionalmente, el crecimiento de la deuda estudiantil se debe a la acumulación de intereses adicionales provenientes de la refinanciación de los préstamos originales. Si bien los deudores reducen los pagos mensuales, las deudas se prolongan hasta 20 o 25 años, en lugar de los 10 años convencionales.
Aquellos estudiantes que no concluyen la universidad terminan con adeudos pequeños, pero sin contar con los “beneficios” de contar con una licenciatura. Según Ben Miller, vicepresidente de educación postsecundaria en el Centro para el Progreso Estadounidense, casi la mitad de los deudores que incumplen, no obtuvieron un título universitario.
Por todo lo anterior, la pregunta es si todo ese esfuerzo por continuar estudiando y obteniendo grados académicos son retribuibles en el futuro y en qué medida, ya que el mantenerse endeudo por al menos 10 años, inhibe la posibilidad de contratar otra deuda para adquirir un bien mueble, un auto o incluso pensar en formar una familia.
1Alrededor de 2mdp.
2 https://newsweekespanol.com/2019/08/estados-unidos-la-verdad-detras-deudas-estudiantiles/
Publicado por: Diane Harris
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