¿Cuál ha sido el impacto de las reformas estructurales en México?

A finales del año pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE publicó un documento...

17 de enero, 2018

A finales del año pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE publicó un documento denominado “Hacia un México más fuerte e incluyente: avances y desafíos de las reformas”; en el que analizan el efecto que han tenido las reformas estructurales realizadas durante la presente administración y su impacto en distintos ámbitos como el social, laboral, entre otros.

De acuerdo con el reporte, todavía es prematuro evaluar el impacto de las reformas en los ámbitos de telecomunicaciones, fiscal, educativo energético, entre otros. No obstante, según la OCDE, algunas de estas reformas “profundas y audaces”,[1] comienzan a mostrar los beneficios alcanzados.

De manera general, la publicación aplaude el paquete de reformas emprendido por el presidente Enrique Peña Nieto e incluso menciona que la organización ha apoyado y acompañado al gobierno en el diseño, desarrollo e implementación de muchas de ellas. En este sentido, pareciera que este acompañamiento ha comprometido un tanto la objetividad de la OCDE en cuanto al impacto de los resultados, al considerarse menos significativos de lo que se aprecia en el reporte. A continuación se muestran dos ejemplos de reformas mencionadas en el documento, donde se puede apreciar la forma en que se enaltecen los resultados de las mismas.

¿La reforma fiscal ha contribuido a promover la igualdad?

Conforme a la OCDE, la reforma fiscal que entró en vigor en el 2014 ha contribuido a promover la igualdad. Cabe recordar que algunos de los componentes principales de dicha reforma fueron: aumento de la tasa máxima del ISR a personas físicas a 35%, eliminación de la tasa reducida del IVA en la frontera, IEPS a bebidas azucaradas y a alimentos altos en calorías, tasa del 10% a las ganancias de capital, entre otros.

Como evidencia de esta afirmación se incluye en el reporte una gráfica donde se muestra el efecto combinado, de los impuestos y las transferencias, sobre el coeficiente de Gini. Ello levanta la duda sobre la aportación real de los cambios fiscales en dicho coeficiente. Además, se debe hacer notar que el cambio en la desigualdad no es significativo.

De igual manera, se le atribuye a dichas modificaciones el incremento en la recaudación, dejando de lado las medidas de modernización, simplificación y fiscalización emprendidas durante esta administración por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Políticas públicas y tributarias para reducir la obesidad, ¿qué resultados han tenido?

La OCDE menciona que en México se puso en marcha una estrategia multisectorial para reducir la obesidad, la cual tiene como pilares a la prevención de la salud pública, la atención médica de calidad y la regulación sanitaria. Como parte de esta estrategia se instauró un programa nacional de alimentación saludable y actividad física, cuya medida más conocida fue el impuesto (IEPS) a las bebidas azucaradas y a alimentos altos en calorías. Es así como en enero de 2014 entró en vigor el IEPS de 8% sobre los alimentos no indispensables cuya densidad calórica sea igual o mayor a 275 Kcal por cada 100 g, y de 1 peso por litro sobre las bebidas endulzadas con azúcar.

Conforme al reporte, las evaluaciones apuntan a que la compra de bebidas azucaradas disminuyó entre un 5.5% y un 12%, mientras que la de alimentos altamente calóricos entre 5.1 y 10.2%. Desafortunadamente, en el reporte no se mencionan a los autores de dichas evaluaciones.

Además, algunos estudios formales realizados sobre la efectividad de este impuesto[2] de instancias tales como el Instituto Nacional de Salud Pública, el ITAM, Colmex, presentan resultados ambiguos, por lo que la aseveración de la OCDE podría ser cuestionable. Además de que, como revela la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (ENSANUT MC),[3] entre 2012 y 2016 la obesidad y el sobrepeso aumentaron 1.4 puntos porcentuales en niños y adolescentes y 1.3 por ciento en los adultos.[4] Cabe destacar también que nuestro país tiene el mayor índice de obesidad y sobrepeso entre los países de la OCDE.[5] 


[3] Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/209093/ENSANUT.pdf

[5] Sinembargo, México tiene la tasa más alta de obesidad en la OCDE y, por si fuera poco, la mayor en diabetes http://www.sinembargo.mx/11-11-2017/3349262

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