La llegada…

Anoche se presentó a las puertas del Cielo, quien dijo llamarse Alberto Aguilera Valadez.

31 de agosto, 2016

 

Anoche se presentó a las puertas del Cielo, quien dijo llamarse Alberto Aguilera Valadez.

Los ayudantes de la puerta principal, llamaron a San Pedro, porque el inesperado arribo los tomó por sorpresa, por tratarse de un fin de semana de verano.

La confusión surgió cuando Alberto comenzó a llenar la hoja de trámite, y asentó como nombre artístico el de Juan Gabriel.

Un joven ángel que estaba en reserva junto al querubín de guardia, se sorprendió porque siendo seguidor del cantante, le dijo a su superior que Juan Gabriel se encontraba de gira hasta casi el final de este año, y que probablemente había una confusión.

¿Cómo podía el recién llegado ser chihuahuense y michoacano?

Ante la poco frecuente confusión a la entrada del Cielo, comenzó a “juntarse bola” y alguien decidió llamar a Rocío Durcal, que ya lleva tiempo de residir por allá arriba.

Cuando llego Rocío al zaguán celestial, soltó un grito de alegría, y les dijo a los ángeles que lo atendían:

“Pero qué necesidad, para que tanto problema, no hay como la libertad de ser, de estar, de ir, de amar, de hacer, de hablar, de andar así sin penas”

Querido Juanga, por fin llegaste y “podrás estar feliz, cantar, bailar, reír, soñar, sentir, volar”, y sin nada que te frene…

¡Estás en el Cielo, y bien merecido!

De pronto las cosas se serenaron, y entonces surgió el entusiasmo, cuando otro ángel muy joven les dijo a los otros:

  • ¡Espérense a que El Patrón se entere de que Juanga ya llego aquí!

Juan Gabriel, tanto o más sorprendido de estar a las puertas de El Cielo, les preguntó con alguna timidez: ¿Pero y mi gira?

Los presentes lo reconfortaron diciéndole:

¡La gira comienza ahorita, querido Juanga!

Tu música es eterna, y se seguirá escuchando siempre. Tú no estás muerto; nada más llegaste a donde tenías que llegar, y eres más que bienvenido.

Pregúntale a Michael Jackson; ya le fueron a avisar que llegaste.

Mientras esto sucedía, Dios llegó a confirmar que Juanga de verdad ya había llegado, y al percatarse de que era cierto, le dijo a San Pedro:

¡Lánzate por los mariachis que llegaron en diciembre!

Entonces Nuestro Señor le dijo a Juanga:

  • ¡Bienvenido hijo!
  • La verdad es que te nos adelantaste, pero aquí está tu lugar de todos modos.
  • Aunque aquí tienes un grande club de fans, lo cierto es que  eres bienvenido por tu generoso corazón, y por todo el bien que le hiciste a tantos niños desvalidos allá en nuestro muy querido México.

Ante todo esto, totalmente nuevo e inesperado, Juan Gabriel se dirigió a Dios diciéndole:

“Cuando tú estás conmigo es cuando yo digo que valió la pena todo, todo lo que yo he sufrido”

“No sé si es un sueño aún o es una realidad”

¡Hoy que Tú Estás conmigo, yo no sé si está pasando el tiempo o Tú lo has detenido”

“Así quiero estar por siempre aprovecho que estás Tú conmigo

Te doy gracias por cada momento de mi vivir”

“Abrázame muy fuerte amor mantéenme así a tu lado”

“Yo quiero agradecerte amor todo lo que me has dado”

Dios le respondió al recién llegado:

  • Eres más que bienvenido hijo; siempre HA SIDO UN PLACER CONOCERTE, y ahora vamos a tenerte aquí eternamente;  ya que está aquí el mariachi listo para acompañarte; canta La Guadalupana como aquella vez que la interpretaste un 12 de diciembre, tan bonito.

Para cerrar esta crónica de última hora, desde el mismísimo Cielo, solamente resta recordar que mientras andemos por aquí, ¡MÉXICO ES TODO!; como Juan Gabriel tituló a su más reciente gira.

Felicitémonos como lo hizo esta nueva estrella que ya brilla en el Cielo:

Felicitemos y felicitémonos POR ESTAR ORGULLOSOS DE SER LO QUE SOMOS; como lo ha estado nuestro hermano y amigo Juan Gabriel.

¡Hasta  pronto Juanga!

   __________________________________________

Nota aclaratoria: Para que no me vayan a decir plagiario de obras ajenas, aclaro que las letras entrecomilladas que acompañan este texto, pertenecen a las canciones “Abrázame muy Fuerte” y “Pero qué Necesidad” de la inspiración de Juan Gabriel (Alberto Aguilera Valadez).

Cuando alguien ha inundado la vida de millones de seres humanos con su voz y su música, no caben los obituarios.

Sin embargo, en todos deja el grito de “ancore” pidiéndole otra, otra y otra; grito al que se entregaba encantado, siempre riendo y acariciado por la admiración y el cariño de un público incalculable.

En estos tiempos de México, el nombre que Juan Gabriel le dio a su gira, habla de un patriotismo sin grillas, y de una autenticidad sin desafíos, pero sin timideces.

¡México es todo!

Así tituló el artista chihuahuense la que ha sido epilogo de su época terrena, y prólogo de su inmortalidad espiritual y artística.

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