El apellido Aparicio no es común en México si se le compara con otros como los López, Hernández o Pérez, este patronímico de raíces españolas tiene origen entre el Valle de Ruesga en Cantabria y Las Encartaciones en Vizcaya. En nuestro país está asociado a amplias poblaciones de ascendencia indígena, los municipios donde se ubica más este apellido están en los estados de Puebla, Veracruz y Oaxaca. La histrión y maestra normalista de origen indígena, Yalitza Aparicio, logró gracias a la magistral dirección del ganador del premio Oscar, Alfonso Cuarón, una nominación histórica como mejor actriz en la excelente película costumbrista mexicana “Roma”.
Inspirada en la vida de su empleada doméstica Liboria Rodríguez alias “Libo”, el laureado cineasta mexicano realizó una reconstrucción impresionante de la popular colonia de la ciudad de México, que durante los años setentas marcaron su infancia y su futura carrera cinematográfica. Tiene como principal aportación la denuncia social de las empleadas domésticas que padecen arduas jornadas laborales y nulas prestaciones sociales. Esta obra maestra de la cinematografía mexicana inspiró a que se emprendiera un programa piloto para que el IMSS permita a los patrones acudir a registrar voluntariamente a las trabajadoras domésticas, para que cuenten con la seguridad social que por décadas les ha sido negada.
La actriz Yalitza desde su nominación como mejor personaje femenino se volvió un fenómeno mediático al estar presente en las ceremonias de cine internacionales más importantes, así como aparecer en las portadas de las revistas tradicionalmente destinadas a las mujeres del mundo de la moda y el glamour. Junto a la producción mexicana de la laureada película nacional, la actriz de padre mixteco y madre triqui, fue reconocida en los mejores festivales de cine del mundo gracias a la producción del gigante redistribuidor de contenidos y series a nivel mundial. Este nuevo modo de producción cinematográfica materializó una nueva forma de realizar cine, con la posibilidad de ser presentado en las salas tradicionales o su distribución en los canales de internet.
La obra maestra de Cuarón logró un Oscar como mejor película extranjera, estatuilla histórica para un filme mexicano, además del premio a mejor fotografía, junto con su segundo Oscar como mejor director. Aunque se esperaba el Oscar como mejor película, el largometraje Roma debió ceder el premio a Green Book del director Peter Farrelly.
Sin embargo las imágenes que perdurarán para la historia es el anuncio previo a la ganadora a mejor actriz de los premios de la academia y ciencias cinematográficas, donde Yalitza compartió terna con la ganadora del Oscar, Olivia Colman por The Favorite, la excelente actriz Gleen Close, la sorprendente Lady Gaga y Melissa McCarthy. La joven oaxaqueña con su vestido color menta fue observada por millones de televidentes en el mundo que seguían la prestigiada ceremonia, mientras compartió pantalla con estrellas del cine, logró presentar lo mejor de la cultura indígena, en la noche destinada a enaltecer el glamour y la fama del exclusivo mundo cinematográfico.
Este impresionante logro para el cine mexicano y para la actriz oaxaqueña lleno de orgullo al país, sin embargo no estuvo exento del clasismo social y racismo más execrable, proveniente de forma paradójica, de actores, actrices y usuarios de redes sociales mexicanos. Comentarios, criticas llenas de rencor y envidia hicieron del ataque por el origen étnico, un común denominador del verdadero racismo que perdura de forma subterránea en la sociedad mexicana. Lamentables ejemplos de aberrantes denostaciones fueron exhibidos en las redes sociales y pagaron el precio de su discriminación disfrazada de libertad de expresión.
La nominación al Oscar de Yalitza siempre fue una provocación a la cultura machista, clasista, misógina y racista del país. Sacó lo peor de algunos miembros de la sociedad mexicana enquistada en muchos sectores, en posiciones arcaicas que buscan justificar la superioridad de clases sociales y raciales. A pesar de los avances en materia de democracia, la conciencia sobre las enormes diferencias sociales y económicas de los grupos más vulnerables, las reacciones negativas al éxito de la actriz Aparicio demuestran que en la sociedad persisten muchos prejuicios que no son superados del todo.
Lo más importante de este fenómeno social es el poder haber dado voz y espacio para uno de los sectores más desprotegidos socialmente que son las nanas y las trabajadoras domésticas. Gracias a la película de Roma, el talento de Alfonso Cuarón y la actuación de Yalitza Aparicio, no se volverá a menospreciar el esfuerzo y las arduas horas de trabajo que realizan muchas mujeres mexicanas condenadas a la subsistencia mediante las labores en hogares ajenos.
A pesar de que la carrera histriónica de Yalitza Aparicio pudiera no continuar, o seguir sin mucha pena ni gloria, lo logrado en esta nominación al Oscar ya ha sobrepasado lo obtenido por otras actrices mexicanas que también fueron nominadas a ganar la codiciada estatuilla.
El legado de Roma y el talento inmenso de Alfonso Cuarón seguirá estudiándose por muchos años, gracias a su calidad cinematográfica pero sobre todo por su compromiso social con las causas más humanas, en medio del tiempo de los odios populistas y raciales encabezados por el presidente Donald Trump, quien junto con otros xenófobos líderes mundiales, impulsan el encono y la violencia ante el diferente y más débil socialmente. El triunfo de Cuarón, Yalitza y de otros ganadores del Oscar exhortan a que el fenómeno social de la migración vuelva a ser visto con sentido humano, genere la empatía y el entendimiento de una realidad compleja y que junto con la defensa de los derechos humanos, se mantengan en su defensa irrenunciable.
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