Sufragando de la “patada”

Tenemos a los alcaldes que nos merecemos, en este caso al exfutbolista Cuauhtémoc Blanco...

14 de diciembre, 2016

Tenemos a los alcaldes que nos merecemos, en este caso al exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, quien logró ganar la presidencia municipal de Cuernavaca, por el único mérito de haberse coludido con el Partido Social Demócrata (PSD), para explotar electoralmente el haber sido un ídolo del futbol mexicano.

La semana pasada Blanco Bravo fue destituido vía un proceso revocatorio en el congreso de Morelos con 22 votos a favor, al acusarle de anomalías en los requisitos de elegibilidad en el pasado proceso electoral, donde ganó la presidencia municipal de Cuernavaca. Gracias a una controversia promovida ante la Suprema Corte de Justicia, la revocación quedó en suspenso, hasta que se pronuncie al respecto el máximo tribunal de la nación. Sin embargo la administración municipal a cargo del exfutbolista mantiene la constante de la polémica.

Sumado al escándalo previo, originado por la difusión de los contratos precursores a la jornada electoral en donde sus aliados del PSD “balconearon” el “gandallismo” político mediante el cual el americanista se convirtió en un producto electorero, destinado a ganar simpatías a cambio de una muy buena remuneración económica de 7 millones de pesos, según constó en los contratos exhibidos.

La elección de Cuauhtémoc Blanco como alcalde fue el pastelazo final en el “reality show” más burdo y ordinario en que se convirtió la política mexicana, y que se repite en cada elección al presentar candidatos muy cercanos al bufón barato, el payaso sin estilo y el elemento extraído de lo más grotesco de la farándula, que en casos tragicómicos como éste, logran ganar la elección con los funestos resultados de siempre.

No en vano el pasado 6 de diciembre la OCDE difundió los resultados de su Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos en edad de 15 años (conocida como PISA por sus siglas en inglés) donde como hace 16 años, somos de los peores evaluados, con la agravante de estar estancados por debajo de la media de los países participantes en las áreas medidas que son lectura, matemáticas y ciencias. Lo preocupante, y que justifica que ciudadanos sufragarán a favor del alcalde de Cuernavaca, es que en esta evaluación PISA, México queda evaluado debajo de países como Trinidad y Tobago, Turquía y Chipre.

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, tuvo que reconocer que el estancamiento de la educación en el país es enorme, la reforma educativa avanza lento, y que desde que se tiene este dramático diagnóstico educativo nacional, muy poco se ha avanzado y en algunos casos se ha retrocedido.

En esta realidad kafkiana se entiende perfectamente porqué ese mismo 6 de diciembre, simpatizantes del exfutbolista salieron a manifestarse a favor del mandato del polémico alcalde cerrando las carreteras. Es por demás preocupante que el mismo sistema de entretenimiento deportivo le festejó por años sus innumerables anécdotas, donde exhibía su ignorancia, violencia intrafamiliar y pedantería. En campaña, ya como candidato, confundió al PSD con el PRD, y aseguró que él no iba a robar en el ejercicio público como única propuesta real de gobierno.

Blanco Bravo desconocía la grave inseguridad que priva en el Estado de Morelos y en Cuernavaca, ciudad a la que rebautizaron como la “ciudad de la eterna balacera” en un gracejo que sería ingenioso, de no ser por la tragedia política. La administración del improvisado alcalde Blanco se ha llenado de acusaciones de influyentísimos e invasión en espacios de poder municipales de elementos ajenos al cabildo. Además de confrontarse estérilmente con el gobierno estatal del nefasto Graco Ramírez, en materia de seguridad pública.

Cuál será la dimensión de la tragedia, que partidos de oposición en franco oportunismo político, buscaron acercarse y cooptar al exfutbolista para llevar agua a su molino, en el PRD René Bejarano y sobre todo en MORENA del “Peje López”, se pronunciaron por evitar que se destituyera al “Cuau” en el más rapaz pragmatismo electorero. En medio de toda la vorágine política a nadie le importa que al municipio de Cuernavaca y varios municipios de Morelos se los cargue “el payaso”, y no hablamos precisamente el exdelantero del América.

El alcalde de Cuernavaca puede ser destituido o no, inhabilitado o incluso enfrentar procesos legales, lo grave no fue que este proceso bochornoso se originara. Lo terrible es la realidad educativa “bananera” que priva a lo largo y ancho del país que provocó que un personaje como Cuauhtémoc Blanco haya logrado ganar un puesto de elección popular, para el que no estaba ni remotamente preparado, pero que al final para el electorado no le importó en lo más mínimo al sufragar a su favor.

Culmine o no su periodo de gobierno, incluso busque ser gobernador de Morelos, la administración municipal a cargo de Blanco Bravo quedará marcada por los escándalos y los procesos viciados de una democracia mexicana (que al igual que lo desnudó la prueba PISA) está estancada en niveles mediocres y destinados al fracaso total. 

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