Sin gasolinazo, gana Del Mazo

La simbólica elección para Gobernador en el Estado de México (Edomex) será definida por factores económicos ajenos...

28 de febrero, 2017

Israel Aparicio

La simbólica elección para Gobernador en el Estado de México (Edomex) será definida por factores económicos ajenos a los que se presentan en la entidad federativa más poblada del país. Elementos que en una lógica electoral debieran ser definitivos, como son los candidatos y las fuerzas políticas que los postulan han pasado a un segundo plano, ante el difícil e incierto escenario económico mundial.

La dinastía política de Alfredo del Mazo Tercero, junto con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), serán premiados o castigados, según el desempeño económico del país y como éste afecte a las finanzas de las familias mexiquenses, que elegirán el próximo 4 de junio a su nuevo gobernador. Como nunca antes en estas circunstancias estatales, los candidatos son tan diferentes y sin punto de comparación, lo que provocará que factores externos definan una contienda cerrada que no se ha vislumbrado en la historia del Estado de México, así como un peligro real en la supremacía del PRI mexiquense.

La probable abanderada del Partido Acción Nacional en el Edomex, Josefina Vázquez Mota logró salvar una “grilla” interna impulsada por el ex gobernador y suspirante presidencial, Rafael Moreno Valle, quién impulsaba como su candidato al exsenador y presidente municipal, Ulises Ramírez. Vázquez Mota tiene el enorme reto de unir a las cúpulas panistas en torno a su candidatura, hacerla competitiva y desligarse de las acusaciones de una posible “concertacesión” política. Si bien su fundación de migrantes “Juntos Podemos”, que recibió más de 900 millones de pesos por parte del gobierno federal, no recibió solicitudes de aclaración por parte de la Auditoria Superior de la Federación, podría ser un tema de controversia en campaña.

En el caso del Partido de la Revolución Democrática es un eterno perdedor en el Edomex, a pesar de gobernar la parte Oriente de esta entidad, nunca les alcanzó para competir medianamente contra la aplanadora “tricolor” que arrasaba hasta en los municipios donde gobernaban. Con sus tradicionales liderazgos locales nunca pudieron sumar el apoyo que les daba la figura mediática del eterno candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, quien ahora con su partido patrimonial MORENA les asestará un golpe casi mortal al convertirlos en la cuarta fuerza electoral, apenas en la línea de conservación del registro.

La exalcaldesa de Texcoco, Delfina Gómez, es una política beneficiada completamente de la figura de AMLO, pero sobre todo de las circunstancias económicas difíciles del país, ya que de otra forma no se entendería cómo se impulsó su probable candidatura a un triple empate técnico con Alfredo del Mazo y Josefina Vázquez; en ese mito genial que son las encuestas y sus metodologías.

A menos de 100 días de la elección en el Estado de México, esa batalla electoral donde se juega el primer round rumbo a la elección presidencial del 2018, las circunstancias políticas locales poco tienen que ver con el resultado final que se dará en la entidad federativa. El factor más preponderante en esta ecuación económica es el precio de la gasolina, ante el enorme impacto que ha generado en el incremento de precios de varios productos y servicios, que afectan a los mexicanos de a pie, incluidos los millones de mexiquenses sufragantes.

La semana pasada se inició el proceso de liberalización del precio de la gasolina, para que la ley de la oferta y la demanda sea quien determine de forma diaria el precio final. La Secretaria de Hacienda y Crédito Público continúa su intervención para que los aumentos y disminuciones de centavos no se precipiten en un sentido u otro de forma extrema, por lo que dicho proceso está aún en vías de normalizarse Con la agravante de que no existen las suficientes compañías competidoras instaladas para que se dé éste mecanismo económico de libre competencia en materia de hidrocarburos.

El precio del dólar llegó a un punto de equilibro e incluso ha regresado por debajo de la barrera psicológica de los 20 pesos, con la esperanza de regresar al tipo de cambio que se tenía antes de la elección del presidente Donald Trump. Sin embargo, al ser variables económicas de las que no se tiene el mínimo control (tipo de cambio y precio internacional del crudo) las turbulencias financieras pueden volver a ocurrir en cualquier momento, ya que no existen condiciones nacionales para que se puedan enfrentar, sin enormes golpes a la economía de las familias.

El Banco de México realizó dos importantes anuncios que controlaron los mercados internacionales, el primero fue que, a solicitud del Presidente Peña Nieto, su gobernador Agustín Carstens, aplazará su incorporación al Banco de Pagos Internacionales hasta el 1 de diciembre; y el segundo anuncio fue la creación de las coberturas cambiarias en pesos, para limitar la volatilidad cambiaria en casos exacerbados, como un instrumento más del Banco Central a partir del mes de marzo. Pero estas medidas acertadas no son la panacea, ya que la deuda interna sigue siendo de enormes proporciones, y sobre todo, el paquete fiscal que se aprobó en la Cámara de Diputados, no vislumbraba un escenario de eterna incertidumbre con el psicótico factor Trump.

Por lo tanto, el número de banderitas, camisas, utilitarios de campaña, ingeniosos “covers” de canciones populares inspiradas en el candidato, las promesas de campaña y la enorme maquinaria electoral con la que cuenta el PRI mexiquense, servirán de muy poco, sí el precio de la gasolina aumenta o se da una nueva devaluación del peso, induciendo el voto del castigo contra el candidato Del Mazo. Lo que permitirá a alguna candidata de la contienda, Delfina o Josefina, se haga con el gobierno del Edomex. En una ecuación simple pero compleja por su lógica económica: con el gasolinazo pierde Del Mazo.

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