El “divo” de Ciudad Juárez. Juan Gabriel, siempre abonando a la alegría nacional en tiempos difíciles, nos dedica sus mejores éxitos para ir paliando nuestra terrible realidad cotidiana. No importa que ya su presencia física nos haya abandonado, sus éxitos musicales y su simbolismo seguirán con nosotros mucho tiempo. Sin duda alguna, ante la visita a México del xenófobo candidato republicano, Donald Trump, a la inoportuna invitación del presidente Enrique Peña Nieto, nada como ese “rolón” de ¿Pero qué necesidad?
De forma involuntaria el presidente Peña nos “inspiró” a dedicarle, a nombre de todos los mexicanos ¿Por qué me haces llorar? después de que Trump reiteró en la Residencia Oficial de Los Pinos que se construiría el muro, y en Arizona confirmará que el costo lo pagaría México. Esta canción clásica de “Juanga”, interpretada por millones de mexicanos de un lado y otro de “La Frontera”, fue entonada con supremo sentimiento, ya que no hubo connacional que no se sintiera agraviado por estos hechos.
Desde la alebrestada grada nacional otras “rolas” fueron requeridas y dedicadas casi al unísono, para dedicársela al apocado primer mandatario nacional. Desde las posiciones políticas e ideológicas más diversas, quizás coincidieron con el tema de Hasta que te conocí que fue cantada a coro por la oposición, la prensa nacional, los analistas políticos, y casi la generalidad de los comunicadores, que sin lugar a dudas se interpretó con mucho sentimiento y resentimiento.
Previo a su entrevista en televisión, el pasado 31 de Agosto, luego de la fallida y devastadora reunión con Donald Trump, no sería raro que el vapuleado presidente de México, se auto dedicara “Yo no nací para amar y nadie nació para mí” mientras intentaba explicar y defender lo indefendible sobre la utilidad de haber organizado la reunión con el candidato republicano, sin haber amarrado la visita de a México de candidata demócrata Hillary Clinton, quien solo dio acuse de recibo, pero no ahora no asistirá.
Anteriormente, durante la promulgación de las leyes anticorrupción, el presidente Peña pidió perdón por la mala imagen que se formó por el conflicto de interés, resultado del “caso de la Casa Blanca” y esa disculpa ofrecida, se suma a la sentida interpretación presidencial vía mariachi del exitazo “¡Ya te pedí perdón! y no me quieres perdonar ¿qué quieres que yo haga?" de No discutamos.
A su vez, la postura presidencial en Twitter fue musicalizada con los acordes La Farsante dedicada al candidato republicano, donde reafirmó que no se pagaría el muro, ante el insuficiente posicionamiento frente al malo de la película y del espectáculo cómico musical, Donald Trump.
Ya por la tarde noche del día primero de septiembre, durante el informe presidencial otros gallos y payasos se sumaban al corifeo a favor de la fallida reunión con Trump y sobre la gestión gubernamental del presidente. No dudaron en enfundarse en sus trajes de mariachi, bufones, jilgueros según correspondiera, para intentar distraer a la ofendida e iracunda grada nacional con su interpretación de Buenos días señor sol.
El presidente cerró el concierto de errores nacionales con su diálogo con los jóvenes, seleccionados previamente a modo, para repetirnos eso de que “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho” fondeado con música de Abrázame muy fuerte dedicado a rescatar su reforma de matrimonios igualitarios. Muy cerca estuvo de confundir los nombres de Hillary y Trump, para juntarlos en una sola frase, además de refrendar que no habría diálogo con los maestros de las CNTE que no regresen a dar clases. Aseguró que su popularidad no es factor preponderante en la toma de decisiones de gobierno, por lo que bien podría cantarnos aquella que dice No vale la pena.
Siguiendo el ambiente de farándula político musical, según las especulaciones, el destinatario de Inocente pobre amigo, el coordinador de asesores, Carlos Pérez Verdía, fue de los responsables de que el encuentro fuera llevado con total improvisación y sin control alguno. Tal fue el revuelo que se especuló que la canciller, Claudia Ruiz Massieu Salinas, había presentado su renuncia, por lo que le habrían dedicado Ya lo sé que tú te vas junto con Nicolás Alvarado, a quien sí lo renunciaron de TV UNAM, por sus calificativos discriminatorios contra el “divo” de Juárez en su artículo de opinión.
En un símil con los concursos de canción televisiva, a los súper asesores presidenciales se les ocurrió la “peregrina”, de aventarse un duelo musical internacional donde a Trump se le permitió traer su banda musical, su doble de voz para que no desentonara y sobre todo romper reglas al manipular los jueces musicales. Por su parte, nuestro gallo nacional del canto y la gobernabilidad nacional, lo “aventaron” al ruedo internacional sin una triste guitarra afinada, sin ensayos previos de vocalización y sin una estrategia en su misma casa, para que se exhibiera ante el público del mundo.
Ya para despedirnos, junto con la diplomacia mexicana y su funcionalidad en estos tiempos globales, que el mariachi toque esa que dice: “Nunca volverás paloma” fragmento de La muerte del Palomo que junto con la imagen presidencial y el mismo “divo” de Juárez, descansan en paz.
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