Adiós al monero prodigo de San Garabato

Eduardo Humberto del Rio García, mejor conocido como el “monero Rius”, falleció el pasado martes 8 de agosto...

15 de agosto, 2017

Eduardo Humberto del Rio García, mejor conocido como el “monero Rius”, falleció el pasado martes 8 de agosto en Tepoztlán, Morelos, víctima de cáncer de próstata. Considerado uno de los referentes culturales del país, fue pionero en la caricatura política mexicana durante la época reinante del Partido Revolucionario Institucional en el gobierno. Con más de 100 libros escritos sobre diversos temas culturales, políticos, religiosos, históricos, incluso de vegetarianismo y didácticos, se le consideró el decano de los cartonistas políticos de los últimos tiempos.

El cronista grafico de “San Garabato” tierra de machos y borrachos (que es un pueblo ficticio creado por Rius) dibujó literalmente un escenario donde se reproducían las clásicas triquiñuelas del poder político del partido RIP. A través del humor, inmortalizó todas las costumbres del régimen, sus tranzas, sus complicidades, sus historias, la psique social de la época, que por tristeza, sigue teniendo vigencia a más de 50 años de haberse publicado. Las huestes priístas principalmente, imitaron y superaron las terribles gestiones gubernamentales de don Perpetuo del Rosal, el eterno presidente municipal de San Garabato Cuc, emanado de la exitosa historieta “Los Súper Machos” que se imprimió por primera vez en 1965.

Rius participó en la revista humorística “Jaja” donde inició su etapa como monero; creó después las publicaciones de humor político “Los Súper Machos”, “Los Agachados” y consiguió su etapa de mayor influencia al fundar las revistas “El Chahuistle” y luego “El Chamuco”, donde junto con otros moneros de tendencias de izquierda, lograron un impacto importante en sus lectores gracias a sus críticas acidas y el humorismo político agudo, vertido desde la época del presidente Carlos Salinas de Gortari hasta la fecha.

Caricaturista de estilo “monero”, por la sencillez que presupone el dibujo en su estilística, siempre basó su crítica al sistema en un modo didáctico (ensayista gráfico) de humor fino, crítica inteligente y mordaz. Rius logró desmenuzar las tranzas, los cochupos, los compadrazgos, creó palabras para describir las triquiñuelas en las elecciones de estado como el ratón loco, los mapaches electorales, las casillas zapato, las urnas embarazadas y un sinfín de conceptos que ya se manejan de forma común en el colectivo político nacional.

La vida de Eduardo del Río fue prolífica y variada en extremo, como él mismo narró en varios libros autobiográficos. Rius fue seminarista, burócrata, embotellador, vendedor de jabón, “office-boy”, encuadernador, cajista, profesor sin título y sepulturero de una conocida marca de servicios funerarios, para finalmente dedicarse a la caricatura política por más de cincuenta años, hasta el día de su deceso.

El mismo monero Rius, reconocía que no le gustaba cómo dibujaba, su estilo era simple, sin muchas pretensiones, el contenido, la narrativa gráfica, los datos, es lo más destacado y completo de su trabajo realizado en cada libro y cada historieta política publicada. Si bien en un principio fue cercano al socialismo y los regímenes de la URSS y Cuba, tiempo después al desnudarse su fracaso y su autoritarismo, se distanció y criticó a este tipo de gobiernos desde sus libros.

Rius padeció la represión del régimen de Gustavo Díaz Ordaz, cuando en 1969, según relató el mismo monero, fue secuestrado por policías y entregado a mandos militares quienes estuvieron a punto de fusilarlo en un campo militar de Toluca, de no ser por la intervención de su tío, el expresidente Lázaro Cárdenas del Río quién exigió su liberación al gobierno del represor Díaz Ordaz. En una situación surrealista, los agentes de la Dirección Federal de Seguridad que lo secuestraron y lo regresaron a su casa, se hicieron amigos del maestro Rius y le pedían informarles cuando publicara un nuevo libro.

Hasta el momento de su muerte, Rius trabajaba en un libro titulado, “Solo un dios verdadero” en colaboración con el caricaturista Kemchs. El padre de los moneros, como se le conocía en el gremio de cartonistas políticos, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en Caricatura en 1987, además, en el 2004 recibió La Catrina, premio que se otorga a personajes importantes del mundo de la caricatura y la historieta en el marco del Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y en el 2010, volvió a ganar el Premio Nacional de Periodismo de México, esta vez por su trayectoria periodística, representada en su trabajo como caricaturista. ​Colaboró en distintas publicaciones del país como Proceso, Siempre, El Universal, Ovaciones y La Jornada.

El día de su muerte, la familia de Rius, siendo coherente con su forma de pensar y vivir del monero, no ofrecieron servicios religiosos o misas en su memoria, aunque sí permitieron el acceso a la funeraria a todo aquel que deseara presentar sus condolencias y respetos. El maestro Rius recibirá un merecido homenaje en el Palacio de Bellas Artes, a confirmarse en próximos días, donde sus muchos compañeros caricaturistas y admiradores podrán acudir a recordarlo y analizar su enorme obra realizada.

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