Que quién era “Lalo Tex”, me preguntaron hace unos días tras las muerte del cantante. Pues era él “Lalo Tex”, Everardo Mujica su nombre de pila, “El muñeco mayor”, el líder y vocalista del grupo mexicano Tex Tex y uno de los personajes más grandes dentro del rock de nuestro país, del rock de adeveras, no del de los Liquits o Moderatto ¡no! del mero bueno, del hecho en las calles y pa’ la banda, de ese que viene desde los ’80 y ha sabido sobrevivir triunfante.
Apenas el domingo tocaron en Chimalhuacán, unas horas después murió de una afección cardiaca según los comunicados que dio su familia a medios y amigos. Se puede decir que tuvo la fortuna de pocos, morir haciendo lo que más disfrutaba. Afirmaba, y con mucho de razón, que ellos y El Tri son las únicas bandas netamente rocanroleras en México porque las demás empezaban a fusionar ritmos, y que es por su sinceridad y su forma de actuar y pensar que han logrado sobrevivir durante tanto tiempo: 30 años de rock.
En mis inicios por el rock (como fanático, ya he dicho muchas veces que eso del talento musical no es lo mío) Tex Tex fue uno de los primeros grupos en llegar a mis oídos gracias a la gran y extinta Orbita 105.7, y se han mantenido a mi lado y en todas mis listas desde entonces. Si no mal recuerdo fue una de las canciones de Los muñecos del rock la primera que sufrí en un desamor, Te vas a acordar de mí, cantaba en mi adolescente e inexperta decepción.
Tenía 56 años, era ingeniero y fue profesor de matemáticas, pero afortunadamente lo llamó el camino del rock y nunca dio marcha atrás. Con su mezcla de rock, rythm & blues y ritmos latinos agasajaron los oídos de la banda en cada una de sus tocadas no sólo en México, sino en Estados Unidos y Latinoamérica. Fue uno de los primeros grupos en tocar con éxito en el Zócalo de la Ciudad de México, y lo hicieron en dos ocasiones, la primera para celebrar sus 18 años de trayectoria, actuaron ante 50 mil personas. Al siguiente año repitieron la hazaña, esta vez junto al Tri y frente a más de 100 mil espectadores. Después del alucinante concierto BMG publicó el disco Lo mejor de Tex Tex, logrando el primer lugar de ventas durante tres meses consecutivos.
Rockotitlán y Rockstock iniciaron su fama y leyenda junto a este grupo. El Centro Cívico de Ecatepec y el Teatro Isabela Corona eran como sus segundas casas. El Teatro Roxy en los Ángeles y el Ocean Side de California fueron invadidos por su música y estilo inigualable. Siempre de texana, mezclilla y botas eran un reflejo del rock urbano de nuestro país, a pesar de querer ser como Freddie Mercury y vestir como Robert Plant en un inicio, imagen que abandonaron gracias al buen y atinado consejo de Fernando Arau. Empezaron como muchos con un nombre en inglés Mupper Ted “para sonar gabachosk” decía El Muñeco. Y fue gracias a un error en el cartel de una de sus primeras presentaciones en Ecatepec que surgió el nombre que les dio esencia, fama y los convirtió en enormes figuras de nuestro rock.
Los que crecimos con la música de los hermanos Mujica entendemos lo que es estar en “La fiesta” y llegar al momento en que tenemos que decir “Ni una más”. Estar “Perdido” como buen “Hijo desobediente” y olvidarnos de todo gracias a un “Toque mágico”
Quienes que tuvimos la suerte de conocerlo, al menos por un momento, lo recordamos con su gran sonrisa, su alegría, su sencillez y humildad.
Ahora que no vives con nosotros, Lalo, extrañaremos tus canciones, tu música, tu voz, tu guitarra. El rock urbano vive en ti, en Tex Tex, en El Haragán, en Liran Roll, en Bostik, y junto a ellos nos vamos a acordar de ti siempre y guardaremos tu merecido lugar como pilar para el rock mexicano.
Su muerte deja un vacío en el rock de nuestro país que tuvo la fortuna de su “Toque mágico”.
Voy vengo.
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