La contingencia

Otra vez tuvimos contingencia esta semana. A decir verdad hemos vivido en ella durante quince años, nos digan lo que nos digan. Cuando era niño,...

8 de abril, 2016

Otra vez tuvimos contingencia esta semana. A decir verdad hemos vivido en ella durante quince años, nos digan lo que nos digan.

Cuando era niño, en los noventa, esto que llevamos escuchando desde hace varias semanas era cosa de todos los días. En aquellos años el término IMECA (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire) se escuchaba en todo momento, era la palabra de moda. Incluso en una de la estaciones más importantes de entonces existía un programa de radio que llevaba ese nombre. Nos acostumbramos a él, vimos la creación del Hoy no circula y con el tiempo lo aceptamos como parte de lo cotidiano. Las familias se mudaban del Distrito Federal a Cuernavaca, Querétaro, Puebla, Pachuca y lugares aledaños debido al daño que causaban los altos índices de contaminación, especialmente en los niños.

Todos se quejaban del programa que los obligaba a dejar su coche parado un día a la semana pero al parecer estaba funcionando, se convirtió en algo permanente, la gente comenzó a comprar un segundo y hasta tercer coche, cosa que antes no se veía. Con todo, al parecer, esta medida había funcionando, al menos relativamente. Los índices de contaminación poco a poco empezaron a ceder y no llegaban a cifras tan altas.

Pero a mediados de marzo de este año volvimos a llegar a los 203 puntos, algo no visto desde 2002. Esto quiere decir que la calidad del aire es “Muy mala” (la escala es: Muy mala, mala, regular y buena) y evidentemente dañina. Se presumió entonces de no tener una contingencia de estas magnitudes en catorce años. Esto de alguna manera es cierto, no se habían alcanzado los puntos IMECA que vimos ahora, sin embargo sí hemos vivido en contingencia, la cosa es que en el defectuoso le hemos dado otro nombre: precontingencia. Para que la fase 1 de contingencia ambiental sea activada, la calidad del aire debe ser menor a los 150 puntos. Pero ¿qué creen? La OMS recomienda 120, los otros treinta nos los han regalado, así que nuestras precontingencias han sido bastante más que eso. Entonces lo que digo es cierto, hemos vivido en contingencia los últimos quince años, nos digan lo que nos digan.

La Comisión Ambiental de la Megápolis (CAMe), integrada por la Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla ha tenido que recurrir a medidas extremas e implementar el doble no circula sin importar el holograma que uno tenga (discusión aparte la corrupta manera de repartir ceros y doble ceros a diestra y siniestra…). Por supuesto esto ha despertado el enojo, ira y mentadas de madre de los ciudadanos al gobierno, en especial al jefe de gobierno del Distrito Federal. Yo no digo que la medida sea la mejor, ni tampoco defiendo al tipo, pero me parece bastante estúpido echarle toda la culpa de la contaminación o decir que sólo es un invento del gobierno para (inserte aquí cualquier comentario sin sentido) ¿pues qué no ven el cielo naranja-café-negro? Hasta donde yo sé no es el color natural que debemos tener sobre nuestras cabezas, dudo mucho que alguien se haya puesto a pintarlo con tal de jodernos a todos. La implementación del no circula no es decisión unánime de Mancera, como ya dije la CAMe está formada por él y los representantes de los estados aledaños a nuestra ciudad. Es cierto, no es la solución, se tiene que trabajar en un plan a largo plazo, mejorar y regular como he dicho muchas veces el servicio de transporte público y muchas otras cosas, pero también debemos entender la vieja frase “A grandes males, grandes remedios”, esto es sólo una solución rápida para bajar de manera inmediata los índices de contaminación o, al menos, evitar que incrementen. ¿Nunca han visto reportajes o documentales donde las aves comienzan a caer del cielo repentinamente? Pues estamos a dos pasos de que nos pase a nosotros. Personalmente y como un detractor de la raza humana, no creo que sea tan malo, nos lo merecemos al fin de cuentas, pero dudo que los demás piensen igual. “¿Para qué me dan el holograma si ahora me tengo que fregar igual que cualquiera y voy a dejar de circular siempre?” No, no es siempre, el plan es a tres meses, no es definitivo, y es obvio, estos tres meses son los de mayores temperaturas y menores vientos, evidentemente esas condiciones climáticas incrementan los niveles de ozono.

Lo que veremos es lo mismo que cuando era yo niño, lo que más se quejan terminarán comprando un segundo o tercer coche para evitar el problema, y todo volverá a la normalidad, hasta los IMECAs.

Dejar de circular no es la solución, sólo es parte de ella, también se debe tomar medidas fuertes contra los microbuses, metrobús, camiones, fábricas y la maldita gente que va por la vida aventando la basura donde sea.

¡A quejarnos todos! Hoy no circulo.

Voy vengo.

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