EDUARDO TAMBIÉN ESTÁ EN:

La Bruja Cósmica

Había una vez, hace muchos, muchos años, una tierra psicodélica donde abundaban la libertad, los ideales y el clamor de paz.

2 de octubre, 2015

Hassy Sánchez

Había una vez, hace muchos, muchos años, una tierra psicodélica donde abundaban la libertad, los ideales y el clamor de paz. Ahí vivía una joven llamada Janis, amante de la armonía colectiva y poseedora de una voz extraordinaria. Todos la conocían como “La Bruja Cósmica”.

Cuenta la leyenda que su madre deseaba que fuera maestra, que su vida fuera normal y apegada a las buenas costumbres de la vida cristiana, pero esta joven bruja, inconforme antes las imposiciones de la sociedad, se unió a una pandilla de amigos rebeldes, lo que desató en ella la maldición de ser marginada por los demás, convirtiéndola durante mucho tiempo en una persona antisocial. En esa época en su país la gente vivía en la ignorancia que hacía que odiaran a las personas con otros colores de piel, pero ella rechazaba el racismo y se le acusaba de ser “amiga de los negros”, que influenciaron su vida y la marcaron para siempre.

En aquella tierra la vida se experimentaba a través de la luz, el arte y la música, y había lugares mágicos donde la gente de raza negra se divertía al ritmo de los más hechizantes ritmos. Lugares de ensueño donde reinaban la igualdad y la paz; la joven Janis gustaba de visitarlos y pasar las noches escuchando aquellos sagrados ritos olvidando al mundo exterior, hasta que un día, gracias al don con que fue concebida, consiguió dominar el arte del canto.

“La Bruja Cósmica” disfrutaba de usar algunas pócimas mágicas que le daban el poder de transportar su mente al paraíso soñado. Los hechiceros le advirtieron de su peligro y que para dejar de usarlas necesitaba a alguien a quien amar y ser feliz. Cuando creyó por fin haberlo encontrado, su príncipe la abandonó condenándola al maleficio de la soledad e inseguridad.

Para revertir los efectos de su condena, la bruja necesitaba una dosis diaria de canto, tenía que embrujar al mundo con su voz; por ese motivo decidió abandonar su hogar y viajar a la lejana tierra de unos extraños e incomprendidos seres conocidos como hippies. Fue ahí donde conoció a un grupo de amigos llamados Big Brother and the Holding Company, junto con los que muy pronto explotó sus talentos. Al lado de ellos hizo su primer acto público en un festival llamado Monterey Pop Festival, en el que conquistó a quien la vio dejando hechizados a todos los que escuchaban su mágica voz. En esta fiesta pagana se encontraban otros personajes como Jimi Hendrix, que se convirtió en un gran amigo, y The Who, legendaria agrupación que venía de las lejanas tierras británicas. La magia que creó fue tanta, que la gente ya no hablaba del grupo y se centraban en ella, diciendo que era demasiado buena para estar a su lado y que merecía algo mejor. Esto provocó algunos problemas con sus compañeros, por lo que muy pronto decidió formar otro grupo, el que bautizó como Kozmic Blues Band.

Janis se llenó de fama. Fue la primera mujer considerada como una súper estrella del rock and roll, pero para la “dama blanca del blues” no era suficiente, el sentimiento de soledad y los efectos de su maleficio aún la perseguían. Llegó a decir que “hacía el amor con 25,000 personas en el escenario y luego regresaba a casa sola”. Para escapar de esa soledad consumía cada vez más su pócima, convencida de que lo que la hacía sentirse mejor no podía causarle ningún daño.

Un día, la joven aprendiz quiso regresar a casa, pero se encontró con el rechazo de sus padres y se fue para nunca más volver.

Dándose cuenta de su problema, escapó de viaje a otros lares, Brasil, tierra de fiesta y carnaval. Ahí pretendía desintoxicar su cuerpo de la heroína, sustancia que le ayudaba a escapar. Al parecer lo había logrado, conoció incluso a otro hombre que prometía ser el gran amor que la liberaría de la maldición.

Pero a su regreso, con la euforia de éxito ante un nuevo proyecto con sus más recientes compañeros de viaje, los Full Tilt Boogie Band, y ante la noticia de otra traición, se dejó llevar de nuevo por los encantos del escape de su espíritu.

Teniendo 27 años de edad dio alcance a su amigo Jimi al lugar al que se había adelantado hacía apenas unas semanas. La Bruja Cósmica siguió el camino a otra tierra mágica de la cual nunca regresaría jamás. Se fue para formar parte de un grupo de virtuosos jóvenes al que se unirían otros más adelante. Un grupo selecto al que no cualquiera puede pertenecer. Se fue a una tierra tranquila donde por fin encontraría la paz, un hogar en el que la esperaba un Mercedes Benz que la llevaría sin peligro a donde ella quisiera para seguirnos embrujando con la fuerza de su voz.

Un cuatro de octubre, hace 45 años y teniendo 27 años de edad, Janis Joplin “La Bruja Cósmica”, dejó de sentir miedo, tristeza y soledad. Alcanzó la inmortalidad junto a los demás integrantes del Club de los 27.

Cry baby…

Voy vengo

Comentarios