Todavía no habrán cambios en el gabinete presidencial

A pesar de la efervescencia de los grupos políticos al interior del PRI y la insistencia de algunos colegas analista

20 de junio, 2017

A pesar de la efervescencia de los grupos políticos al interior del PRI y la insistencia de algunos colegas analistas respecto de las futuras e inminentes modificaciones en el equipo cercano del presidente de la República, la decisión está tomada y trascendió que de momento no habría cambios en el gabinete.

La explicación que revelan nuestras fuentes es que no se trata de un capricho personal del mandatario, ni de negar que necesariamente habrán estos enroques, simplemente se atiende a una estrategia de tiempos y movimientos.

Primero, porque cualquier cambio supone evidentemente un factor con miras a la sucesión presidencial y no hay interés alguno en violentar el proceso; segundo, porque el presidente los quiere hacer de un solo golpe, en simultaneo, y finalmente porque aún no los termina de decidir.

En ese escenario hay que considerar que el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, será una incorporación garantizada y que éste solicito aunque eso no fuera un impedimento de ningún tipo, concluir su mandato estatal antes de ser incluido en el gabinete.

Aunque pareciera un gesto de extrema cortesía para con Ávila Villegas, la concesión de esperar al término de su período implica de suyo un retraso calculado para ganar tiempo antes de lo que a todas luces será una precandidatura.

Se dice también que el coordinador de los senadores priistas, Emilio Gamboa Patrón, declinó sutilmente ir a la Secretaría de Gobernación o a la presidencia del PRI, porque prefiere seguir actuando como vicepresidente de la República de facto desde su curul y que hoy su prioridad es la candidatura priista al gobierno de Yucatán para su vástago el diputado federal Pablo Gamboa Miner.

También que Manlio Fabio Beltrones prefirió seguir haciendo las tareas que previamente le encomendó Enrique Peña Nieto, con toda independencia de movimientos, sin ocupar cargo público alguno.

De la misma forma se debe aguantar el materialmente obligado relevo de Enrique Ochoa en el PRI que no se debe a los resultados de las elecciones recientes, en las que poco si no es que nada tuvo que ver ni para bien ni para mal, sino porque en su caso primero corresponde la valoración de la candidatura presidencial, que aun y cuando no se anuncie en estos meses, impone que quien dirija el partido en la campaña presidencial, vaya en congruencia y empatía con el ungido.

De cualquier manera, en el rango de las posibilidades, se entiende que Miguel Ángel Osorio Chong dejará la Secretaría de Gobernación para ocupar una posición más amable en términos de exposición pública y que su relevo puede ser precisamente Eruviel Ávila.

Por un lado, mientras a Osorio se le brindará la oportunidad de moverse más libremente a Eruviel Ávila se trata es de amarrarlo a una posición que por su características lo mantenga muy ocupado.

En ese mismo tenor podemos dar por un hecho que el ex gobernador de Querétaro, José Calzada, no terminará el sexenio en la Sagarpa y que tendrá un papel protagónico en las tareas de la sucesión y la competencia política por la presidencia.

Quien lo suceda en el cargo será alguien de la misma Secretaría que ascendería por escalafón, lo que abre la oportunidad de que por fin el eterno subsecretario Francisco Gurría Treviño, hermano del poderoso mandamás de la OCDE, José Ángel, sea titular aunque sea sólo unos meses.

Que Pedro Joaquín ya tiene listas las maletas para irse como embajador a España y que a quien se le podria encomendar la Secretaría de Energía, seria a Enrique Ochoa como un premio de final de sexenio.

Que tanto Luis Videgaray como Aurelio Nuño permanecerán en relaciones exteriores y educación, respectivamente, aunque eso no limite su influencia en el presidente, pero sin dejar de lado que ya no tienen el poder para determinar  en exclusiva la selección del candidato, tema que abordaremos ampliamente en la siguiente columna.

Se prevé que Luis Miranda deje la Sedesol para que ese puesto sea ocupado por algún aspirante, como Osorio Chong por ejemplo, lo cual hace suponer que tomará las riendas de algún encargo del mismo nivel jerárquico, en tanto es nominado al senado. 

Las grandes incógnitas las representan José Antonio Meade, José Narro y Enrique de la Madrid, terna de la cual por perfil muy probablemente saldrá el candidato presidencial.

Es evidente que en ese sentido Meade les lleva demasiada ventaja a Narro y de la Madrid pero de cualquier forma si lo que se pretende es subirlos a la palestra para poder medirlos mejor, eso no podrá ser desde las secretarías de salud y turismo, respectivamente.

En todo caso no habrá que esperar más de tres meses cuando mucho para develar las dudas, que hay que decirlo tampoco son un gran misterio, más aún porque los cambios estarán todos enfocados a la sucesión presidencial, decisión que para esas fechas tal vez ya este tomada.

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