El factor Carolina Monroy en la dirigencia del PRI

A muchos sorprendió la designación de Carolina Monroy del Mazo como compañera de formula de Manlio Fabio Beltrones para integrar la siguiente dirigencia nacional priista...

11 de agosto, 2015

 

A muchos sorprendió la designación de Carolina Monroy del Mazo como compañera de formula de Manlio Fabio Beltrones para integrar la siguiente dirigencia nacional priista.

En principio porque el arribo de Carolina Monroy a la Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional del Revolucionario Institucional se vincula con su parentesco con el presidente Peña Nieto.

Monroy del Mazo es prima del Presidente, está casada con Ernesto Nemer, actualmente subsecretario en la Sedesol y el hombre fuerte de Los Pinos en esa dependencia.

Independientemente del lazo familiar que une a Enrique Peña Nieto con el matrimonio Nemer-Monroy, la relación es también de una amistad muy cercana, entrañable.

Su historia política está ligada a su pertenencia al grupo Atlacomulco desde la cuna, son herederos de esa confraternidad política, pero además son compañeros generacionales, aliados y parte de un mismo equipo compacto.

Cuando Ernesto Nemer era el poderoso secretario particular del entonces gobernador del Estado de México, Emilio Chuayffet, y en este caso gracias a su origen libanés, que a su vez es también otra liga muy importante, fue Nemer quien ayudó a Peña Nieto a conseguir su primer trabajo en el gobierno.

Nemer lo colocó como secretario particular del ahora titular de la Semarnat, Juan José Guerra Abud, quien fungía como secretario de Desarrollo Económico de la entidad, en la administración de Chuayffet.

Estamos hablando de una sólida relación política de más de veinticinco años que fructificó en el tiempo, de tal suerte que todos los mencionados, aparte del Presidente de la República, son actualmente protagonistas de primerísimo nivel del régimen en el poder.

Sin embargo, asumir que la postulación de Carolina Monroy para ser secretaria general del partido obedece únicamente a una cuestión afectiva es, por supuesto, un enfoque sumamente inicuo. No es un acto de nepotismo como pareciera en primera instancia, sino que hay una estrategia mucho más profunda detrás de la decisión.

Como antecedente hay que apuntar que Carolina Monroy tiene tras sí una amplia e importante carrera política en el Estado de México, donde entre otros cargos relevantes ha sido secretaria de Desarrollo Económico estatal, alcaldesa de Metepec y recientemente diputada federal electa, sin omitir la trayectoria de su cónyuge Ernesto Nemer.

Lo que no puede pasar desapercibido en el análisis es que la cercanía afectiva y política entre Carolina Monroy y el Presidente de la República supone un puente de comunicación fluida y directa, sin intermediarios.

Es la personificación de la representación tácita del grupo mexiquense más cercano al Presidente en la dirigencia del partido, un mecanismo de interlocución propio.

Pero no para vigilar a Manlio Fabio Beltrones, al contrario, se trata de fortalecer su liderazgo mediante un soporte fundamental por su extraordinaria influencia en el círculo más cercano al mandatario.

La presencia de Carolina Monroy en el partido es un mensaje muy claro del presidente Peña Nieto a favor de Beltrones, porque Monroy del Mazo no va a espiarlo, sino a sumarse a un proyecto que finalmente beneficia al sistema y muy particularmente al Presidente y su equipo.

Sobre todo considerando que en el gabinete presidencial existen grandes resistencias en contra de Beltrones, tanto por el nivel de ascendencia que puede adquirir sobre el Presidente gracias a su posición, como por la posibilidad de que desde el partido eventualmente pueda construir su propia candidatura presidencial.

Precisamente por ello, ante la animadversión manifiesta de los Secretarios de Gobernación y Hacienda, y de quienes en su momento puedan ser aspirantes a la candidatura para el 2018 en contra de Beltrones, Carolina Monroy representa un escudo para el dirigente del partido.

Se entiende que Beltrones le va a pedir al Presidente cambios radicales en el manejo gubernamental, como elemento esencial para poder obtener buenos resultados el año próximo, en el que se disputarán 12 gubernaturas.

Esta agenda no va a ser del agrado de quienes hoy, como Videgaray y Osorio Chong, en sus respectivos ámbitos de influencia, impulsan políticas públicas que han sido un fracaso y de hecho, que por su impopularidad son un peligro para el partido.

De tal forma que en esa batalla interna entre lo que hace el gobierno y lo que necesita el partido, Carolina Monroy será sin duda un equilibrio, con el poder y la influencia suficiente para incidir en las determinaciones.

Visto así, aunque en una primera instancia el arribo de Carolina Monroy al partido pudiera parecer sorpresivo, realmente tiene una justificación plena y supone además, en contraparte, que la suya será una posición de mucho poder efectivo.

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