“Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.”
-Proverbio judío
Ya estamos acostumbrados a que nos mientan. A lo que no nos acabamos de acostumbrar es que además crean que les creamos.
La mentira y la política siempre van de la mano, viajan juntas y comparten buenos y malos momentos, son dos viejas amigas muy unidas. La política no puede existir sin la mentira, pero la mentira es autónoma y no tiene dueño: cualquiera la puede usar y ha tenido en la historia un lugar preponderante.
Para que una mentira funcione, debe tener una pizca de verdad en la que se pueda esconder y reproducirse, es como un virus que requiere de una célula huésped.
Todos podemos mentir, la diferencia es que la mentira política por lo regular tiene efectos devastadores, pues se le miente a una sociedad y hay gente que vive o muere por una mentira oficial.
Es sumamente difícil ser inmune a la mentira, pues la carencia de información del receptor lo convierte en una víctima fácil. Quien tiene más información puede mentir con más facilidad.
Mentir exitosamente es un arte, quien lo hace bien se abre puertas y sobrevive en la política y hasta es capaz de mentirse a sí mismo con gran facilidad y creerse sus falacias.
Mentir es manipular los hechos de acuerdo a sus intereses.
La mentira crea desconfianza, distanciamiento, desasosiego.
Un político mentiroso hace un daño gravísimo. Cuando un político niega la evidencia, la realidad va perdiendo credibilidad. Perderá votos y aunque tarde un tiempo, sus mentiras lo alcanzarán y la insensible realidad le cobrará la factura.
Dentro de la 4T la mentira se ha vuelto la lengua oficial del Estado. La mayoría de los temas que se tocan en este sexenio en particular, están envueltos en la mentira y en el escándalo.
Lo que realmente importa es poner un límite a la mentira. Debemos informarnos de varias fuentes y anteponer la realidad a la mentira.
México está en la peor crisis de su historia. El desempleo, la muerte, la enfermedad, la falta de oportunidades, la violencia incontrolable, el alza en la corrupción, los impuestos disfrazados, los contratos gubernamentales entregados a discreción a los amigos del régimen, y gran parte de la catástrofe por la que atraviesa México se debe a la mentira que es utilizada como un instrumento de gobierno.
Ya casi son 40 000 muertos por la pandemia de Covid-19 y el presidente en lugar de poner el ejemplo y mostrar un poco de cercanía y preocupación por el tema, aparece sin tapabocas en el restaurante El Cardenal, promoviendo que la gente salga. ¿De qué se trata?, ¿por qué esas posturas irresponsables? Y después anda chillando porque es el presidente más criticado de la historia… Otra mentira más, pues hasta hoy sigue siendo Peña el más atacado.
Qué caro le está costando al país haberse equivocado al elegir gobernante.
Una muerte es trágica, miles son simplemente una estadística.
La 4T pasará a la historia como un sistema efímero, un plan fallido, cargado de buenos deseos auto saboteados por sus propios líderes y que serán recordados por dejar un México lleno de desesperación, dolor, muerte y mentiras.
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