Un prodigio del chelo llamado Jacqueline Du Pré

Fue una estrella fugaz, pero que perdura y no se apaga. La violonchelista británica Jacqueline du Pré tuvo una carrera breve y opulenta. Nacida en Oxford el 26 de enero de 1945, tenía un talento sobrenatural para la...

19 de octubre, 2020

Redacción Ruiz-Healy Times

Fue una estrella fugaz, pero que perdura y no se apaga. La violonchelista británica Jacqueline du Pré tuvo una carrera breve y opulenta.

Nacida en Oxford el 26 de enero de 1945, tenía un talento sobrenatural para la música, pero le fue arrebatado demasiado pronto por una feroz esclerosis múltiple que la apartó de los escenarios a los 28 años y acabó con su vida a los 42 el 19 de octubre de 1987.

Jackie, como la llamaban los que la conocieron, moría en Londres debido a esta cruel enfermedad que la había postrado hacía tiempo en una silla de ruedas y había puesto un abrupto final a su carrera.

Jackie, la hija de un contable y de una profesora de piano, comenzó a los cinco años a tocar el violonchelo. No tuvo amigas, ni tiempo para jugar. A los nueve años dedicaba cuatro horas diarias a las clases de música. El tiempo libre era para el violonchelo.

Du Pré recibió clases de dos de los violonchelistas más importantes de la historia de la música: Mstislav Rostropóvich y Pau Casals. Su debut oficial tuvo lugar en Wigmore Hall de Londres al cumplir 16 años, en 1961, con un Stradivarius construido en 1673, que actualmente posee István Várdai.

Dio conciertos por todo el mundo con solistas y orquestas de renombre, como las filarmónicas de Londres, Nueva York, Los Ángeles y Berlín, entre muchas otras, recoge una publicación del periódico español El País.

En 1967 se casó en Jerusalén con otra estrella, Daniel Barenboim, después de convertirse al judaísmo. Su familia jamás se lo perdonó. El director de orquesta y la chelista era la pareja del momento. Juntos realizaron giras por el mundo y dejaron para la historia fabulosas grabaciones de Beethoven y Brahms.

En esa época, Jackie comenzó a cansarse y a fallarle la vista, además de que los dedos no le respondían; lo que en principio se atribuyó al estrés, terminó siendo una agresiva esclerosis múltiple, un mal degenerativo que la obligó a abandonar el violonchelo para siempre con tan sólo 27 años.

Jacqueline du Pré dio su último concierto en 1973 y murió, a los 42 años, un 19 de octubre de 1987.