El pasado mes de octubre (véase nota en el siguiente link: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151024_huracan_patricia_mexico_danos_causados_lb ) México se vio golpeado por lo que se pronosticaba sería el huracán más potente de la historia: Patricia; sin embargo, (y afortunadamente) perdió fuerza y se convirtió en baja tropical al tocar tierra.
Como nunca antes, los mexicanos vimos el trabajo de colaboración conjunto entre el Gobierno Federal y el de los estados de Jalisco, Colima y Nayarit en un afán de prevenir el mayor número de riesgos posibles. Pasada la tormenta (textual) en las redes sociales no se hicieron esperar los comentarios en tono burlesco e irónico sobre la “exageración” del gobierno en torno al fenómeno natural. La experiencia me hace pensar en que el meollo del asunto es que no incluimos en nuestro vocabulario una palabra que deberíamos considerar en diversas áreas de nuestra vida: prevención (preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo, según el Diccionario de la Real Academia Española).
Reza el dicho que más vale prevenir que lamentar y es así, aunque en la cotidianeidad no tenemos esa cultura y de hecho, nos hemos acostumbrado a actuar para corregir y no para prevenir. Revisemos algunos ejemplos.
En salud, lo recomendable es hacernos un check-up cada año para revisar el estado físico en general y detectar alguna posible enfermedad pero pocos lo hacemos así. Las campañas para prevenir el cáncer sugieren la auto exploración y en el caso de otras enfermedades, existen también campañas de vacunación como la de la influenza para niños, ancianos y mujeres embarazadas. En el caso de los adultos mayores, se insiste también en la revisión respecto a la osteoporosis y el seguimiento puntual de enfermedades como la diabetes o la presión arterial. Para los hombres pasados los cuarenta se insiste en la revisión para evitar el cáncer de próstata y la lista es larga.
El mundo infantil tiene casi un manual para prevenir accidentes en casa, en la escuela o en las vacaciones. Campañas van y vienen sobre los cuidados que deben tenerse para ellos en época de frío, también es importante cumplir la aplicación de las vacunas, monitorear talla y peso puntualmente durante el primer año de vida de forma mensual y posteriormente de forma trimestral y/o semestral según la edad. Se recomienda no darles comida en trozos para evitar asfixia o evitarles juguetes que puedan causarle algún tipo de daño físico. Sin embargo, es común encontrar niños enfermos o heridos porque hay quien opina que todos, alguna vez se enfermarán o accidentarán. Cierto es que no se puede controlar a un niño pero siempre será mejor prevenir y saber actuar ante el imprevisto que tener que resolver un imprevisto.
En materia de seguridad (tema espinoso, lo sé) al margen de que las instancias encargadas de proveerla a los ciudadanos no cumplan por completo con su cometido, también cuentan con recomendaciones tales como: evitar llevar objetos valiosos a la vista en los autos, no acudir a un cajero automático de noche ni solo, no mostrar el dinero que se lleva en carteras o bolsos, buscar siempre un estacionamiento y evitar la vía pública, no abrir la puerta de las casas a extraños, denunciar cualquier conducta sospechosa de alguna persona que no sea vecina de la colonia, no caer en extorsiones telefónicas y reportarlas. Aquí podemos incluir también las recomendaciones de protección civil ante un siniestro como terremoto, huracán, incendio o algún otro. Entre las más conocidas se encuentra la de reunir documentación importante en un sobre o portafolio a la mano, así como contar con lámpara de pilas y una radio de pilas también, acordar en la familia un punto de reunión; entre otros.
El tema de las finanzas también incluye una serie de recomendaciones como por ejemplo: no gastar el crédito de las tarjetas en su totalidad sino de acuerdo a los ingresos con los que contamos, procurar el ahorro para la vejez o algún contratiempo, invertir en la medida de lo posible en bienes raíces o un negocio propio, programar los gastos para evitar los empeños o préstamos bancarios.
Lo anterior, es tan sólo una muestra de todo lo que encierra la cultura de la prevención en diferentes ámbitos de la vida diaria y aunque no se trata de vivir en la paranoia o la negatividad pensando que algo puede ocurrirnos mañana o a la vuelta de la esquina es importante considerar lo impredecible de la vida y estar preparados en la medida de lo posible para minimizar el impacto de eventos que están ajenos a nosotros y ante los cuales podemos reducir riesgos si dedicamos un tiempo a acciones tan simples como monitorear nuestra salud, reunir documentación importante, revisar los protocolos y recomendaciones de seguridad en nuestro trabajo, casa, lugares públicos, etc.
A la usanza de las viejas tareas escolares, tal vez deberíamos repetir cien veces la palabra prevenir de forma mental o escrita hasta que forme parte de nuestros hábitos diarios. Se los dejo de tarea.
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