El Zorro es un personaje ficticio creado en 1919 que representaba la figura de un héroe que burlaba a las autoridades y defendía a la gente de los villanos; la historia también nos dice que solía identificar sus hazañas dejando la marca de una “Z” como distintivo.
Sin tratarse de un héroe pero a la usanza de uno, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera registró ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) las siglas CDMX (las dos primeras letras en color negro y el resto en color rosa) como marca, cuyo registro le fue otorgado en el mes de agosto de 2014 y se podrá hacer uso del mismo durante 10 años para efectos publicitarios principalmente, pues fue la imagen seleccionada para identificar su gobierno incluso antes de la aprobación de la Reforma Constitucional que convirtió al Distrito Federal en Ciudad de México. Entre las principales metrópolis del mundo, esta práctica es muy común y sirve para incentivar e impulsar el turismo apuntalando sectores como el gastronómico, hotelero, cultural, entretenimiento y otros por lo que el 26 de julio, la Gaceta Oficial de la Ciudad de México publicó los Lineamientos para la utilización, comercialización y explotación de la marca Ciudad de México y si bien aún falta conocer los manuales, instructivos, formatos, tarifas, políticas de uso y explotación de la marca, ya podemos verla por todas partes e incluso en los anuncios turísticos.
En contraste, esta Megalópolis habitada por 8’918,653 habitantes (según datos del INEGI en 2015) que ahora aparece con una renovada imagen institucional (según el señor Mancera) y que se oferta como una excelente opción turística, enfrenta grandes problemáticas que parecen haberse borrado de la agenda de su gobernante; entre otros, la contaminación que tanta lata nos ha dado en los últimos meses.
También parece que de pronto se les ha olvidado el tema de la inseguridad, con todo y que el pasado mes de agosto El Universal publicó una nota sobre el “Pachecotour” derivado de un informe de inteligencia que revela que tan sólo en la Delegación Cuauhtémoc se ubican 87 narcotienditas cuyos centros de operación se ubican en las Colonias Roma Norte, Santa María la Ribera, Centro, Morelos, Guerrero y Doctores.
Eso, sin contar los múltiples problemas de transporte público, aunque también se anunció la chatarrización de unidades de microbuses, mismos que serán reemplazados por unidades híbridas pero eso no es algo nuevo pues ya hace algunos años escuchamos decir que dicho transporte desaparecería y es la hora en que siguen circulando, así como los taxis piratas que también se supone están siendo chatarrizados y que por cierto, aún no todos cuentan con la imagen rosa con blanco. El Sistema de Transporte Colectivo (del cual hablaré en otra colaboración) aún y con todas las mejoras que parece estar teniendo, sigue sin ser del todo eficiente pero qué tal que podemos ver algunos trenes con vagones de colores.
Lo anterior, sin contar los encharcamientos que siguen produciéndose por las lluvias, el tema del comercio ambulante en el primer cuadro del Centro Histórico y todo, en medio de la entrega de su Cuarto Informe de Gobierno el cual desde mi parecer no aportó luz a ninguna novedad. Y es que algo sucede con la clase política que parece gobernar para unos ciudadanos que no somos los que habitamos el territorio mexicano, como si ellos vieran y vivieran un país que no corresponde con el que padecemos día con día.
El señor Mancera ha apostado a la imagen de su gobierno pero se olvida de que eso que “casi no se cuenta, pero cuenta mucho” en realidad aplica no a favor sino en contra tanto en lo local como en lo federal, pues todas las cifras que no aparecen en los informes anuales son las que corresponden a la realidad que vive la Ciudad de México y el país entero, por lo que apostar a una marca para ostentarse como un destino turístico de primer nivel no lo salva de los cuestionamientos que como ciudadanos tenemos derecho de hacer, a menos que el señor gobierne para quedar bien con los extranjeros.
Habitualmente digo que no debemos instalarnos en la queja permanente y que nos toca cumplir aportando nuestro granito de arena para hacer de México el país que todos queremos, pero también es cierto que la parte que les corresponde a ellos (los gobernantes) cada vez tiene más huecos y errores que aciertos, y eso no les ayuda mucho que digamos pues como dicen por ahí, sería defender lo indefendible y ante los hechos ¡Ni cómo ayudarlos!
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Fuentes
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Zorro
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