“Un hombre sabio consigue más usos de sus enemigos, que un necio de sus amigos” – Baltasar Gracián
La semana pasada la vorágine informativa arrojó (entre otros), tres temas que movieron a México: la muerte de Juan Gabriel, la visita de Donald Trump a México y el Informe Presidencial; hechos que me hicieron asociarlos con el usado juego de preguntas al estilo de ¿Qué tienen en común A, B y C? y en donde la respuesta invariablemente sorprende.
La muerte de Juan Gabriel, tan inesperada como misteriosa tanto por la forma en que se difundió la noticia como los sucesos que le han seguido y el silencio de la familia acapararon los medios de comunicación y las redes desde el momento de lo ocurrido hasta el cierre de la presente colaboración. También se descubrió que gran parte de los mexicanos resultó ser fan del Divo de Juárez y que otro grupo selecto no lo es y entre ellos, Nicolás Alvarado (Escritor y Comunicador) quien se volvió trending topic en Twitter luego de la publicación de su desatinada y mal entendida columna semanal en Milenio. Desatinada porque desde su posición como directivo (hoy ex directivo) de una institución pública como Televisión UNAM debió cuidar las formas y respetar los principios que rigen a la máxima casa de estudios, como la tolerancia y malentendida porque si bien el lenguaje y el tono utilizados fueron despectivos y discriminatorios, no dijo nada que no supiéramos pues siempre ha sido claro el nivel elitista en el que se mueve, así que no podía esperarse que se pusiera de pie para guardar un minuto de silencio y se desbordara en halagos para Juan Gabriel. Por lo tanto, su renuncia (voluntaria o impuesta) no corrige el error ni borra lo que dijo, pero sí da lugar a otra serie de suspicacias porque si en México el hecho de mostrar inconformidad y reunir firmas bastasen para destituir a una figura pública de su cargo, más de uno ya no ocuparían sus cargos.
De igual forma, la visita de Donald Trump (Candidato del Partido Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos para las elecciones presidenciales de 2016) acaparó la atención de todo México e incluso hizo que analistas, líderes de opinión, periodistas, esfera política y principalmente ciudadanos alzaran la voz en actitud reprobatoria por considerar como traición a los mexicanos la visita de un personaje que ha hecho campaña alardeando contra los mexicanos, lanzando amenazas para los migrantes y los que planean ir a cumplir “el sueño americano”. Lo destacable es que entre los inconformes hay quien ha hecho fama y fortuna en Estados Unidos ¿será que temen ser expulsados de un país que les ha abierto las puertas y les ha permitido ganar algunos dólares además de fama mundial olvidándose de dónde surgieron?
Finalmente, el Cuarto Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto causó furor por su innovación de formato al invitar a un grupo de jóvenes a Palacio Nacional a participar de un diálogo abierto donde se permitieron una serie de preguntas. Las opiniones nuevamente no se hicieron esperar y hubo quien cuestionó tanto la selección de los asistentes, como las preguntas formuladas porque consideraron que se trató de un espectáculo más creado por el equipo de la Presidencia para ganar bonus.
Y aquí viene la pregunta: ¿Qué tienen en común la muerte de Juan Gabriel, la opinión de Nicolás Alvarado, la visita de Donald Trump y el informe de Enrique Peña Nieto? Que fueron el foco de atención y la nota principal de toda la semana pero de fondo, no ofrecieron nada extraordinario digno de rescatarse, fue algo así como “mucho ruido y pocas nueces” porque Juan Gabriel muerto está y tendrá homenaje en Bellas Artes le guste a quien le guste. Nicolás Alvarado no fue bien recibido en TVUNAM y su salida era más que deseada y esperada. Donald Trump no ha modificado su discurso, si acaso ha sido menos despectivo con los mexicanos. Enrique Peña Nieto no dejará el cargo, no dará más explicaciones sobre su tesis y no le quitarán el título ni nada parecido.
Lo relevante es que para bien o para mal, todos estuvieron en el centro de las conversaciones, fueron señalados y juzgados pero ganaron la atención pública aunque por un lado, se destituye a un Director de su cargo por descuidar su vocabulario y por el otro, aunque Enrique Peña Nieto no sea un digno gobernante ni representante de nuestro país ¿Quién ha empezado una campaña seria y real para utilizar los mecanismos necesarios para reunir firmas y solicitar su renuncia? Y si así fuera, ¿Quién tiene la varita mágica para que una vez fuera el país cambie y sea un paraíso sin violencia, sin narcotráfico, sin contaminación, sin discriminación, sin miseria, sin falta de empleos o con jugadores olímpicos de primer nivel? Por cierto, ¿sabía usted que en el pasado Maratón de la Ciudad de México no hubo ninguna medalla dentro de los tres primeros lugares para algún mexicano?
Finalizo con la idea de que las noticias en México se están volviendo un espectáculo al estilo talk show donde la nota central es el escándalo y el objetivo principal: volverse la tendencia del momento para ganar popularidad, lo que hace tiempo se denominaba como cortina de humo y ¿las partes editadas de la película, esas que no vemos pero que existen para dar sentido al filme completo?
¡Se los dejo de tarea!
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