El ropero de la abuelita

La globalización nos ha heredado toda clase de tiendas de autoservicio que nos ofrecen cientos de productos en...

22 de mayo, 2018

La globalización nos ha heredado toda clase de tiendas de autoservicio que nos ofrecen cientos de productos en la comodidad de un solo lugar: ropa, herramientas, comida, muebles, artículos de limpieza, etc. En ese sentido, aquellas tiendas especializadas en ciertos artículos han quedado en el olvido o marginadas en regiones alejadas de las grandes ciudades y por ende, sus dueños han tenido que venderlas o condenarse a generar ingresos a través de otras ocupaciones. En esta ocasión, revisaremos aquéllos comercios que han ido despareciendo dando lugar a locales vacíos y abandonados en algunos rincones de esta ciudad o que han sido absorbidos por las grandes cadenas comerciales.

Ferretería – De ferrete, lugar. Tienda donde se venden toda clase de objetos de metal o de otros materiales como cerraduras, clavos, herramientas, vasijas, etc. si usted no es aficionado del conocido DIY (do it yourself en inglés) es posible que no tenga idea de que existe una gran variedad de clavos y tuercas que aunque sirven para lo mismo, tienen características especiales según sea el uso final para el que sean destinados pues los clavos y herramientas utilizados por un carpintero, no son exactamente los mismos que los utilizados por un plomero, herrero o técnico especialista en reparaciones de electrodomésticos.

Jarciería – Ramo del comercio de los objetos de fibra vegetal aunque también se refiere a todos aquéllos conocidos como artículos de limpieza: escobas, cepillos, recogedores, fibras, estropajos, franelas, plumeros, jabones de ixtle, tendederos, etc. Este tipo de tiendas de plano han desaparecido en la urbe aunque todavía se pueden encontrar inmensos bodegones por la zona de la Merced y es posible adquirir ciertos productos en las poquísimas tiendas que quedan perdidas en algunas colonias y barrios de la ciudad. La demanda también se ha perdido frente a los productos que encontramos empaquetados en las cadenas comerciales y que por cierto, tienen un precio altísimo en comparación a los que pueden encontrarse en las viejas tiendas pero claro, ni usted ni yo pondríamos un pie en una zona marcada por la violencia y la inseguridad ¿o sí?

Mercería – Del catalán mercería, trato y comercio de cosas menudas y de poco valor como alfileres, botones, encajes, hilos para bordar, resortes, tijeras de corte, agujas, materia prima para manualidades, listones, etc. Recientemente y como resultado del intercambio comercial entre países, hemos heredado el comercio de los chinos y por tanto, mercancías a bajo costo pero de mínima calidad. Basta con darse una vuelta por las comunes tiendas de telas y mercería que abundan por todas partes, para notar que han ingresado una cantidad impresionante de artículos, exterminando a los pequeños comercios especializados en su tipo, los cuales están quedando en el olvido por algunas calles del Centro Histórico, allá donde el comercio de telas y enseres similares tenía su matriz hace algunos años y que pertenecían a influyentes familias judías.

Papelería – Tienda donde se vende papel y otros objetos de escritorio y escolares. Recuerdo con especial nostalgia las papelerías que solía visitar en mi época escolar para adquirir toda serie de chácharas que los niños de hoy ni conocen como el papel paspartú, papel cascarón, monografías, biografías, papel lustre, resistol blanco, gomas, gises, etc. Siempre me hizo ilusión tener un negocio así pero esa, es otra historia. Con el tiempo y en mi trayectoria laboral descubrí que existen negocios que se dedican a la distribución de artículos para oficina y que los monopolios de lo que hoy conocemos como papelerías no hacen más que comercializar productos de importación a precios cada vez más altos pero en la comodidad de una tienda de autoservicio, acomodados en un bonito anaquel y complementando con el servicio de impresión, fotocopiado y renta de equipos de cómputo. Aún existe una que otra porque los niños todavía necesitan cuadernos, lápices y alguna que otra curiosidad que difícilmente se encuentra en las tiendas grandes pero con el auge de la tecnología, algunos de sus productos se volvieron obsoletos y por ende, sobreviven las que han tenido la capacidad de evolucionar.

Tlapalería – Del náhuatl tlapalli, líquido de fuego, se refiere a una tienda de pintura, donde también se venden materiales eléctricos y herramientas: pinzas, alambre, brocas, alambre, cables, etc. Estas singulares tiendas todavía se conservan con vida gracias a que la industria constructora no ha desaparecido aunque ha cedido gran parte del mercado a los consorcios gringos.

El uso y costumbre de las “tienditas de la esquina” que en su momento eran la primera opción para las familias, hoy ha sido reemplazado por las tiendas de conveniencia que han desplazado a los pequeños comerciantes y que no en todos los casos ofrecen la variedad de artículos que aquéllas ofrecían al por mayor a sus clientes. En otra entrega seguiremos revisando los cambios que la actividad comercial ha tenido a lo largo de la historia pues de la mano de la desaparición de algunas tiendas especializadas están los oficios pues lo que hoy compramos cumple a la perfección con el lema: cómprese, úsese y tírese, dejando fuera a quienes se dedicaban con particular profesionalismo y dedicación a remendar, arreglar y/o reparar casi cualquier cosa.

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