¡El Regreso del Cácaro!

“Las penas con pan son buenas… y con mantequilla, mmm mmm.” Pedro Infante en A toda máquina, 1951

18 de abril, 2017

Elizabeth Cruz Ramírez

“Las penas con pan son buenas… y con mantequilla, mmm mmm.” Pedro Infante en A toda máquina, 1951

La importancia del cine en la vida cotidiana no se reduce a mero sentido artístico o documento histórico vivo sino que tiene un alto impacto en la conciencia colectiva pues cada producción (comercial o independiente) ha heredado ciertos usos, costumbres, estrellas e incluso han sido el ojo del huracán cuando sus propuestas han pisado algún callo de la esfera del poder en turno y en otras ocasiones, es a través de una película que podemos viajar a otros mundos, vivir otras realidades y sentir emociones que no conocíamos, sentir empatía con ciertos personajes de la pantalla grande.

De Ben-Hur a Tizoc

Por tradición, costumbre o porque no había otra opción, desde que recuerdo he visto Ben-Hur y los Diez Mandamientos programados en la televisión pero es recientemente que el fundamento de ambas historias ha llamado mi atención además del interés cinéfilo que aunque empolvado por los años de encierro en una oficina empieza a recuperar su lugar. Aunque ambos son en realidad una visión particular del realizador, no juzgaremos aquí su veracidad o exactitud sino la trascendencia como obras cinematográficas.

De Ben-Hur (Estados Unidos, 1959) dirigida por William Wyler todos sabemos (o casi todos) que ha sido una de las películas con más estatuillas obtenidas del premio Oscar, además de tres premios Globos de Oro, entre otros y en 2004 fue seleccionada por la National Film Preservation Board para su conservación como una película “cultural, histórica o estéticamente significativa”.

Los Diez Mandamientos está clasificada como una película épica de 1956 y producida en Estados Unidos que “dramatiza la historia bíblica de la vida de Moisés, un príncipe egipcio adoptado que se convierte en el líder de su verdadero pueblo, la esclavizada nación hebrea, y por lo tanto dirige el éxodo al Monte Sinaí, donde recibe los Diez Mandamientos de parte de Dios.” Se sitúa como la sexta película más taquillera de la historia y ganadora de un premio Oscar a los mejores efectos especiales, su escena de Moisés abriéndose paso por el Mar Rojo es considerada como clásica en el mundo cinematográfico y es uno de esos filmes que uno ve primero por costumbre o herencia familiar y después, puede ser que se le tome el gusto o se desprecie porque es ¡maratónica! En el mismo tenor pero en diferentes épocas de filmación, existen otros títulos que nos han acercado a la Pasión de Cristo desde diversos ángulos pero que también son joyas del cine; por ejemplo: La Última Tentación de Cristo, dirigida en 1988 por Martin Scorsese, la cual fue prohibida y/o censurada durante mucho tiempo en países como Turquía, México, Chile y Argentina por la polémica que levantó al presentar una versión muy particular de la vida de Jesús. Algo similar sucedió con la “La Pasión de Cristo”, realizada en 2004 por Mel Gibson pues se consideró anti semitista y extremadamente violenta; sin embargo, su realizador explicó en entrevista: “Tengo la esperanza de que esta película llena de coraje y sacrificio, inspire tolerancia, amor y perdón, que es lo que necesitamos en este mundo últimamente.”

México cuenta con dos producciones notables, independientemente de que sean o no del gusto general: El Mártir del Calvario (Miguel Morayta, 1952) y Nazarín (Luis Buñuel, 1959) la primera participó en la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Cannes de 1954 y la segunda ganó dicho premio en la edición de 1959, ni más ni menos.

De los sentimientos de odio, perdón, traición y fe pasamos al sentimiento de admiración pues “cada época fabrica sus propios dioses e ídolos populares que son reflejos de los valores dominantes de su tiempo” y así como la religión ha jugado un papel central en la historia de la humanidad, la diversión y el entretenimiento han sido fundamentales para enfrentar los momentos de crisis o evadirse de la realidad según se quiera ver y en ese sentido, el Inmortal Pedro Infante se convirtió en un ícono mexicano al ser una estrella que el pueblo reconoció como su igual en una época en que la figura del macho mexicano provocaba suspiros y gritos frenéticos de sus fans y que lo mismo los llevó al llanto desgarrado al momento de su muerte, un día 15 de abril en el año de 1957. “Un macho mexicano, sí, pero de los conquistadores, no de los golpeadores” en palabras de Ángeles Mastretta aunque sería interesante conocer la opinión de las femenistas a ultranza al respecto pero de que se ganó un lugar en el corazón del pueblo mexicano y que a 60 años de su muerte, sus seguidores y fans lo siguen recordando a través de sus más de 60 películas filmadas, nadie lo puede negar; así como tampoco se puede omitir el premio que ganó como mejor actor en el Festival Internacional de Cine de Berlín por su actuación en Tizoc (México, 1956) con el cual por cierto, la Época de Oro del Cine Mexicano llegó a su fin. La lista de canciones y personajes que interpretó es extensa y se puede consultar aquí https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Infante lo notable es la vigencia (voluntaria o forzada) que sigue teniendo para los mexicanos ante la falta de ídolos contemporáneos y la ausencia en el inconsciente colectivo de los valores que regían a personajes como Ben-Hur o Tizoc y ahí es donde radica la relevancia de toda obra, al llevarnos a la introspección y a la reflexión del mundo actual y de las nuevas formas de vida que tenemos, todo eso con tan sólo sentarnos plácidamente en una sala de cine para llenarnos de su magia.

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Fuentes

https://es.wikipedia.org/wiki/Los_diez_mandamientos_(pel%C3%ADcula_de_1956)

http://decine21.com/Peliculas/La-ultima-tentacion-de-Cristo-4087

https://es.wikipedia.org/wiki/La_Pasi%C3%B3n_de_Cristo_(pel%C3%ADcula)

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/15/actualidad/1492224551_660521.amp.html

http://www.injuve.es/sites/default/files/2012/45/publicaciones/Revista96_1.pdf

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