De pasión y creación

Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿qué valdría la vida? – Jacinto Benavente Hace tiempo descubrí que la...

7 de julio, 2015

Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿qué valdría la vida?
– Jacinto Benavente

Hace tiempo descubrí que la pasión mueve al mundo Sea bien o mal conducida, determina las acciones que conducen nuestro actuar; en contraste, quien no es movido por la pasión, está como en piloto automático. La pasión, entendida como el eje de toda creación, ha dado lugar a las más extraordinarias obras de arte y ha inspirado los más grandes amores y romances de la historia.

Alguna vez me encontré por casualidad con un documental sobre Coco Chanel en una serie que abordaba la vida y obra de las mujeres más influyentes de la vida contemporánea. Me entusiasmó enterarme de que a los 71 años de edad, Chanel volvió a abrir las puertas de su casa de costura y retomó el éxito que había alcanzado hasta antes de la Segunda Guerra Mundial. La revista LIFE en Estados Unidos escribió entonces: “A los 71 años, Chanel crea más que una moda: es una revolución”

Dicho sea de paso, el tema de la moda me atrae desde el punto de vista del acto creativo que implica diseñar y porque en el camino me he encontrado con magníficos diseñadores, cuyo trabajo expresa la pasión con la que trabajan y de eso se trata esta entrega, de voltear la mirada a esa energía que se mueve dentro de nosotros y que da paso a las más extraordinarias creaciones en nuestra vida: la pasión.

Recientemente, me reencontré con la vida y obra de Coco (así la llamaban en el cabaret donde cantaba: "¿Quién ha visto a Coco en el Trocadero?", aunque a ella le gustaba decir que era el apodo que le había dado su padre) en dos filmes: Coco avant Chanel y Coco Chanel & Igor Stravinsky. Siempre me ha parecido que difícilmente un filme retrata impecablemente la vida y obra de un célebre personaje, sin embargo, estos dos lo consiguieron. A mi gusto prefiero la primera, pero ambas son espectaculares desde el lenguaje cinematográfico.

No es que Coco me fascinara por tratarse de un ícono en la industria de la moda, sino por representar esa esencia femenina que llevamos dentro las mujeres y que nos hace creativas, intuitivas, aguerridas, arriesgadas, que nos impulsa a perseguir nuestros sueños y alcanzarlos, que nos hace competitivas buscando ser y hacer siempre lo mejor, que nos hace amar intensamente, entregando el alma en aquello que creemos nuestro y que nos representa y nos trasciende como el caso de Chanel, cuyo gran amor de su vida, Boy Capel, significó la punta de lanza para empezar diseñando sombreros y abrir su primera casa de costura. La muerte inesperada de Capel en un accidente automovilístico fue un duro golpe para ella; sin embargo, fue también la motivación para seguir adelante como ella misma lo declaró: “O muero también, o termino lo que empezamos juntos”.

De la misma forma, el romance que sostuvo con Igor Stravinsky, luego de conocerlo durante la presentación de La consagración de la primavera en el año de 1913 en París, significó para ambos una marcada influencia en sus creaciones, para ella fue el lanzamiento de su legendario perfume CHANEL No. 5 y para él, composiciones nuevas y más apasionadas.

El concepto que Chanel creó para la mujer pensando en libertad y funcionalidad para ellas, fue la clave de su éxito en la moda y la garantía de su permanencia a través del tiempo, porque no sólo aportó una idea para una determinada época y contexto históricos, fue más allá heredando un concepto y estilo únicos. Cinco fueron sus colores básicos: negro porque revela el resplandor de una mujer, blanco porque es el color de la transparencia y la trascendencia absolutas, beige porque es cálido, sencillo y natural, dorado porque es el color de lo auténtico y lo falso y rojo porque es el color de la vida, de la sangre, de la pasión, del valor, del fuego y de la energía.

Me emociona la idea de todo lo que hay detrás de un trabajo creativo, las horas que lleva imaginar una idea en la mente para luego trazarla en papel o tela e ir diseñando hasta terminar en un perfume, un vestido o un sombrero.

Es la pasión lo que mueve los hilos de artistas plásticos, músicos, escritores, diseñadores, arquitectos, ingenieros, cocineros y debería ser lo que nos mueve cada día al levantarnos, pensar que en medio del mundo veloz y cambiante en que vivimos y a pesar de enfrentarnos ante buenas y malas noticias como lo es actualmente el asunto de la economía en Grecia y su impacto mundial, o a nivel mucho más local, los resultados de las pasadas elecciones intermedias en México o las inundaciones que han provocado caos vial en la Ciudad de México durante los últimos días, entre otras, tenemos la oportunidad de hacer y crear, dejar salir esa pasión contenida para dar paso a grandes proyectos e ideas, para amar más intensamente, para vivir sin perdernos en la memoria del pasado ni la ilusión del futuro.

Encontrar una forma de decirle al mundo "¡Aquí estoy!" desde lo que elegimos por la mañana para vestirnos, hasta la forma en que nos comunicamos con los demás y las decisiones que tomamos a cada momento. No es que todos debamos ser Chanel o Picasso o Stravinsky o Zabludovsky sino hacer caso de nuestra intuición y expresar lo que la pasión nos dicta para acabarnos esta vida disfrutando y gozando en principio, para trascendernos a nosotros mismos y después, para dejar huella en los demás.

Chanel es una muestra de lo que somos capaces de lograr como mujeres si perdemos el miedo a ser diferentes, a romper con los convencionalismos y nos arriesgamos a seguir por un camino diferente que nos permita descubrir otras posibilidades y proponer nuevas formas de asumir nuestro rol en una sociedad a la que le urge un cambio en la forma de pensamiento, ser mujeres apasionadas que heredemos a las futuras generaciones un concepto y estilo únicos, sin perder el toque femenino y la  distinción que Coco creó para nosotras, pues como ella mismo dijo refiriéndose a su elección del color rojo en los labios: “Si estáis tristes, maquillaros los labios y atacad: los hombres detestan a las lloronas”.

Gabrielle Chanel murió una noche de domingo del mes de enero de 1971, domingo era el único día que no trabajaba y el día que más detestaba.

 

Fuentes:

http://www.sonyclassics.com/cocobeforechanel/

http://www.sonyclassics.com/cocochanelandigorstravinsky/

http://inside.chanel.com/es/paris-by-chanel

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