El bullying, una manifestación más de nuestra violencia

6 de junio, 2014

Eduardo Ruiz-Healy

En 1999 el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) publicó su encuesta sobre Violencia Intrafamiliar cuyo objetivo general fue “obtener información estadística sobre el número de hogares y personas en situaciones de maltrato emocional, intimidación, abuso físico y abuso sexual”. Basada en una muestra de 6,000 viviendas, la encuesta indicó que en el 34% de los hogares hubo actos violentos dentro de los seis meses previos a la aplicación de las entrevistas. También señaló que los actos violentos ocurrieron en similares porcentajes en hogares de ingresos altos, medios o bajos, pero que se dieron en mayor porcentaje en donde el jefe de familia solo concluyó la primaria.

En 2007 el INEGI realizó la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo con el objeto de “generar información estadística sobre la frecuencia y magnitud de la violencia que se da en las relaciones de pareja no convivientes, así como determinar las características de la dinámica en las relaciones de noviazgo” y “cuantificar la prevalencia de la violencia que se presenta entre mujeres y hombres de entre 15 y 24 años de edad”. La encuesta aplicada en 18,000 hogares indicó que hasta los 12 años de edad el 21% de los jóvenes vivió en un hogar en donde había insultos. En el 43% de estos hogares el padre insultaba a la madre, en el 44% amos padres se insultaban y en el 5% la madre insultaba al padre. La información recabada también señaló que “15.5% de las personas de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja había sido víctima de violencia física; 76% de agresiones sicológicas y 16.5% de por lo menos un ataque sexual.

En 2013 el INEGI publicó su Panorama de violencia contra las mujeres en los Estados Unidos Mexicanos, basada en una encuesta realizada en octubre y noviembre de 2011. El objetivo de este trabajo fue conocer “la violencia (emocional, económica, física y sexual) que las mujeres viven en los espacios: privado, comprendiendo la recibida por parte de la pareja y de otros familiares; y el público, abarcando la llevada a cabo en lugares comunitarios e institucionales, como centros educativos y laborales”.

La encuesta mencionada en el párrafo anterior arrojó resultados muy preocupantes: 45% de las mujeres casadas o unidas aceptó ser víctima de algún tipo de violencia por parte de su pareja a lo largo de su relación mientras que el 34% dijo haber sido víctima durante los últimos 12 meses; 26% aceptó ser victima de violencia física por parte de su pareja a lo largo de su relación y el 19% de haber sido víctima durante los últimos 12 meses; 12% aceptó ser victima de violencia sexual por parte de su pareja a lo largo de su relación y el 8% de haber sido víctima durante los últimos 12 meses.

En abril de 2012 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó que 60% de los niños de entre uno a 14 años de edad son víctimas de diversas acciones de violencia que lesionan su integridad, que 35% de los menores de entre seis y nueve años han sido víctimas de violencia por algún miembro de su familia o en la escuela, y que 13% de los estudiantes en secundarias del Distrito Federal han sido víctimas de actos violentos de alguno de sus maestros.

Y, así como éstos, hay muchos más estudios realizados tanto por organizaciones nacionales como internacionales que muestran que la violencia es una constante en un alto porcentaje de los hogares mexicanos. Violencia física, psicológica, sexual y económica que marca para siempre ha quienes son sus víctimas.

La violencia engendra violencia y todavía hay quienes dicen estar sorprendidos por los más recientes casos de bullying dentro de algunas escuelas. Olvidan que estos brutales actos infantiles son una manifestación más de la violencia que desde tiempo inmemorial ha imperado en lo que hoy es México.

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