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Y el nuevo comisionado se defiende. ¡El Hipódromo de las Américas sigue en caída libre!

11 de agosto, 2023

Hace más de 25 años me volví a involucrar en las carreras de caballos en el Hipódromo de las Américas, después de mi primera larga etapa como criador fracasado, entrenador exitoso y aprendiz de los conceptos fundamentales que rigen la hípica (tuve buenos maestros como mi querido “Melodías”, terminé corrido por Justo Fernández del Hipódromo por insubordinado), siempre lo he sido y al parecer lo seguiré siendo. En esa época (1990) pudimos predecir el derrumbe estrepitoso que tendría la empresa, la cual terminó quebrada por tratar de innovar a lo baboso y su desconocimiento del mercado y del negocio del juego con apuesta había cambiado radicalmente. Ante la quiebra, el Gobierno Federal decidió licitar el permiso y la concesión para explotar este negocio. Eran tiempos de Ernesto Zedillo.

Gracias a mi esfuerzo, fui asesor de la empresa a la que finalmente se le adjudicó la licitación: un joint venture que se formó entre el Sam Houston Race Track y ECE, la empresa mexicana que encabezaba uno de los hijos de don Claudio X. González, en ese entonces consejero de la Presidencia de la República y padre del ahora famoso promotor de la democracia —el multinombrado por Andrés Manuel— Claudio X, junior. Por motivos que desconozco don Claudio declinó y para desgracia de la hípica mexicana, el permiso se le otorgó a Ocesa —actualmente CIE—, ahora asociada con la empresa española Codere, quien es la accionista mayoritaria, en contra de lo que permite el permiso. De hecho, en esa misma licitación participó el magnate Germán Larrea a través del hermano de la respetable periodista María Amparo Casar, quién durante el sexenio de Vicente Fox fuera la coordinadora de asesores del secretario de Gobernación Santiago Creel, de triste memoria para la hípica mexicana. En este artículo podrán ver porqué lo afirmo.

Así pues, pasados los años después de que me corrieron del Hipódromo, me convertí en escritor, articulista y defensor de causas aparentemente perdidas. Con la nueva empresa pude regresar a entrenar caballos (2003-2005) —también con cierto éxito— y ante el deterioro me retiré nuevamente. Sostuve pláticas con el magnate minero para entrenar sus caballos a lo que finalmente me rajé.

Ante el continuo deterioro de la actividad, el gremio hípico se rebeló y se formó hace más de once años una asociación civil —la Unión Mexicana— para defender sus derechos y me contrató como su empleado y apoderado. A la fecha, aunque ya disminuidos (pues muchos caballistas han cambiado de hobby y otros se fueron del planeta Tierra), seguimos defendiendo la actividad y vaya que hemos batallado. Este sexenio nos hemos entrevistado con cinco directores de la Dirección de Juegos y Sorteos y se acaba de nombrar al sexto, ante el cambio del secretario de Gobernación, al que esperamos conocer pronto.

Ahora bien, ante los mil problemas que enfrenta el Gobierno de la Cuarta Transformación no hemos parado, promoviendo ante el presidente en sus conferencias mañaneras en las que hemos sido escuchados y hemos obtenido respuesta, pero como nunca falta el negrito en el arroz, el último director de Juegos y Sorteos —después de un año de propuestas— resultó que se asoció con la empresa permisionaria para formar una autoridad hípica a modo. ¿Qué recibió a cambio? Nunca lo sabremos, pero en algo se benefició… no lo duden.

De esa manera, el director de Juegos y Sorteos, Manuel Marcué Díaz, formó una asociación civil independiente que tiene por objeto el registro regulación y vigilancia de las carreras de caballos y galgos, sin estar subordinada a la Ley Federal de Juegos y a su Reglamento denominado —el Comité— formada por sus subordinados que, con todo respeto, de carreras de caballos nada saben. Este Comité es encabezado por el licenciado Mauricio Ayala Rosique, peculiar individuo quien dice ser especialista en “innovación” y que ha permitido que el gremio hípico se nutra de puros chismes, aunque debo reconocer que ya publica en su página web, a medias y con mil interrogantes las “sanciones” que han merecido los infractores a las reglas técnicas a que están sujetos los participantes. Algo es algo, debo admitirlo, pero falta muchísimo.

Entre los chismes se rumoró que por su iniciativa “quiere estabular a todos los participantes del Hándicap de las Américas, 15 días antes en unas caballerizas con acceso restringido y seguridad y cámaras las 24 hrs”. ¡Ah caray…! Me sorprendió dicho anuncio que venía de una persona que ni conozco, pero que lee mis artículos.

Como dialogo de vez en cuando con el joven licenciado Ayala —por whatsapp— y me cae muy bien, le pregunté:

“Licenciado, ya se volvió rumor extendido y le pregunto para saber si es cierto el chisme y darle la oportunidad de saber sí es iniciativa del Comité y conocer la verdad. ¡Solo eso!

“En mi opinión es una iniciativa que sólo muestra la ignorancia de quien lo está proponiendo.

“En fin… sí me quieres comentar, bienvenido”.

Obviamente molesto me respondió:

“Son planes e iniciativa mía, me quieres decir ignorante, me tiene sin cuidado. Son mejor las propuestas, las ideas, que las criticas sin sentido ni argumentos. Son planes que se están valorando y comentando con los que, sí tienen caballos en el hipódromo, no con los comentaristas que solo critican por criticar”.

Le respondí:

“No te ofendas. Confirmo que es iniciativa tuya y ser innovador solo te pone en labios de los caballistas. El rumor me lo han comentado varios caballistas que tienen muchos caballos y que sin ser amigos míos están alarmados. Con todo respeto, de esto sabes muy poco y lleva años aprender. Yo participo como interesado en el tema y por tener tu edad en esta actividad, continúo aprendiendo.

“Estás para aprender de los que sabemos y por ello te lo pregunté…”.

Después, alguien me envió una foto en donde “el comisionado” se retrata en el círculo de ganadores con un caballo de la cuadra San Jorge, propiedad de Germán Larrea. “Warrior G” y obviamente le pregunté si era él…Me respondió:

“Sí y me puse en la foto porque soy de los pocos que acaricia al Warrior, todos los días lo paso a saludar, me gusta ese caballo”.

¡Ese es el comisionado…! ¿Innovando, inventando o quedando bien con el magnate minero?

A la fecha, el Comité no ha demostrado que es independiente de la empresa; no publica en forma correcta las sanciones ni los rulings; tengo uno en que se sanciona severamente a un entrenador y luego olímpicamente lo perdona. Y vienen las preguntas: ¿Cuánto dinero le da la empresa para ejercer sus limitadas funciones pues no cumple con las reglas internacionales de “testear” a los primero tres lugares de cada carrera?; ¿cuánto cobra por las multas?; ¿a dónde va ese dinero?; ¿por qué favorece a algunas personas y a otras no les da su licencia para poder trabajar…?

El sospechosismo va en aumento y los caballistas siguen pasmados… ¡Pobre Hípica!

Gracias por sus comentarios.

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