Poema invernal.
Estoy aquí en la casa,
Esta tarde de invierno,
En este hogar que Dios me dio
Para descansar seguro
Mucho después del miedo
Cobijado por su amor
Tras el ya larguísimo camino
Que ni ha sido tan largo,
Ni pesa ni termina.
Cuando de pronto ha llegado a mi corazón
Su voz,
Su luz,
Su inocencia,
Su certeza,
La certeza de su sangre que es la sangre mía
Venida del amor multiplicado
Pintado en tonos sepia
En los viejos retratos blanco y negro
Los de flash de magnesio,
O los multicolores primitivos,
Que según se fueron diluyendo,
Viven y corren por nuestras venas todavía
Nuestras venas río abajo,
Nubes abajo,
De más allá del mar
Lágrimas de agua salada,
Con la sal del océano,
Que tampoco termina
Mar del Norte con aguas de Acapulco
Lágrimas de añorar
Desde la cercana intimidad de la certeza,
Que en esta tarde bajo la mucha nieve,
Bajo la mucha niebla,
Celebra la llegada, llena de luz
De esta pequeña
Traviesa,
Juguetona,
Ávida,
Inteligente,
Y luminosa niña
que está aquí sin permiso
Se asoma entre los árboles del bosque cercano.
Destella y cintilla sobre la superficie congelada de nuestro lago.
Patina en el hielo que cubre nuestro callejón
Espera junto a mi bicicleta
Mientras me pide como entre sueños
Que la lleve a pasear por las veredas
Bordeadas por jabalíes y lobos
Por venados y estrellas
Hoy en la víspera
De su víspera primera.
La de hace ya casi
Más de dos mil días
La imagino jugando en el jardín,
Saltando por este jardín lleno de nieve,
Con los pinos tan blancos como su alma
He aprendido a sentir
Y a saber
Sin esperar,
Lo que no hay que esperar porque ha llegado
Cantando a través del cielo
Mucho antes de llegar…
Hoy una niña
Esa niña
Íntimamente no mía
Acunada en mis brazos
Mis brazos que jamás la han sostenido
Me anunció que ya venía volando a través del cielo,
Porque la estaban esperando
Los que de puro amor
Le habían pedido que viniera a ellos
Besada por mi alma,
Por mis labios que nunca la han besado
Venida desde mis sueños,
Donde jugamos siempre que queremos
Hoy esa niña
Niña solo de Dios
Y de su alegría
Música de sus padres
Canción mía
Ha venido a tocar a mi ventana,
Con sus pequeñas manos imaginarias,
Empañando los vidrios con su aliento,
Calideciendo el sitio en que le escribo,
Donde ya no hace frío /
Gracias a su presencia que imagino/
Esa pequeña luciérnaga del mar
Luz de mi estero.
Stahringen am Bodensee
Baden Wurtemberg
Alemania
Enero 10/11 de 2017
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