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Diálogo entre artes, espacio y cuerpo cinemático, lenguaje del cine
El diálogo entre el mundo fantástico de Carroll y el cine de Burton crea una relación poética entre ambos: coinciden, conviven en el campo de la imaginación y evoluciona el lenguaje llevado a la pantalla. Cabe decir entonces que existen los elementos para que se dé la adaptación. El cineasta lee y relaciona lo leído con experiencias, lo lleva a la pantalla y nos muestra su ingenio y el diálogo con la obra literaria.
El adaptador elige y ordena, elimina lo superficial o lo que no pueda ser narrado en una película, así se da paso a un proceso de reelaboración, e incluso a la creación de una obra nueva. Esta nueva obra es de alguna manera un tanto independiente a la obra de la que partió, porque en ella lo importante es cómo se dicen las cosas, cómo se va a contar la historia.
Para Paolo Pasolini, escritor y director de cine, el problema de la adaptación se da en el paso de la palabra a la imagen; se crea entonces un lenguaje nuevo. Así, las adaptaciones libres se alejan del texto literario original y del texto fílmico; sin embargo, hay un tipo de adaptación, la transposición, que combina el estilo libre, pero conserva la esencia. Esto es lo que hace Tim Burton en Alicia en el país de las maravillas; para él la animación es el espacio en donde los recuerdos sensoriales se usan para componer esas imágenes icónicas, comparando y contraponiendo la realidad con la fantasía. En el mundo de la intertextualidad de Burton, tanto espacios como cuerpos cinemáticos se desvelan atrayendo la “lente” del espectador. A partir de la imagen y del montaje se da una nueva significación de la obra literaria.
El texto de Lewis Carroll, en su capítulo primero, describe la caída de Alicia en la madriguera; desde el inicio el espectador es presa del suspenso en una caída que parece infinita. En esa caída le da tiempo a Alicia para divagar, reflexionar y cuestionarse, así se crea en la mente una imagen clara de lo ilógico de la situación, dentro del paradójico juego de la lógica del autor. Con la intertextualidad o alusión que hace Burton en su adaptación sobre la misma escena se lee la imagen tal como él dimensiona el espacio y los cuerpos cinemáticos, y con ella da una interpretación propia, tan ajena, pero al mismo tiempo logra un efecto similar en la psique del espectador, donde cobran relevancia la incertidumbre y lo absurdo.
Veamos esa primera escena de Alicia:
La madriguera era un largo túnel que, de improviso, torcía su curso y descendía de forma tan inesperada, que Alicia, sin tiempo para pensar en detener su caída, se precipitó por lo que parecían las paredes de un pozo muy profundo.
Bien porque el pozo fuera muy profundo, bien porque su caída fuera muy lenta, lo cierto es que la niña tuvo tiempo de mirar a su alrededor mientras caía y de preguntarse a dónde iría a parar. Al principio, trató de mirar hacia abajo para ver dónde iría a dar, pero todo estaba demasiado oscuro. Entonces se fijó en las paredes del pozo y se dio cuenta que estaban llenas de armarios y estanterías, además de mapas y de algún que otro cuadro colgado de un clavo. Mientras caía, Alicia cogió de una de las repisas un tarro con un letrero que decía “MERMELADA DE NARANJA”, pero cuál sería su desilusión al comprobar que estaba vacío. En lugar de dejarlo caer, lo que podría haber lastimado a alguien que estuviera abajo, prefirió dejarlo en unos de los armarios que estaban a su alcance.
La adaptación cinematográfica de Burton respecto a la caída de Alicia, como lo hemos mencionado, merece el adjetivo de burtonesco, pues deja ver el movimiento de la imagen dentro de este espacio cinemático, en donde las manos como cuerpos independientes desean aferrarse al agujero que los une con el mundo y que no es más que un orificio que se va empequeñeciendo. Durante la caída de la Alicia, en la adaptación del cineasta, el espacio cinemático se constriñe a la profundidad; los cuerpos se mueven en caída libre, libreros con los que golpea, lianas o raíces a las que se trata de asir, un piano que al acercársele suena mientras se mueven las teclas. Alicia da vueltas y grita en tomas que nos muestran el sin fin.
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