Hoy en día suena mucho la creación de alimentos sintéticos: la carne cultivada o carne in vitro. Se busca sustituir la carne animal para evitar la matanza y sacrificio de animales para el consumo humano, además de evitar la contaminación por el gas metano que despiden los desechos de origen animal.
¿Cómo se crea o fabrica la carne in vitro? ¿Qué es la carne sintética? La idea surge en 1931 en una reflexión de Winston Churchill: “Con un mayor conocimiento de las llamadas hormonas, es decir, los mensajeros químicos de la sangre, será posible controlar el crecimiento. Escaparemos del absurdo de criar un pollo entero para comer la pechuga o el ala, creciendo estas partes por separado en un medio adecuado”.
Posteriormente el científico Williem Van Eelen empezó a indagar en los años 50 al respecto, pero no fue hasta la década de los 90 que se dieron los primeros avances. En 2005 se logra el primer filete creado a base de células de rana. Sus creadores fueron los biólogos Oron Catts y Ionat Zurr, pero el interés iría más allá de lograr crear carne con células de rana.
En 2013 se presenta la primera hamburguesa creada in vitro, un proyecto del holandés Marck Post. El financiamiento del proyecto fue por parte del cofundador de Google Sergey Brin: tuvo un costo de 250 000 euros.
¿Cómo se logró crear esta carne de hamburguesa? Por medio de un cultivo de células madre extraídas de un animal, posteriormente se realiza un proceso de fermentación en un biorreactor al cual se le agregan sueros para hacerlas crecer hasta formar un pedazo de carne.
Este método se considera ecológico ya que se elimina el exceso de emisiones de metano producido por las heces de los animales además de detener el sacrificio animal.
Suena muy alentador esta manera de crear alimentos para satisfacer las necesidades mundiales y ambientales de los humanos y el planeta. No obstante lo anterior la carne in vitro no proporciona los nutrientes que la carne 100% animal sí, tales como proteínas, minerales como calcio, fósforo, hierro, vitaminas y complejo B. Por lo cual, la carne in vitro se tendría que complementar de manera artificial. Estos nutrientes no los pueden reproducir con el crecimiento en laboratorio porque son generados en el animal de manera natural por la simple y sencilla razón de haber nacido de la fusión de las células de dos seres vivos.
La parte de la contaminación también queda en tela de juicio. Los procesos de producción de carne in vitro generan dióxido de carbono (CO2) por la generación de energía para lograr la reproducción de las células en el laboratorio. Por otro lado, las emisiones de metano no se acumulan en la atmósfera, en otras palabras son biodegradables, y pueden emplearse como biogases.
Ahora si el metano es verdaderamente un problema ¿qué haremos con el que producen todos los seres vivos? Es una gran fuente de energía que no ha sido explotada, tal vez por no ser rentable para los países y los empresarios o, peor aún, es una amenaza para el futuro del negocio energético.
¿Y cuáles son los efectos en la salud humana por consumir carne sintética? Los daños no se han podido investigar cabalmente debido a la escasez de este producto y sujetos de prueba. Se sabe que esta carne está creada a base de hormonas de crecimiento artificial y que son aceleradas para su pronta reproducción, además de requerir muchos aditivos y saborizantes para darle textura, sabor y color a la carne. Estos aditivos son jugo de remolacha (Betabel), azafrán y caramelo para darle sabor, texturizadores, migas de pan, aglutinantes para dar textura y apariencia a una hamburguesa.
Hasta hoy, hay un gran avance en el desarrollo de estos productos, pero falta mucho para poder llegar a ser un sustituto fiel de la original. Algunas preguntas quedarán en espera, la más importante: ¿se busca una solución a la demanda alimenticia o simplemente es una inquietud comercial de producir carne a menor costo y mayores ganancias de un grupo por monopolizar la hambruna y controlar la producción mundial?
Esperemos que estos sistemas de alimentación no provoquen una brecha social más amplia creando efectos socioeconómicos negativos. El proyecto es muy joven todavía; sin embargo, las intenciones ya están forjadas. Las respuestas están en el tintero, saldrán a la luz cuando este proyecto sea parte de la vida cotidiana.
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