Los Menús Artificiales II

En el artículo anterior describimos las características, los efectos, la patología, el artificio social y otras peculiaridades de los ingredientes y los alimentos procesados que se han utilizado en nuestra nutrición1. En esta ocasión, nos ocuparemos brevemente...

2 de noviembre, 2023

Antonio G Trejo

En esta ocasión, nos ocuparemos brevemente de los efectos patológicos, conductuales y económicos que dicha ingestión tan prolongada ha causado en nuestros organismos y en nuestra sociedad. El desafío no es nada fácil, los grandes consorcios han usado y seguirán utilizando todos los recursos de promoción y mercadotecnia que ellos mismos han desarrollado en su dinámica empresarial, nuestra única defensa será el entendimiento y nuestra capacidad correctiva para contrarrestar esas agresivas campañas publicitarias que nos invaden todos los días.

Los últimos dos años han sido desastrosos para la salud pública de los países que fueron afectados por la pandemia causada por el SARS- CoV-2; las pérdidas no solo se manifestaron en el número de pacientes afectados y disminuidos sino en el exhaustivo e inesperado gasto que los departamentos de salud tuvieron que hacer para paliar la desesperada y angustiosa situación. De una u otra forma, los países tuvieron que afrontar cuantiosos gastos económicos que no estaban en ninguna partida presupuestal, mermando ostensiblemente sus finanzas.

Desde antes de la pandemia, Inglaterra se había enfrascado en un complejo proyecto que involucraba los costos de la salud pública y el impacto de éstos en su economía. Recurrieron a equipos de especialistas en diversas ramas de la tecnología y la administración y después de laboriosos estudios obtuvieron las siguientes conclusiones:

Los británicos estaban mal nutridos.
Las consultas médicas, los análisis, las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos se habían disparado exponencialmente.
Los gastos de mantenimiento de equipos e instalaciones, así como las nóminas en clínicas y hospitales habían aumentado en forma significativa.
La eficiencia y la calidad de trabajo en diversas industrias y talleres había disminuido drásticamente.
Las finanzas destinadas a la salud pública rebasaban todas las expectativas.

Después de cuantiosos y elaborados estudios en todo el país, se descubrió que el 55% de las calorías consumidas provenían de alimentos que de alguna manera habían sido procesados. Las causas fueron fáciles de explicar, estos alimentos se encuentran en todas partes, son más baratos que cualquier otro y además no requieren tiempo ni esfuerzo para prepararlos; todo es automático, conveniente a los intereses de una sociedad moderna. Inglaterra no es un país agrícola, por lo tanto, todos los productos naturales son mucho más caros que los procesados.²

Datos presentados en Amsterdam, durante la Annual Conference of the European Cardiology Society, revelaron que el 39% de consumidores moderados a los alimentos procesados desarrollaron: trastornos relacionados con la hipertensión, aneurismas, trastornos renales. Los consumidores compulsivos desarrollaron un 24% más de los trastornos ya mencionados (haciendo un total de 63%). Otro factor muy negativo que influye en la dieta inglesa es el elevado consumo de bebidas azucaradas y las llamadas energéticas, contienen edulcorantes sintéticos y otros metabolitos de difícil digestión. El consumo de frutas, verduras y fibras naturales es escaso, lo cual promueve el consumo de vitaminas, minerales y coenzimas como suplemento nutritivo.

Este panorama clínico induce al incremento de la obesidad, diabetes del tipo II, aparición de cánceres diversos, extrañas alergias y trastornos inespecíficos de la piel, trastornos digestivos, alteración de los ciclos del sueño, depresión, lo cual a su vez implica un aumento considerable en el número de consultas, análisis, tratamientos y operaciones quirúrgicas; muchas de ellas, innecesarias.³

El consumo diario de todos estos alimentos procesados condiciona nuestros órganos y sistemas a una rutina diaria que pasa desapercibida, sin causarnos molestias perceptibles ni síntomas enfadosos; estos se presentan a lo largo del tiempo cuando nuestros sistemas inmunológicos ya no nos protegen con la misma eficiencia. Entonces es cuando empezamos a manifestar los trastornos más comunes, que suelen ser: deficiencia o descontrol en el ciclo del sueño y de algunos procesos relacionados con los neurotransmisores y las hormonas, que posteriormente nos conducirán a las enfermedades ya mencionadas. Esta serie de alteraciones en ocasiones se manifiesta como un preámbulo a las situaciones de estrés, ansiedad, depresión, falta de concentración, lapsos en la memoria; que repercuten directamente en la calidad de nuestra vida diaria y nuestro trabajo.

Las grandes compañías que han patrocinado toda esta debacle económica y social se defienden con atractivas campañas científicas, diseñadas por hábiles psicólogos y expertos en la mercadotecnia. Una de sus estrategias favoritas ha sido la prostitución de las opiniones y los comentarios autorizados de algunos especialistas en favor de la promoción de sus productos. No es que algunos productos sean malos o mejores, lo inaceptable es la exageración de las propiedades y la calidad que ellos ponderan.

Un dato curioso pero muy actual han sido las protestas de numerosas Asociaciones Veterinarias de diversos países que han denunciado el engaño en la publicidad y las etiquetas de los alimentos destinados a los perros y gatos. Sin dar mayores detalles están reportando que las altas temperaturas utilizadas en la digestión de los ingredientes provocan trastornos digestivos y de conducta de los cuales no se tenía ningún antecedente.

Una vez más, es necesario recordar que nuestro diseño como humanos es muy peculiar, está basado en el equilibrio; en las concentraciones y las condiciones que nuestro organismo necesita; toda vez que transgredimos los límites estaremos dispuestos a sufrir las consecuencias.

Tal como se esperaba, El Grupo Ejecutivo de este programa determinó proponer una serie de medidas y reglas para aliviar esta crisis económica y social, las recomendaciones más importantes fueron:

Incrementar los impuestos a los registros de autorización para la venta de los ingredientes y los productos alimenticios.
Regular la publicidad y las etiquetas en cuanto a la calidad, cantidad y el supuesto beneficio para el consumidor.
Establecer un rango de edades con el propósito de proteger a los menores. Inclusive se sugiere el uso de cámaras en los sitios de las máquinas automáticas.
Promover la alimentación con ingredientes y productos naturales. Ajustes en los precios y la disposición de los productos.

Es un Programa ambicioso que llevará tiempo y dinero pero que sin duda redituará en una mejor salud y economía de los consumidores.

Estos dos artículos acerca de los Menús Artificiales han sido extraídos de varias publicaciones del periódico The Guardian, que en forma honesta y directa ha expresado los pormenores de esta crisis. De ninguna manera existe la posibilidad de exhibir en forma negativa los esfuerzos y la dedicación que este país muestra ante el resto del mundo.

En México, tal vez exista la infraestructura, el talento y dedicación para iniciar un proyecto similar, pero lamentablemente tendremos que esperar a que nuestro país sea conducido por personalidades más positivas y con mayor visión.

¡¡¡¡Ojalá no tarden mucho!!!!

REFERENCIAS:

Antonio G. Trejo., Los Menús Artificiales. Ruiz Healy Times, Septiembre 21 del 2023.
Emine Sinmay., UK families’ eating less healthily due to cost-of-living crisis. The Guardian. October 2^nd, 2023.
Anna Bawden., Ultra-processed food linked to higher risk of depression, research finds. The Guardian. September 20^th, 2023.

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