No cabe duda que en este siglo XXI la inteligencia artificial (IA) ha venido a revolucionar nuestro modo de vida, en todos sus aspectos; no hay uno que se quede fuera. La IA implica una nueva manera de relacionarnos entre los seres humanos, con la naturaleza y lo que nos rodea, y con nuestros conocimientos y creencias.
En el campo de la fe se han ido desarrollando en los últimos meses diferentes chatbots de IA a nivel global, acordes a la diversidad religiosa (como católica, judía, musulmana, budismo, e hinduismo), que han puesto a disposición del público la difusión de sus principios y valores, a través del intercambio de preguntas y respuestas, de manera generativa.
De entre todos estos destaca en especial MagisteriumAI ( https://www.magisterium.com/ ), el chatbot católico, que busca además de predicar y difundir información a modo de evangelización, ser punto de lanza para causar un impacto mundial y ser una voz líder en las discusiones sobre la “moralidad” de la IA, en los diferentes rubros de la convivencia humana.
La Iglesia Católica en estos últimos años se ha mostrado muy interesada en actuar como un mecanismo de influencia para incidir de manera estructural en la definición de los algoritmos de la IA, en los distintos temas que afectan a las relaciones y la vida humana. Para ello, está implementando toda una estrategia de participación, en distintos niveles, para no perder el paso frente a los avances de la IA, y poner los principios y valores humanos que defiende dentro de “una IA, ética y responsable”.
¿Qué es Magisterium AI?
Magisterium AI se puso en marcha en 2023 y es un modelo de lenguaje con una interfaz similar a la de ChatGPT, que busca sintetizar y explicar la enseñanza de la Iglesia en por lo menos 10 diferentes lenguajes y 125 países, basándose en más de 5.700 documentos magistrales y más de 2.300 obras teológicas y filosóficas católicas. Se coordina con otra herramienta, Vulgate, que permite a los académicos cargar bibliotecas enteras en una plataforma, convirtiendo los contenidos en datos que se pueden buscar, traducir y resumir fácilmente.
Según Matthew Sanders, director ejecutivo y fundador de Longbeard Creative Inc. (grupo de empresarios católicos), creador de Magisterium AI, “Lo que realmente estamos tratando de hacer con Magisterium AI es enfatizar que esto es algo que puede ayudar a explorar la enseñanza de la Iglesia, responder preguntas importantes que tal vez alguien no se sienta cómodo haciéndole a un sacerdote”.
Sanders ha enfatizado que está dirigido principalmente a “formadores y maestros de la fe, ayudando a los sacerdotes a enriquecer sus homilías, facilitando clases de catecismo y ayudando a los padres a catequizar a sus hijos”. Pero está abierto para todos.
Sin embargo, como es evidente, aunque la IA ofrece muchos beneficios, hay un área en la que esta herramienta no puede actuar como sustituta: las experiencias humanas. En ese sentido, Sanders ha escrito que hay un límite para esta herramienta: “Existe una antropomorfización de la IA. Creo que es importante entender que es una herramienta, ¿verdad? No pretende ser un sustituto de su sacerdote. Y no debería sustituir las experiencias humanas reales, nunca reemplazará la participación sacramental en la vida de la iglesia o la de encontrar su propio director espiritual y tener conversaciones más profundas sobre las enseñanzas de la iglesia y cómo se aplican a su vida”.
Supuestamente MagisteriumAI cuenta con una serie de técnicas para reducir en gran medida su tasa de “alucinaciones”(que es cuando los sistemas de IA proporcionan información incorrecta y a veces incoherente, en un esfuerzo por ofrecer una respuesta a cualquier costo, aunque no tengan los datos disponibles para hacerlo). Aun así, el chatbot tiene un “waiver” que dice que cualquier duda debe aclararse con “un humano”.
El Papa Francisco, la IA y su participación histórica en el G7
En las celebraciones de la Iglesia Católica a principios de 2024, de las Jornadas Mundiales por la Paz y las Comunicaciones Sociales, el Papa Francisco centró sus mensajes en el uso de la IA. Escribió que los sistemas impulsados por IA “pueden ayudar a superar la ignorancia y facilitar el intercambio de información”, pero expresó su preocupación de que una revolución digital tan rápida pueda encarcelar a la gente en “cámaras de eco” y dejar a la humanidad, “a la deriva en un fango de confusión, presa de los intereses del mercado o de los poderes fácticos.”
El Papa Francisco ha expresado en repetidas ocasiones que la nueva tecnología es muy prometedora, pero existen varias inquietudes. Aunque la IA podría cambiar las “reglas del juego” para la Iglesia Católica, el Papa ha hecho hincapié en que, “La respuesta no está escrita, depende de nosotros. Corresponde al hombre decidir si se convierte en alimento de algoritmos o en cambio sí alimenta su corazón con la libertad, ese corazón sin el cual no creceríamos en sabiduría”.
Para expresar el posicionamiento de la Iglesia Católica, y refrendar el enorme interés por influir, el Papa Francisco asistirá a la cumbre del G7 en junio en Italia, para hablar sobre la ética de la IA, según lo anunció hace unos días la primera ministra, Giorgia Meloni. “Esta es la primera vez en la historia que un pontífice participará en el trabajo de un G7”. Sería todo un hito si realmente acude a la inédita cita.
La Iglesia Católica como “factor” en el futuro de la IA
El Vaticano ha estado muy involucrado en la conversación sobre la ética de la IA desde hace tiempo, organizando discusiones de alto nivel con científicos y los altos ejecutivos de tecnología, sobre este tema desde 2016.
Regularmente, directores ejecutivos y presidentes de empresas tecnológicas visitan el Vaticano para reuniones privadas con el Papa Francisco, (como OpenAI, DeepMind de Google, Microsoft, IBM, y Cisco Systems), que además han firmado el compromiso del Vaticano con la ética de la inteligencia artificial, el “Llamamiento de Roma a la ética de la IA” (un documento de la Pontificia Academia para la Vida, que subraya la necesidad del uso ético de acuerdo con los principios de transparencia, inclusión, rendición de cuentas, imparcialidad, fiabilidad, seguridad y privacidad). También destacan los Diálogos de Minerva en Roma, que son reuniones anuales en los últimos años de líderes tecnológicos con prelados católicos. Hay un profundo interés mutuo entre el Vaticano y Silicon Valley.
A su vez, varios sacerdotes católicos se han reunido con programadores y ejecutivos de IA en oficinas de Silicon Valley, en reuniones a puerta cerrada en Roma y en audiencias privadas con el Papa Francisco en el Vaticano, donde a los programadores se les ha cuestionado sobre el rápido desarrollo de la IA, con una pregunta básica, ¿qué distingue a los humanos de las máquinas?, bajo la premisa de la preocupación de la Iglesia de que los creadores de la IA, “no están tratando de recrear a los humanos”, sino que “están creando otro tipo de entidad” (según el Padre Mons. Paul Tighe, secretario del Consejo Vaticano de la Cultura, Religion News Service).
Se dice que Silicon Valley se está llenando de “wanna be gods” (“aspirantes a dioses”) que por sus creaciones “suprahumanas” de IA están llenos de cuestionamientos internos y les ha surgido la necesidad de voltear a ver a la Iglesia Católica, en busca de respuestas y límites. “Están haciendo preguntas sobre la ética y las ramificaciones de lo que están haciendo”, según el reverendo Philip Larrey, quien imparte un curso sobre tecnología e IA en Boston College.
De esta forma, con el gran paso de la innovación tecnológica hacia la “reinvención” humana, la Iglesia Católica se pone en la vanguardia frente a otras religiones, al estar mano a mano con los desarrolladores e implementadores de la IA, en el mundo occidental, y convertirse en factor de peso.
Y es que, ya sea una amenaza o un instrumento, la IA está desafiando la idea misma de lo que significa existir y estar vivo. El catolicismo, como todas las tradiciones religiosas, lleva siglos reflexionando sobre estas cuestiones, y claramente la Iglesia Católica tiene toda la intención de dejar su huella en el algoritmo de la IA, dentro de los intereses que rodean a esta nueva era.
De cualquier manera, la IA no hace más que avanzar. En 2022, este sector estaba valorado en más de 400 mil millones de dólares y se espera que aumente a más de 2 billones de dólares para 2032 (según Spherical Insights & Consulting, que mide el tamaño del mercado de este sector). Una industria que va para adelante y que habrá de ser medida en todas sus manifestaciones, dimensiones e impactos.
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