Los editores del New Scientist están alentando discretamente la reconsideración de la candidatura al Premio Nobel de Alan Turing. La dificultad es que el Comité del Nobel no admite candidatos extintos. Alan Turing, talentoso matemático inglés nació en Londres el 25 de junio de 1912 tuvo una extraordinaria intervención técnico científica que contribuyo a aprontar el final de la guerra con los alemanes; murió el 8 de junio de 1954.
Turing consolidó los aspectos abstractos de la lógica con las matemáticas, desarrollando conceptos de gran importancia que sirvieron como base de la moderna computación. Siempre consideró que llegaría el momento en que el pensamiento de una computadora sería igual al de cualquier individuo.
Desde pequeño dio muestras de un intenso conocimiento matemático, el cual fue aprovechado en el Goverment Code and Cypher School, una institución especializada en el análisis y la investigación de códigos secretos e información confidencial; para después integrarse al Bletchey Park, un centro de excelencia de la inteligencia británica, donde le nombraron supervisor del grupo Hutch 8 cuya función era decodificar, descifrar y traducir los mensajes secretos que el ejército alemán transmitía a sus unidades. Este sistema llamado ENIGMA era un complicado aditamento electromecánico que funcionaba con engranes que el especialista programaba en un tablero, una programación codificada que se transmitía a las unidades en el frente. La solución de este proyecto requería de una gran precisión y un elevado talento matemático que solo un grupo tan especializado debía atender. Dadas las condiciones de los incesantes bombardeos alemanes, el proyecto siempre se consideró una prioridad máxima.
Afortunadamente, existía un antecedente muy alentador, tres matemáticos polacos: Tadeusz Lisicki, Henryk Zygalski y Jerzy Rozycki habían conseguido excelentes resultados en la decodificación de ENIGMA y habían encargado a Marian Rajewski la programación matemática del sistema. Los matemáticos polacos estaban muy inquietos y preocupados al imaginar una inminente invasión alemana y decidieron compartir los avances del proyecto con los ingleses, de inmediato facilitaron todos los datos. La metodología estaba contenida y programada en dispositivos electromecánicos llamados bombas, que eran una especie de programas independientes adaptables a otro dispositivo electromecánico.
El equipo de Turing de inmediato estudió y analizó toda la información, realizaron todos los cambios y modificaciones necesarias e inclusive reconstruyeron sus nuevos dispositivos para probar y validar su metodología, todo marchaba a la perfección. De repente surgió un problema que nadie había anticipado: la demora burocrática.
La guerra seguía su implacable curso, los mensajes alemanes eran cada vez más frecuentes y detallados, al grado que Turing cansado del retardo administrativo escribió una queja al Primer Ministro. Winston Churchill de inmediato ordenó la urgencia del proyecto y se procedió al ensamble de los dispositivos activadores de las bombas. Hacia finales de la guerra había cerca de 200 bombas funcionando.
La intensidad de la guerra disminuyó en forma notoria gracias a la intercepción y la traducción de los encriptados alemanes, se calcula que la guerra se acortó en dos años por lo menos; ahorrando 14 millones de vidas y un cuantioso volumen de recursos alimenticios y viviendas.
A pesar de la gran importancia y la enorme satisfacción de haber terminado la guerra, el Gobierno Británico no dio mayor publicidad a la excelente participación de los matemáticos polacos, ni de los ingleses. Es más, en 2014 se estrenó la película Imitation Game que trata acerca de este episodio tan trágico donde los polacos ni siquiera son mencionados.
Después de la guerra, la vida siguió igual para todos. Turing se dedicó a dar conferencias en varios países, escribió artículos importantes acerca de matemáticas abstractas que posteriormente fueron utilizadas como referencias en el desarrollo de las computadoras. Posteriormente, fue investigador en el National Physical Laboratory donde desarrolló la Automatic Computing Engine que describe literalmente el preámbulo de la programación. En 1948 se incorporó al grupo de Max Neuman en la University of Victoria en Manchester donde desarrolló proyectos de biología matemática, tratando de explicar las secuencias de las reacciones bioquímicas que se efectúan durante la morfogénesis; este proyecto solo implicaba el desarrollo matemático, sin realizar ninguna secuencia experimental. En 1950 publicó Computing Machinery and Intelligence, que podría traducirse como una versión matemática del pensamiento.1
Alan Turing siempre se distinguió como una persona talentosa, independiente, corredor de grandes distancias, cordial, con dificultad para relacionarse, pero siempre con una buena disposición positiva y humana. A pesar de la atmósfera tan fría y especial que había en Bletchey Park, él era muy popular, especialmente porque ayudaba o resolvía algunos problemas técnicos a los demás, sin mayor trámite, sin burocracias; cuestión que era muy apreciada especialmente en los tiempos de guerra.
Descubrió su homosexualidad durante su adolescencia, aunque al parecer era discreto, inclusive llego a intentar una relación formal con una compañera de trabajo, pero él mismo abandonó la posibilidad porque lo creyó injusta para ella. En marzo de 1959, él se declaró culpable de gross indecency (conducta indecente) por haber convivido unos meses con un muchacho de 19 años. Durante el juicio, el juez le da la opción de cárcel o castración química, él se inclina por la segunda, la cual soportó por un año. Además del tratamiento hormonal, él perdió su categoría de integridad como investigador y se le prohibió involucrarse en actividades secretas y de criptoanálisis. Se considera que estas circunstancias tan inhumanas poco productivas lo llevaron al suicidio por envenenamiento con cianuro el 7 de junio de 1954, a la edad de 41 años.
Su muerte fue poco conocida, apenas unos cuantos familiares acudieron a su cremación; sin embargo, los que no lo olvidaron le siguieron agradecidos, pues aunque no supieron con detalle acerca de sus actividades contra ENIGMA; sabían que él había intervenido con gran éxito. Su ausencia fue muy sentida en el medio académico de Manchester donde pasó sus últimos días. Ahí mismo se inició una campaña para rehabilitar su memoria por su inolvidable participación para terminar la guerra, la cual se extendió a todo el país hasta llegar a las alturas políticas necesarias. Las firmas requeridas para lograr los requisitos no fueron ningún problema, los apoyos y el interés para rehabilitarle fue una cumplida muestra de agradecimiento de todo el pueblo británico. Se dice que inclusive la Reina Elizabeth II apresuró al final el acto de perdón para Turing en el 2013. Por si esto fuera poco, se aceleraron las propuestas necesarias para emitir un billete de £ 50 con su foto, lo cual tuvo efecto el 23 de junio del 2021, un justo y digno homenaje a tan ilustre y solidario personaje.
REFERENCIAS:
- Tony Rothman., Testing Turing Legacy. Discover, October 2015.
Antonio G. Trejo. Correo electrónico: [email protected]
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