Poder de Consumo.- Puede llamarse al proceso de adquisición de bienes y servicios para satisfacer las necesidades presentes y futuras de un comprador, esto de acuerdo a su relación ingresos per-capita versus el incremento de precios del mercado.
Los economistas y analistas favorecen la idea de que a mayor Poder de Consumo habrá menor desigualdad y se incrementará la productividad y el crecimiento económico.
Tomando como base este sencillo supuesto algunas ciudades en otros países favorecen los incrementos del salario mínimo (Minimum Wage Ordinance, MWO en EUA). Como ejemplo la Cd. de San Francisco California en los Estados Unidos de América. Esta ciudad pasará de un salario de 4.75 usd por hora en 1998 a un nuevo salario por hora de 15.00 usd en 2018 (Actualmente en 13.00 x Hora).
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El Salario Mínimo General en México se halla en el orden de 73.04 mxn pesos x 7 Horas efectivas de trabajo es decir 60 centavos de dólar equivalentes al MWO de San Francisco.
El 14% de los mexicanos se estima reciben el Salario Mínimo Vigente (SM); de este porcentaje 53% son mujeres y 40% del total son mayores de 21 años y menores de 60 años.
El Salario Mensual Promedio en México rondará los 7,000 mxn pesos mensuales por una jornada de 172 horas lo que equivale a $389.00 usd dólares versus $2,250.00 por 150 horas en la Cd. de San Francisco. El Poder de Consumo de un empleado formal residente de San Francisco que gana el salario mínimo es al menos 5.78 veces mayor que un empleo promedio en México.
Este breve análisis nos permite inferir que tenemos un potencial de desarrollo de 48 millones de mexicanos para efectos de mejorar su Poder de Consumo distribuidos en tres importantes grupos: 1) 29 Millones en pobreza, 2) 14 Millones que reciben el Salario Mínimo y 3) 5 Millones de desocupados que desean adquirir una fuente de ingreso formal.
El flagelo mundial de una mala calidad de los trabajos es un producto de la desigualdad social y de la falta de educación. Este fenómeno de la desigualdad según autores como T.Picketty es propio de países con grandes concentraciones de riqueza en donde unos pocos grupos no desean ceder o compartir sus posiciones de privilegio.
Este fenómeno de concentración de la riqueza es quizás el mayor impedimento del crecimiento económico en México. Provoca malos empleadores que otorgan bajos salarios además de que fortalece la resistencia al cambio de feudos o sindicatos y en donde se fomenta el comercio ilegal e informal.
La desigualdad en México también es producto de la tolerancia de estos bajos niveles educativos y de este “valemadrismo” como sociedad que crea apatía en quienes se interesan en conservar solo sus privilegios tanto sector público o privado.
Si toleramos el abandono de los jóvenes de nuestros sistemas educativos y valores. Abrimos en la Economía Negra un proyecto de crear delincuentes y criminales efecto de este ciudadano frustrado e insatisfecho que ve como posibilidades una vida de miseria y de pobreza para los suyos.
Si el salario no se fortalece en México no se podrá crear un efecto positivo de incluir a esos 48 millones de mexicanos marginados de la economía que acusan de capacidades productivas.
Por 50 años hemos tratado de vender una y otra vez a un México productivo y más rentable para atraer inversiones foráneas basados en la gran calidad comprobada de nuestra mano de obra y de su bajo costo quizá es la hora de no dejar a los de afuera lo que nos compete.
Ya sabemos ahora que el mundo irá lento que aparecerán nuevos bloques económicos en donde habrá nuevas necesidades de compra. Los recientes fenómenos económicos en zonas fundamentales como la Unión Europea o China confirman cansancio, debilidad y volatilidad económica para la próxima década.
Un creciente fenómeno de adicción de liquidez está provocando un nuevo sistema económico mundial en donde retener el capital es más lucrativo que hacerlo fluir hacia las inversiones y el comercio.
Se necesita por lo tanto una nueva visión de política económica, una más social, que comienza con la dignidad salarial, con crear Poder de Consumo. Hay que obligar además a una educación media superior a todos los jóvenes mexicanos como prioridad para darles la oportunidad real de superarse.
Si no estamos invirtiendo como sociedad y país en nuevos empleos y en mejores salarios para nuestros valiosos jóvenes; en ausencia de oportunidades habrá quienes usen a esos mismos jóvenes en contra nuestra como una pared frontal de violencia.
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