La guerra económica y diplomática otrora iniciada hace unos meses por la OTAN versus Rusia/Ucrania encontró la tormenta perfecta para el cultivo de una crisis económica global en 2015. La crisis se acentuó producto de la deuda Europea (Grecia, España, Italia y Portugal) y de la reciente ola especulativa de divisas promovida por los bancos de desarrollo y privados del mundo.
En consecuencia, estos ajustes globales han cambiado en el corto plazo los flujos económicos. México recibe esta tromba de vientos volátiles de cambio, lo que probablemente dilatará algunas de las inversiones relacionadas con el Sector Energético, Industrial y Automotriz, pero mismas que terminarán por regresar.
Contrariamente a lo que se pueda pensar y aunque a muchos analistas económicos y papistas (amantes de los mercados libertinos) no les gustará, la entrada oportuna del Banxico para revertir el ataque al peso mexicano durante agosto despresurizó la intención de los bancos de lucrar más con la tasa de los CETES y de ganar importantes rendimientos en el rio revuelto.
El dólar se percibe caro aún pero gran parte de esta divisa se obtiene de la renta petrolera. En teoría el barril de petróleo encontró un piso en los 40 dólares y se halla listo para recuperar terreno hacia los 70 dólares, lo que son sin duda buenas noticias.
El precio del petróleo se fortalecerá por tres asuntos: El endurecimiento de las relaciones entre Rusia y la OTAN en la región de Crimea. El avance del Estado Islámico en Irak y la gravedad económica de Venezuela, que buscará a toda costa aliados para promover en la OPEP la disminución de la producción en forma temporal.
México espera crecimiento del PIB entre un 2.0 a un 2.5%. La economía nacional acusó fuerte debilitamiento causado por estos inesperados bajos precios del petróleo. Sin embargo, el panorama nacional parece mejorar. A partir del último trimestre del año se pronostica fuerte actividad comercial. Para abreviar a este nuevo efecto positivo le llamaremos México, “El Bombón Neoliberal”.
El pronóstico del dólar rondará sobre los 16.00 pesos en los próximos meses aunado al aumento del precio del petróleo; el peso encontraría una cómoda recuperación hacia un tipo de cambio de 15.50(promedio).
Ayuda también a México el nuevo capricho económico de la economía No. 2 del planeta, la cual acusa de inconformidad por la salida abrupta de los bancos del yuan y por la suspensión de inversiones en su bolsa de valores. La que acumulaba una pérdida reciente del 38%.
Dicha “pérdida” deberá ser absorbida por los incautos inversores chinos que se verán forzados muchos de ellos a perder su patrimonio familiar. No gustó a China que en esta debacle especulativa la dejarán con un palmo de narices y con la explicación de que así son los mercados.
China aprende rápido. Directamente posee aproximadmente 1.3 billones de dólares en deuda de los USA. Aunque se estima que a través de países como Bélgica posee otro tanto más. Se ha dado el fuerte rumor y parece que será algo oficial en estos días.
Los chinos han comenzado un éxodo de dicho capital en dólares hacia euros y eso significará además de una predecible depreciación del dólar (mejor tipo de cambio de nuestro peso) al tener que cubrir algo así como 500 mil millones de dólares en los próximos 90 días por parte de los hijos de Donald Trump.
En estas condiciones México se hace de nuevo el “Bombón Neoliberal”. El tiempo que dure el enojo de los chinos será tiempo de que las empresas, sobre todo las tecnológicas. Por mencionar, tan solo Apple tiene algo así como 160 mil millones de dólares en caja por invertir y hay otro tanto en muchas más como las automotrices, las cuales tendrán que re-direccionar sus esquemas de producción y de maquila hacia otras latitudes y quien mejor que el patio trasero del vecino.
No podrá negarse nuestro socio comercial al regalo de una mano de obra calificada y de calidad mundial, pero ahora por las nuevas condiciones, una ganga. Con este nuevo dólar de 16 pesitos y con estos salarios hilarantes en México ahora si nos hacemos los más rendidores.
Es por eso justo decir que somos puro malvavisco económico y cubierto de atractivo chocolate neoliberal. En esta época de depresión, de pobres campañas políticas, el Momento de México parece querer regresar.
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